El perfume. Obsesiva Ambición

Obsesiva Ambición

Carlos Andrés Arevalo Cuaran

11-3

Docente: María Elina Ortega Moncayo

Institución Educativa Municipal Ciudad de Pasto

San Juan de Pasto

2022

Obsesiva Ambición

El perfume es una de las principales novelas europeas de los últimos tiempos, escrita por Patrick Süskind. Suskind es un escritor y guionista alemán. Estudió historia medieval y moderna y durante los años 80 colaboró en la redacción de guiones televisivos. Fundamentalmente es conocido por su famosa novela "El perfume", que fue un best-seller^[1] en su día y fue llevada al cine tras 15 años de duras negociaciones. El libro mostró al mundo las grandes dotes de su autor como narrador.

Esta novela trata sobre la afanada persecución hecha por   Jean-Baptiste Grenouille, un afamado perfumista, en busca de un olor perfecto, el cual lo hace cometer una serie de asesinatos para encontrar ese tan aclamado olor, con el propósito de buscar una identidad, de sentirse alguien y saber quién es o quien ha sido. La obra lleva consigo muchos temas como lo son la ambición, el amor, el sufrimiento, pero principalmente, la obsesión y la muerte, pero la muerte podría ser la que más causa revuelo en la lectura.

Así es como la muerte y el amor juegan un papel muy importante en la trama de la historia, ya que los asesinatos realizados por Jean-Baptiste fueron a causa del amor tan desesperado que él tenía por los aromas, y su ambición por encontrar el aroma perfecto lo llevo a cometer estas calamidades^[2] , esto se evidencia cuando se afirma, “Él la amaba, ciertamente, pero también la necesitaba, y lo que necesitaba para la realización de sus más altas ambiciones no se lo dejaría arrebatar por nadie” (Patrick, 1985, p. 57).

Esta ambición mezclada con amor y muertes también la podemos encontrar en la obra la Ilíada, obra escrita por Homero. En esta encontramos a Aquiles, un héroe de la guerra de Troya, el posee una posición de un gran guerrero enamorado con Briseida, este amor es una consecuencia de un fuerte vínculo q existe entre estos dos. Ella fue entregada como botín en la guerra, lo que hace despertar una gran inconformidad en Aquiles, y esto lo lleva a hacer múltiples cosas para estar junto a ella, y una de estas fue vengar la muerte de uno de sus amigos, esto se ve reflejado en la obra cuando se dice, Homero (762 A.C) “Dices que deseas morir por amor, pero no sabes nada de la muerte, ni sabes nada del amor." (p. 45) Este es claro ejemplo de cómo Aquiles era capaz de dar todo por su amada, luchar hasta el final por ella y hasta morir por su amada.

Igualmente, en la obra el perfume la ambición se vuelve el tema principal de la historia, y se demuestra cuando se dice, Süskind (1985) “Había miles de aromas en su ropa. Olor a arena, piedra, musgo. Aún el de la salchicha que había comido semanas antes. Solo faltaba un olor, el suyo.” (p. 31).  La profunda obsesión que denota en Jean-Baptiste por aquella mujer, pelirroja, fue muy fuerte y ella indirectamente lo incito a crear su famoso aroma perfecto.  

Además, la ambición no solo es algo que las personas cumplen de manera física o material, como son los casos anteriores, se quería matar y se mató, también la ambición puede estar reflejada con un deseo, algo que se quisiera cumplir, pero no se logra, como es el caso que se presenta con la obra, Carta al padre. En esta obra se reflejan las enormes ganas que tiene Franz Kafka por ser algo similar a su padre, ya que él siempre lo tuvo en un pedestal, pero la crianza que le dieron fue tan pésima, que solo logro que Kafka desde muy joven se sintiera insuficiente e incapaz de ser o lograr ser alguien mejor, así fue como el único propósito de él era cumplir con ese requisito, para que así se sintiera querido. Este deseo se demuestra con un ejemplo dado por Franz “En todo caso, éramos tan diferentes y peligrosos el uno para el otro por esas diferencias, que, si acaso se hubiera querido prever cómo yo, el niño que se va desarrollando poco a poco, y tú, el hombre hecho, iban a portarse el uno con el otro, se habrían podido suponer que tú simplemente me aplastarías, de modo que de mí no quedara nada.” (Kafka, 1952, p. 10)

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