El suicidio y los estados psicopáticos
Enviado por marcdxx • 5 de Febrero de 2012 • Ensayo • 1.156 Palabras (5 Páginas) • 590 Visitas
El suicidio y los estados psicopáticos1
Hay dos clases de causas extrasociales a las que se puede atribuir, a priori, una influencia
sobre la cifra de los suicidios: son las disposiciones orgánico-posicológicas y la naturaleza
del medio físico. Pudiera ocurrir que en la constitución individual o, por lo menos, en la
constitución de una clase importante de individuos existiera una tendencia de intensidad
variable según las razas, que arrastrase directamente al hombre al suicidio; por otra parte, el
clima, la temperatura, etc., pueden, por la manera con que obran sobre el organismo, tener
los mismos efectos. La hipótesis, en todo caso, no debe ser rechazada sin discutirla; vamos,
pues, a examinar sucesivamente estos dos órdenes de factores y a investigar si tienen, en
efecto, una parte en el fenómeno que estudiamos y cuál es esa parte.
I
Hay enfermedades cuya cifra anual resulta relativamente constante en una sociedad
determinada, a la vez que varia sensiblemente según los pueblos. Tal ocurre con la locura.
Si se tuviera alguna razón para ver en toda muerte voluntaria una manifestación vesánica, el
problema que nos hemos planteado estada resuelto: el suicidio no sería más que una
afección individual2. Esta es la tesis sostenida por numerosos alienistas. Según Esquirol, “el
suicidio ofrece todos los caracteres de la enajenación de las facultades mentales”3. “El
hombre sólo atenta contra su vida cuando está afectado de delirio, y los suicidas son
alienados”4. Partiendo de este principio, concluye el autor que el suicidio, siendo
voluntario, no deberla ser castigado por la ley. Falret5 y Moreau de Tours se expresan en
términos casi idénticos. Es verdad que el último, en el pasaje mismo en que enuncia la
doctrina a que presta su adhesión, hace una indicación que basta para suponerla sospechosa.
“¿El suicidio, dice, debe ser mirado en todos los casos como el resultado de una
enajenación mental? Sin querer aquí resolver esta difícil cuestión, digamos, en tesis
general, que nos inclinamos instintivamente hacia la afirmativa, cuanto más se profundiza
en el estudio de la locura, cuando se ha adquirido en ella una mayor experiencia, cuando, en
fin, se han visto más alienados”6. En 1845, el doctor Bourdin, en un folleto que desde su
aparición produjo algún ruido en el mundo médico, habla sostenido menos mesuradamente
la misma opinión.
Esta teoría ha sido defendida de dos maneras distintas. O bien se dice que el suicidio por sí
mismo constituye una entidad morbosa sui géneris, una locura; o bien, sin hacer de él una
especie distinta, se le considera simplemente como un episodio de una o de varias clases de
locura, sin que pueda encontrársele en los sujetos sanos de espíritu. La primera tesis es la de
Bourdin; Esquirol, por el contrario, es el representante más autorizado de la otra
concepción. “Por lo que precede, dice, se entrevé ya que el suicidio no es para nosotros mas
que un fenómeno consecutivo a un gran número de causas diversas, que se muestra con
caracteres muy distintos; este fenómeno no puede caracterizar una enfermedad. Es por
haber hecho del suicidio una enfermedad sui géneris por lo que se han establecido
proposiciones generales desmentidos por la experiencia”7.
De estas dos maneras de demostrar el carácter vesánico del suicidio, la segunda es la menos
rigurosa, la que tienen menos valor probatorio en virtud del principio de que no pueden
existir experiencias negativas. Es imposible, en efecto, proceder a un inventario completo
de todos los casos de suicidios para hacer ver en cada uno de ellos la influencia de la
enajenación mental. No se pueden citar mas que ejemplos particulares, que, por numerosos
que sean, no bastan para servir de base a una generalización científica, además de que
aunque no se alegaran ejemplos en contrario, siempre habría posibilidad de hacerlo. Hay
otra prueba, que si pudiéramos
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