Ensayo De "El Niño, Su Enfermedad Y Los Otros" De Maud Mannoni

ENSAYO DE “EL NIÑO, SU “ENFERMEDAD” Y LOS OTROS” DE MAUD MANNONI: ¿QUÉ TIENE MI HIJO DOCTOR…?

Freud afirmó que “El psicoanálisis de niños es psicoanálisis”, el cual opera en el campo del lenguaje, siendo el discurso, tanto de los padres como el del niño y el del analista, es decir, el discurso colectivo el que se constituye alrededor del síntoma y la problemática del niño puede ser objetivable, pero la queja de los padres, implica también la representación de la infancia que tiene el adulto (Mannoni, 1997, p. 7). En efecto, Mannoni afirma que “la misión del niño consiste en reparar el fracaso de los padres, e incluso concretar sus sueños perdidos” (1997, p. 7), y de esta manera, las quejas de los padres sobre sus hijos son las problemáticas propias de ellos mismos, en particular de su problemática sexual.

Muchos psicoanalistas trabajaron para entender la importancia de las aportaciones de Freud al psicoanálisis de niños: su hija Ana Freud estudió las defensas en relaciones interpersonales hostiles, marcadas por lo aposición o el temor, Melanie Klein se dirigió a la manera en que el sujeto sitúa su propia persona y su familia dentro de un mudo de fantasmas, enseñándonos que el niño transforma su realidad en función de sus miedos, culpabilidad, defensas y sentimientos agresivos que lo animan; Laing (p. 17) trata de determinar con precisión el concepto de identidad en el sujeto, al igual que Erikson, quien enfoca sus investigaciones en el sentido de que el niño desarrolla desde muy temprano una identidad separada de la de la pareja de los padres, renunciando a veces a ella por angustia y reemplazándolas por identificaciones ciegas (p.20).

Todos ellos tiene un factor en común: el síntoma en el niño. El síntoma se convierte en un lenguaje, el cual es cifrado y su secreto lo guarda el niño: no son los mitos lo que molesta a los niños, sino la pose adoptada por el adulto que “está diciendo la verdad”, teniendo como consecuencias que se “bloquea al niño en la sucesión de sus incursiones intelectuales” (p. 38). Cuando el discurso del sujeto se le opone la “realidad”, lo que se escapa es la palabra verdadera y se la reemplaza por una palabra o por una máscara engañadora, o sea, por el síntoma que persiste. Para Lacan (p. 63), lo que el sujeto desea del Otro es recibir lo que le falta a su palabra, ya que para él, la palabra es un mensaje, y su sentido oculto está inscrito en el síntoma y desde el lugar del analista es de donde el sujeto articulará cierto discurso: devolviéndole su verdad, la que estaba enmascarada hasta entonces en la enfermedad o en el sufrimiento.

Cabe destacar que las reacciones de los padres son parte del síntoma del niño y por ende, de la conducción de la cura. El niño enfermo es parte de un malestar colectivo, su enfermedad es el soporte de una angustia parental y si se toca el síntoma del niño puede posiblemente

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