Ensayo: Pelicula Klip

Klip.

Psicología del adolescente.

“Juventud, ¿sabes que la tuya no es la primera generación que anhela una vida plena de belleza y libertad?” Albert Einstein

Jasna, es una adolescente que su hogar está a punto de que llegue a la pobreza, la enfermedad de su padre, el sistema educativo que esta por los suelos, lo que la arroja a tratar de huir de su casa y buscar de alguna forma la atención que como adolecente necesita, así como el sexo, su adicción de las drogas y al alcohol y toda sustancia nociva que causa en ella una exagerado descontrol.

Esta película me hizo recordar mis experiencias cuando inicie la adolescencia, las ansias por comernos al mundo, por tener experiencias que nos hagan únicos, la preocupación de los padres por otras cosas que nos les permite ver cómo están viviendo su vida sus hijos.

La pequeña vida de Jasna que entre varios mundos va registrando el suyo.

Su teléfono incluye la cámara con la que poco a poco interactúa con lo que la rodea: una familia rota (su padre es un enfermo que apenas puede caminar); amigos segmentados (el ir y venir de las fiestas es probablemente lo único que los aglutina); y una relación dividida en dos, a veces enteramente platónica, otras tan explícita como una felación en el baño de la escuela.

Habla de la incomunicación entre padres e hijos. Critica el ambiente de extrema pobreza en el que viven, o sobreviven, millones de jóvenes que acaban siendo víctimas y verdugos de su propia desgracia.

Expone los cambios que han sufrido los adolescentes en su modo de expresarse y de relacionarse: el culto a la imagen, el auge de la tecnología y las dobles realidades virtuales han alterado conceptos tan básicos como la educación, el derecho a la intimidad y los códigos de la fidelidad y la legalidad, a la vez que han destruido la inocencia propia de la infancia y la adolescencia. Propone un debate muy interesante sobre los yugos que se establecen entre hombres y mujeres ya en edades tempranas: la mujer se ha malacostumbrado a ser maltratada por el macho dominante y una relación de amor virulento e imposible en el que el sujeto femenino actúa como concubina sumisa y mero objeto sexual.

Jasna nunca deja de grabar y el diario de clips de video de su teléfono es al mismo tiempo peligrosamente ajeno y perversamente personal. Se aísla pero deja clara su personalidad: desinhibida, voraz, inconforme y experimental, como todos los adolescentes. Todo es tan real que parece ficticio, más de uno sentirá ataques de negación moralina ante actos tan naturales como el baile, el narcicismo adolescente, la explosión de la genitalidad.

El teléfono y sus imágenes borrosas nos meten a la cabeza de Jasna, la indomable adolescente ávida de experimentar y de construir su propio mundo, alejado de los vasos rotos que son su familia y sus amigos; la cámara nerviosa e inquisitiva que

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