Ensayo Sobre Los Derechos Del Paciente En La Clínica Psicoanalítica

La concepción o imagen popular del quehacer del psicólogo se encuentra comúnmente asociada al ámbito clínico y su consecuente trabajo con individuos, quienes como solicitantes de tal servicio, en el mejor de los casos, asumen su presencia en este proceso en calidad de pacientes, y como cualquier otro solicitante de un servicio, como es de esperarse en nuestro contexto sociocultural, se encuentran protegidos por una serie de normas que garanticen el apropiado desarrollo de su trayecto a través del proceso psicoterapéutico, ya que dado su carácter de “disección del alma”, la práctica clínica toma una gran importancia dentro de la vida anímica del solicitante, impactando directamente en los demás rubros de su vida, llámense interpersonal, laboral, económico, sexual, etc.

Tanto las normas como los códigos éticos profesionales, poseen el carácter de encuadre, puesto que establecen constantes y delimitan la acción del terapeuta en torno aquellos aspectos que, por una parte, pongan en riesgo la integridad psíquica del paciente debido a una mala praxis así como el correcto manejo y desenvolvimiento de su técnica terapéutica independientemente del enfoque teórico empleado.

No puede hacerse de lado la influencia del modelo económico actual en torno al establecimiento de todas aquellas regulaciones de la práctica clínica, puesto que algunas de ellas obedecen a la ecuación “al cliente lo que pida”, en tanto que los pacientes son considerados consumidores, y como tales son amparados de la misma forma que cualquier otra persona en una relación comercial.

Lo anterior se garantiza a través de la obligación del terapeuta a poseer los conocimientos necesarios para el efectivo desenvolvimiento de su técnica, avalados por las instituciones en las cuales se haya formado, así como una formación humana y sensible en referencia al trato con el otro.

El paciente por su parte, tiene el derecho a recibir un tratamiento por parte de un terapeuta competente, cuotas asequibles, recibir la intervención que más le convenga a sus intereses y bienestar personal así como el ser informado sobre su tratamiento, por dar algunos ejemplos. En tanto algunas de estas características pueden ser cuestionadas y debatidas, es preciso señalar que los consensos llegados por los organismos encargados de regular la labor del psicólogo, procuran evitar a nivel general fallas en el proceso terapéutico en tanto el desenvolvimiento de quien lo proporciona, puesto que son numerosos los casos de mala praxis registrados, que influyen de manera negativa en la concepción que se tiene acerca del este servicio.

El terapeuta, en calidad de tal, ha de ser consciente de todos aquellos aspectos que puedan mermar la efectividad de su labor, puesto que su posición como profesional siempre será antecedida por su innegable carácter de ser humano, con todos los conflictos

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