Es La Religión, La Que En Gran Medida Constituye La Sociedad?

Introducción

La religión desde tiempos inmemorables ha tenido una fuerte influencia en la constitución de la sociedad, la necesidad del hombre de saber ¿quien soy? Y ¿a donde voy?, lo ha llevado a tener creer en algo superior, que decide lo que es bueno y malo. Es así como la religión ha influido fuertemente en las personas, dando un sostén donde aferrarse, calmando angustias existenciales y proporcionando esperanza a quienes funcionen bajo sus creencias. Pero que pasa con quienes escapan de ellas, más aun a quienes la religión señala como incorrectas. Como es el caso de las minorías sexuales. Por lo tanto en el presente ensayo se busca hacer una reflexión de cómo las minorías sexuales se pueden ver violentadas por la fuerte influencia religiosa que existe en la sociedad Chilena, tanto en sus derechos constitutivos como es el derecho a expresarse, en su integridad como personas ya que se pueden ver censuradas, e incluso en su fe y su libre albedrío. Cabe mencionar que dichas dinámicas de violencias pueden ser tanto concientemente como se observa un fuerte repudio por parte de algunos dogmas hacia las minorías sexuales e inconcientemente por el solo hecho de aceptarlo, dejando en evidencia la naturalización existente de la violencia como método conversivo (díada cielo – infierno). Para dicho análisis se pondrán en juego distintas teorías, abordando la problemática desde una forma transversal histórica de cómo va cambiando el conocimiento ya que “los términos y las formas por medio de las que conseguimos la comprensión del mundo y de nosotros mismos son artefactos sociales, productos de intercambios situados histórica y culturalmente y que se dan entre personas” (Gergen, 1994, p. 90).

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Desarrollo

El construccionismo señala, que el conocimiento de la realidad es histórico, cambiante; por lo tanto como la iglesia en nuestra sociedad ha tenido fuerte influencia, (aun la tiene) desde su conformación, en su identidad, deja un lugar amplio a su realidad, a su interpretación de conocimiento, es decir, la realidad Chilena esta construida a partir de las influencia religiosa traída de Europa en la época de la conquista, donde el marco referencial esta impuesto por los cánones sociales imperativos de aquella época, de esa forma la fuerte influencia ejercida por la religión en nuestra sociedad, da un sustento “normalizado” de relaciones correctamente vistas, bajo el lente de la religión, donde una gran población queda segregada, no a la influencia religiosa, sino a su libre demostración afectiva, a su libre elección de objeto, a su derecho a ser personas, como es el caso de las minorías sexuales. El poder, la influencia social que presenta la religión, la iglesia en nuestras mentes, nos impulsa o nos facilita el etiquetamiento, la categorización, el estereotipo hacia ciertos grupos. La pregunta que surge ¿Por qué llamarlas minorías sexuales? Cuando se habla de minorías, no se hace referencia siempre a un determinado número de personas, sino a la influencia social, el poder que ejerce cierto grupo frente a otro. Donde desde la palabra, el significante, la designación del nombre, se ejerce una dinámica de violencia, ya que se etiqueta a un grupo como en desventaja.

En la película “Prayers for Bobby”, se observa claramente una dinámica de violencia, donde una madre (Mary Griffith) extremadamente religiosa, no puede tolerar la homosexualidad de uno de sus hijos, lo que la lleva a la búsqueda desenfrenada de una cura, cura que la religión le había prometido, a lo que Bobby no pudo soportar y termina suicidándose. En este punto se observa el fin último del acto violento, la muerte del individuo. Ya que desde aquel punto religioso una orientación sexual distinta a la que se establece como normal (heterosexualidad) es considerada como inmoral. Pero si “La moralidad no es algo que uno posea dentro, es una acción que posee su significado moral sólo dentro del ámbito particular de la inteligibilidad cultural. Uno participa en las formas culturales de acción como lo hace al participar en una danza o en un juego” (Gergen, 1994, p. 94), Entonces es inmoral no porqué

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