Etica Profesional
Enviado por JOHAGUEV91 • 4 de Octubre de 2013 • 1.229 Palabras (5 Páginas) • 233 Visitas
EL MUNDO DE LAS PROFESIONES
LA REVOLUCIÓN DE LA VIDA CORRIENTE
Transformar la vida pública desde la opción política fue la gran aspiración de aquella tan discutida Generación del 68, 'que de algún modo cumple ya tres décadas, al menos en lo que a los suce¬sos de París se refiere. Bregar por el cambio social hacia algo mejor implicaba para el espíritu de aquella generación ingresar en un partido político, luchar por conquistar el poder y transformar desde él la cosa pública. Tras las huellas de Hegel, parecía admitirse que es lo mismo lo público y lo político, que hay una identificación entre ellos.
Hoy las cosas han cambiado sustancialmente. Y no sólo porque nos hemos percatado de que, aunque el poder político siga cobran¬do su legitimidad de perseguir el bien público, quienes ingresan en la vida política buscan ante todo su bien privado, sino sobre todo porque hemos caído en la cuenta de que lo público no es sólo cosa de los políticos. La identificación hegeliana entre lo público y lo político es hoy desafortunada.
El ámbito de lo público, por contra, es el lugar natural también de al menos cuatro tipos de instituciones, pertenecientes a la socie¬dad civil: las entidades económicas, la opinión pública, las asociaciones cívicas y las actividades profesionales. Cambiar la sociedad hacia algo mejor exige entonces laborar desde cada uno de estos polos, y no optar sólo por uno de ellos, porque no hay una sola dimensión de la realidad social que sea determinante de las restantes, sino que la realidad es, y por muchos años, poliárquica.
En este marco de amplia comprensión de lo público se inscribe hoy, entre otras cosas, la revitalización de una ética de las profesiones, empeñada en nuestros días en la tarea de hacer excelente la vida coti¬diana. Porque, si es cierto —como dice Charles Taylor— que uno de los rasgos de la Modernidad consiste en su afán por revalorizar la vida corriente frente a las vidas heroicas, arriesgadas y nobles, tan admiradas en las Edades Antigua y Media, no lo es menos que hacer excelente esa vida cotidiana constituye una auténtica revolu¬ción social. Y justamente "buscar la excelencia "en la vida corriente es lo que pretende la ética de las profesiones, como vacuna que las inmunice frente a esos males cuasi endémicos, que matan la vida: frente a la burocratización de la vida profesional, frente al corporativismo y la endogamia. Pero vayamos por pasos.
EL CARÁCTER DE LAS PROFESIONES
Conviene recordar, en principio, que una profesión es un tipo de actividad social, a la que se han atribuido desde Max Weber un buen número de características, de las que aquí destacaremos úni-camente las siguientes:
1) Se trata de una actividad que presta un servicio específico a la sociedad de una forma institucionalizada. El servicio ha de ser in¬ dispensable para la producción y reproducción de la vida huma¬na digna, como se echa de ver en el hecho de que personal sani¬tario y docentes, juristas, ingenieros, arquitectos, empresarios o economistas y un largo etcétera sean imprescindibles, no sólo para mantener la vida humana, sino para promover una vida de calidad.
2) La profesión se considera como una suerte de vocación, lo cual no significa que alguien se sienta llamado a ella desde la infan¬cia, sino que cada profesión exige contar con unas aptitudes deter¬minadas para su ejercicio y con un peculiar interés por la meta que esa actividad concreta persigue. Sin sensibilidad hacia el sufrimien¬to de la persona enferma, sin preocupación por transmitir el saber y formar en la autonomía, sin afán por la justicia, mal se puede ser un buen médico, enfermera, docente, jurista. Y así podríamos seguir con las restantes profesiones.
3) El profesional, al ingresar en su profesión, se compromete perseguir las metas de esa actividad social, sean cuales fueren sus móviles privados
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