Evaluación de TEA y discapacidad intelectual

Universidad Rafael Urdaneta

Escuela de psicología

Catedra: Practica de psicología de la discapacidad

Profesora: Maireinys Ortega

Sección: “D”

Realizado por:

 Álvarez Brisny, C.I. 29.931.855

Informe de reporte de evaluación

Maracaibo, Febrero 2022

DESARROLLO

El presente trabajo de investigación está realizado con la finalidad de dar una respuesta a dos preguntas planteadas que son las siguientes: ¿Cómo es la evaluación a una persona con discapacidad? Y ¿Cuáles técnicas y escalas se utilizan para evaluar a una persona con diversidad funcional y con Trastorno del Espectro Autista (TEA)?, se intentará dar respuestas a estas preguntas ya que es de vital importancia profundizar los conocimientos sobre estos dos cuestionamientos, ya que son temas que están en boga actualmente y que afectan a un gran grupo de la población. Lo cual nos genera la intriga y la labor de realizar proyectos de este tipo.

Para poder contestar a la primera interrogante, en primer lugar debemos conocer que es o que se conoce como una persona con discapacidad, Según la clasificación internacional de deficiencias discapacidades y minusvalías (CIDDM), la discapacidad es una situación de desventaja para un individuo determinado, consecuencia de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un rol que es normal en su caso (en función de su edad, sexo y factores sociales y culturales). Es decir que la evaluación en una persona con alguna discapacidad tiene que realizarse de manera diferente tomando en cuenta, los cambios físicos, sensoriales, psicológicos y sociales que se pueda presentar en las personas con discapacidad y que esta debe de ser individualizada.

Con respecto a la evaluación de las personas con discapacidad se tiene que hablar de que existen varios enfoques que engloban la visión con la que se evalúa y trata a una persona con discapacidad. El primer enfoque con el que se evaluaba a una persona con discapacidad era el enfoque tradicional, que era extremadamente rígido, y excluyente, se trataba al discapacitado como una persona a la que había que excluir por no cumplir con los parámetros para funcionar de manera normal en la sociedad y eran recluidos a centro hospitalarios. Luego posterior a esto surgió un enfoque llamado médico-biológico el  cual buscaba tratar al discapacitado de sus afecciones médicas y biológicas, dejando de lado muchos otros factores en los cuales se afectaba la vida de las personas con discapacidad.

En este ámbito el quehacer de los profesionales en Psicología desde el paradigma médico-biológico tiene claramente limitados sus ámbitos de acción. La atención del profesional dentro de este modelo, se centra, exclusivamente, en lo que la persona consultante no puede o tiene dificultad de hacer y lleva a considerarla no como “alguien con discapacidad con un determinado nivel de funcionamiento” Según (Finkelstein, 1990).

En la evaluación de la discapacidad, la persona que evalúa en el enfoque médico solamente le interesa algunas deficiencias que considera importantes para tareas específicas. Sin embargo, se omiten en la evaluación de las capacidades individuales como las actividades lúdicas, deportivas, escolares. El objetivo de la evaluación es medir, definir y evaluar las causas.

Tanto el deterioro como la discapacidad pueden medirse. En la medición de la discapacidad, el evaluador debe ser consciente de las funciones normales o de las expectativas esperadas de la parte del cuerpo que se está midiendo. Para no generar un error en el proceso de evaluación.

Por ultimo tenemos que existe un nuevo enfoque de evaluación o paradigma que es el social, también conocido como, modelo biopsicosocial (Padilla-Muñoz, 2010), paradigma ecológico o paradigma de la autonomía personal (Egea García y Sarabia Sánchez, 2004). El cual propone evaluar y tratar a la persona discapacitada desde un enfoque biopsicosocial,  no solo evalúa el área biológica, física e intelectual, sino que a su vez toma una visión más amplia de las personas con discapacidad evaluando también áreas como la educativa, laboral, social y económica para poder realizar un mejor proceso y más integral de los pacientes.  

Por estas razones tenemos que el proceso de evaluación de las personas con discapacidad tiene que ser como indica la Asociación Internacional para el Estudio Científico de las Discapacidades Intelectuales (AAIDD): la cual sugiere que debe de existir enfoque multidimensional de la discapacidad, centrado en el individuo, que contempla tanto las capacidades como las restricciones permitiendo a su vez identificar los apoyos que precisa la persona y en el que conceptos como el de participación o el de entorno adquieren un importancia crucial para comprender el funcionamiento de una persona (Crespo, Campo y Verdugo, 2003).

Dentro del proceso de evaluación se utilizan una serie técnicas o estrategias como lo son la aplicación de escalas, técnicas de cribaje, pruebas psicométricas, entrevistas, observación, pruebas proyectivas, pruebas de inteligencia, lenguaje y conducta adaptativa, como las presentadas a continuación. A estas técnicas se le deben de realizar cambios y adaptaciones para poder evaluar de mejor forma a los pacientes haciéndolo más entendibles, más realistas, más sencillos y más cómodos de acuerdo a la discapacidad de cada sujeto, así como ajustar y modificar la locación o el sitio de evaluación, así mismo se pueden fragmentar los test para no generar fatigas o agotamiento a la hora de la evaluación, a su vez se debe de evaluar y observar el estado emocional de la persona para poder mejorar las respuestas  y que esta se sienta cómoda al momento de ser evaluado y por último se debe de escoger el método o técnica de evaluación más acorde a las necesidades y capacidades que tenga el paciente.

...