Formas De Disciplina Y Estilos De Crianza
Enviado por jtalabera • 30 de Marzo de 2014 • 2.143 Palabras (9 Páginas) • 588 Visitas
TRABAJO: “CRIANZA” (FORMAS DE DISCIPLINA Y ESTILOS DE CRIANZA)
En el periodo de la gestación del embrión, tanto padres como madres se han cuestionado en cierto momento el cómo realizarán la labor de educadores de sus hijos, si serán “buenos o malos padres”. Dependiendo de aquello, se debe añadir que a nadie se les enseña el como educar a sus hijos, y por ende, se desprenden diferentes tipos de crianza en la cual basan su educación los padres. Estos estilos de crianza, postulados por diversos autores plantean en común que existen tres tipos distinguibles de educación; La crianza de los padres “Permisivos o liberales”, que otorgan total control y autodisciplina al niño o la niña, viéndose este libre de determinar cualquier acción; La crianza de “Padres autoritarios”, en donde recae en el niño o la niña una disciplina rígida en donde sean los padres los que poseen el control de todo; y por último los “Padres autoritativos”, los cuales basan su criterio en una disciplina controlada por ellos mismos, pero que atienden las diversas necesidades que poseen los menores, respetando a la vez su independencia acorde al grado de madurez que estos posean. La existencia de grupos de factores en la determinación de las prácticas educativas y al mismo tiempo la diversidad de ellos, nos deja de manifiesto lo complejo que es ser padres, criar y educar a los hijos.
Allinsmith (1960) distingue dos tipos de disciplinas familiares: la corporal y la psicológica. Sears, Maccoby & Levin(1963) ambos basados en la negación de objetos tangibles y disciplina en base a la negación de afectos. Becker (1964) distingue entre métodos disciplinarios y métodos autoritarios, al tener en cuenta disciplina y afecto como las dos variables que distinguen a unos padres de otros. Los métodos disciplinarios son aquellos que tienen el amor hacia el niño como instrumento principal para modelar la conducta y se relacionan con reacciones internas contra la agresión. En cambio, los métodos autoritarios se relacionan con reacciones externas contra la agresión y con comportamientos agresivos no cooperadores. Especialmente importantes para el desarrollo de los distintos tipos de conducta del niño serían la dedicación afectiva de los padres, la independencia y oportunidad de desplegar la personalidad que conceden al niño y el acercamiento ansioso y emocional contra el alejamiento calmado.
Christopherson (1988) distingue entre la socialización deliberada que consiste en el esfuerzo intencionado de los padres en enseñar o influir en una dirección deseada para que el niño llegue a la autodisciplina; y la socialización no deliberada, que es la influencia diaria que ejercen los padres a través de las continuas e incontables situaciones en que el niño observa o interactúa con el modelo. Confirma Hoffman (1976) que la casi totalidad de los procedimientos de disciplina empleados por los padres contiene elementos de afirmación del poder, negación de afecto e inducción; y que, a su vez, tiene efectos distintos sobre los niños. Estos tres elementos definen los tres tipos diferentes de control disciplinario. Así, la afirmación de poder consiste en el uso de la fuerza física, en la eliminación de privilegios, y/o en las amenazas de hacerlo. Comprende el componente de activación motivadora. Es decir, en la disciplina del poder de la fuerza, la fuerza reside en el poder desbordante de los padres y, sea cual fuere la acción específica, las técnicas de poder de la fuerza se basan primordialmente en el miedo al castigo.La retirada de afecto es una forma de controlar la conducta infantil basada en que los padres expresan su desacuerdo con la conducta del niño mediante el rechazo, la negación a escucharle, el aislamiento o las amenazas de abandono. Aquí, el poder de la disciplina reside en el miedo a perder el apoyo afectivo, emocional y la aprobación de los padres. Por ello, al igual que en la afirmación de poder, también la retirada de amor comprende el componente de activación motivadora. La inducción, en cambio, consiste en explicar al niño las razones por las que los padres consideran que su conducta no es deseable, al tiempo que se le pide que no la realice. En la disciplina inductiva, el poder de la disciplina reside en las llamadas del niño a la razón, al orgullo o al deseo de ser adulto y a la preocupación del niño por los demás. Esta forma de resolver los encuentros disciplinarios con los hijos resalta las consecuencias negativas y dolorosas de las acciones del niño sobre otras personas. Se pretende que el niño se coloque en el punto de vista de la víctima, se favorece la aparición de la empatía y de los sentimientos de culpa, se sugiere al niño que busque formas para reparar el mal causado.
Los padres por lo general proceden de diferentes maneras con sus hijos. Baumrind (1971) realizó varios experimentos con preescolares, e identificó tres categorías de estilos de paternidad, los padres autoritarios, permisivos y autoritativos. Van Pelt (1985) clasificó a los padres en posesivos, sin amor, permisivos y autoritarios. Faw (1981) por su parte también identificó tres estilos de paternidad, autoritarios, con autoridad y permisivos. Aunque cada autor los nombra los distintos tipos e paternidad de forma diferente, todos representan las mismas características. A continuación se definirán acorde a nuestras aportaciones los tres tipos de padres postulados por los autores:
• Padres Permisivos o Liberales: El concepto de “Padres permisivos o liberales” tiene su fundamento en la crianza en la cual basan su carácter los padres que poseen absoluta flexibilidad en cuanto a los límites que exigen a sus hijos, dejando en la mayoría de los casos a los niños y niñas en total libertad de hacer lo que deseen, por lo cual, tienden a consentir el comportamiento que posee el infante, pretendiendo aceptar que su conducta es la adecuada sea así o no. Este tipo de educación en general, no ejerce la autoridad que tiene como padre de manera que el niño no percibe límites ni pautas de conducta, ante la ausencia de mando, el niño suele tomar el poder. El soporte que fundamenta la crianza de los padres liberales o permisivos radica en que estos pretenden hacer que el niño o la niña sean capaces de tomar sus propias decisiones, meditando su comportamiento a través de su propia conciencia y auto control, logrando de esta manera establecer sus propias reglas e imponiendo el criterio que ellos crean posible para su conducta, es decir, se entiende que los hijos deben crecer en libertad,
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