Frankl, Viktor. El hombre en busca de sentido

Trabajo: “El hombre en busca de sentido”.

Philippe Danet

2016

Viktor Emil Frankl, fue un psiquiatra austriaco con una historia de vida bastante dura, la misma que lo motivó a escribir su célebre obra “El hombre en busca de sentido”.

Nació en Viena dentro de una familia judía y, desde su muy temprana edad, se interesó por ramas la psicología. Gracias a su interés entra a estudiar medicina en la Universität Wien (Universidad de Viena), donde finalmente logra titularse de neurólogo y psicólogo. Trabajó en el Hospital General de Viena y, posteriormente, en el Hospital Rothschild, donde se hizo cargo del Departamento de Neurología.

Sin embargo, lo relevante de su historia para fines de este trabajo es su paso por diversos campos de concentración judíos a manos de los nazis. En condiciones humanas paupérrimas el autor debió viajar por una gran cantidad de estos puntos de exterminio, pasando tanto por algunos de poca monta comparado con otros de nefasta fama como Auschwitz. En 1945 es liberado de su encierro como un sobreviviente del Holocausto provocado por los nazis y llega a Viena de regreso con una gran historia para contar.

Gracias a todas estas funestas experiencias que le toca vivir al autor escribe finalmente un libro que promete ser según sus propias palabras una “historia íntima de un campo de concentración contada por uno de sus supervivientes” , desde un enfoque ad hoc con su profesión. Con la elaboración de dicho libro el protagonista comienza una nueva escuela de psicoterapia, más bien conocida como la logoterapia o “tercera escuela vienesa de psicoterapia”.

Viktor Emil Frankl muere el 2 de Septiembre de 1997, dejando un legado invaluable con su libro para los que están vivos y los que vendrán.

El hombre en busca de sentido es una obra que versa en base a distintos puntos que serán tratados por separado.

En primera instancia está la vivencia personal, la cual es totalmente cruda y refleja el sufrimiento que padecieron los seres humanos cautivos junto al autor. La primera parte de la historia se encarga de señalar una serie de sucesos ocurridos en los campos de concentración nazi en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Estos hechos se dividen en distintas etapas, las cuales son la fase que sigue al internamiento, la de la vida en el campo y la posterior a la liberación.

El escenario descrito por el protagonista es dantesco, es un lugar donde los hombres son rebajados a los niveles más mínimos de dignidad, un lugar en el mundo donde los derechos fundamentales de los seres humanos son totalmente ajenos. Es un lugar donde las personas están dispuestas a hacer cualquier cosa por mantenerse vivos por un instante más, sujetos a la incertidumbre de que sea el último de todas formas. El campo de concentración es un terreno inundado por el hambre que padecen sus prisioneros, según las palabras del autor “era natural que el deseo de procurarse alimentos fuera el instinto más primitivo en torno al cual se centraba la vida mental” . Recién con la libertad es que las reconsideraciones vitales pensadas en cautiverio pudieron ser llevadas a la práctica, obviamente no sin antes pasar por un periodo en el cual la misma libertad no podía ser considerada como algo real. El futuro mejor al que aspiraban los cautivos está ad portas de ser llevado a la realidad en el momento en el que conocen la verdadera libertad.

Dejando de lado la narración fáctica de los hechos acaecidos en la vida de Frankl, nos centraremos en el análisis contingente de los mismos por el autor.

Esto vendrá a ser el segundo gran punto en el libro, ya que si bien se trata de una narración, para el autor es fundamental abordar la misma desde un punto de vista psicológico, al ser su especialidad.

Pueden distinguirse ciertos sentimientos característicos asociados a las distintas etapas de la narración, en orden progresivo son: el shock, la apatía mezclada con la búsqueda espiritual y finalmente el llamado al desahogo con la esperanza.

Así, los primeros instantes en estos verdaderos mataderos son duros de digerir. Existe un desentendimiento por parte de la persona acerca de su situación y se puede apreciar una falsa ilusión de indulto que desaparece con el desenlace

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