G UÍA PRÁCTICA DE HIPNOSIS
Enviado por victormanuel722 • 24 de Febrero de 2014 • 429 Palabras (2 Páginas) • 335 Visitas
A veces, cruzamos paisajes sombríos en el devenir de la existencia,
perdemos el rumbo y no sabemos por dónde cae el norte, el viento, la
lluvia y la escarcha de la desolación interior nos desarraiga tanto que
caminamos hacia el pozo sombrío de la angustia y no encontramos la
salida, es más ni la buscamos.
La tristeza y la soledad se hacen inseparables amigas que compar-
ten cada suspiro y cada latido del corazón cansado y la pesadez de las
piernas, los sentidos embotados, la mente confusa y la espalda doblada
por el lumbago y el lastre del pasado, nos hunde y nos humilla recor-
dándonos nuestra miseria y pobreza humana.
Solo acertamos a atisbar un rayo de luz y una bocanada de aire
fresco que nos revive el ánimo, despeja la mente y despierta el alma,
cuando algún ser querido te abraza, acepta y comprende incondicional-
mente, aunque no este de acuerdo con el rumbo que ha tomado tu vida.
En ese abrazo nos reconocemos en sus ojos y en sus lágrimas, en su
respiración y en su aliento, y nos damos cuenta de que su dolor y tristeza
es nuestro dolor y nuestra angustia, entonces comprendemos que hemos
sido tremendamente cobardes y lastimosamente egoístas, ellos no se
merecen que los hayamos hecho sufrir con nuestros desvaríos.
Y mil veces que caiga, mil y una veces me levanto.
Te devuelvo: «Un batallón de querencias y una sonrisa»… un cora-
zón que late vigoroso, una mente despejada y una voz clara que te dice:
gracias por estar ahí cuando más te necesitaba.
Ahora se que vivo por ti y para ti, si tu no estuvieras ahí yo no
podría reconocerme aquí.
Porque cuando leas este escrito y te reconozcas, entonces, con tu
sonrisa; sabrás que me estoy refiriendo a ti.
Gracias.
PRÓLOGO
Conocí a Horacio gracias a mi nunca olvidado amigo Fernando Jiménez
del Oso; en un programa mío de radio en el que él colaboraba, me anun-
ció que la semana siguiente iba a venir con un hipnoterapeuta con el que
trabajaba en ocasiones. Como él sabía de mi escepticismo generalizado,
no le asombró mi inmediata pregunta:
—¿Trabaja contigo–psiquiatra o contigo–parasicólogo?
Hablaba el psiquiatra y Horacio completó, una semana después, un
programa de esos «redondos». La hipnosis es un tema seguro en la radio
y en la televisión: funciona siempre, pero también siempre te provoca el
mismo conflicto personal ¿he hecho divulgación o he hecho espectácu-
lo a bajo precio? Hacía mucho tiempo que yo mismo había escrito un
artículo pidiendo –inútilmente, claro– a las televisiones que prohibiesen
las sesiones de hipnosis dentro de programas de espectáculos porque una
...