GEORGE KELLY

Todos los seres humanos vivimos y nos sometemos por igual a un proceso incesante de cambio y crecimiento, en el que cada uno de nosotros tenemos nuestra forma de percibir e interpretar la realidad y esto lo hacemos a través de nuestras experiencias pasadas. Esto, nos convierte en individuos con la capacidad de anticipar y predecir acontecimientos así como la de aprender de las experiencias.

George Kelly, fue un psicólogo estadounidense (1905-1967), pionero de las teorías cognoscitivas de acercamiento a la personalidad y el primero en enfatizar expresamente la racionalidad del ser humano, fue considerado por muchos autores como un proto constructivista y su teoría fue mejor conocida en Inglaterra y Europa que en Estados Unidos.

Kelly desarrolló su teoría un poco después de una filosofía que llamó constructivismo alternativo, la cual sostiene la idea de que si existe una sola realidad verdadera, la realidad siempre se experimenta desde una u otra perspectiva o construcción alternativa, ya que cada individuo tiene su propia forma de ver el mundo.

Algunas construcciones son mejores que otras. Sin embargo, la construcción de cualquiera nunca está del todo completa (el mundo es simplemente demasiado complejo, demasiado grande, para que alguien pueda lograr una perspectiva perfecta). Y la perspectiva de cualquiera de nosotros no debe verse completamente ignorada tampoco. De hecho, cada perspectiva es una perspectiva de la última realidad y tiene algún valor propio para cada uno en ese tiempo y lugar preciso.

De esta forma, en su teoría de acercamiento a la personalidad, Kelly parte del concepto o idea de que las personas construyen los hechos al predecirlos sobre la base de la experiencia y el aprendizaje, organizando su teoría en un postulado fundamental y en 11 corolarios con los cuales, a través de ellos, podemos formar nuestro constructo de la realidad. Su postulado fundamental dice así: “Los procesos de una persona son canalizados psicológicamente a medida que anticipan los eventos”. Dichos procesos se definen cómo nuestras experiencias, pensamientos, sentimientos y comportamientos que están determinadas, no solamente por la realidad externa, sino por nuestros esfuerzos de anticiparnos al mundo, a otras personas, y a nosotros mismos, siempre y en todo momento, día tras día, año tras año.

Los 11 corolarios propuestos por Kelly para la canalización de estos procesos se organizan de la siguiente forma:

"Una persona anticipa los eventos interpretando sus replicaciones" (Interpretación). Esto quiere decir que construimos nuestras anticipaciones usando nuestra experiencia pasada, por lo que esperamos que las cosas ocurran tal y como lo han hecho antes.

Sin embargo, "Las personas difieren entre sí en su interpretación de los acontecimientos" (Individualidad) y dado que cada uno de nosotros tiene experiencias distintas, la construcción de la realidad de cada uno es diferente, aún cuando empleemos las mismas relaciones lógicas.

Además de esto, "Cada persona desarrolla de manera característica, por su conveniencia en la anticipación de los acontecimientos, un sistema de interpretación que abarca las relaciones ordinales entre constructos" (Organización). Este proceso requiere la formulación de prioridades respecto de los constructos, por lo que unos son más importantes que otros.

Los constructos no están simplemente flotando sin conexión alguna, si estos no se relacionan entre sí, ¡no seríamos capaces de anticipar!

Algunos constructos están subordinados a otros, o “bajo” otros constructos. Pero a veces, la relación entre dos constructos es muy estrecha cuando se usa consistentemente un constructo para que prediga a otro. El prejuicio sería un buen ejemplo, tan pronto colocamos una etiqueta a alguien, inmediatamente y de forma automática asumimos otras cosas sobre esa persona, por lo cual llegamos a conclusiones.

Por otra parte, "El sistema de interpretación de una persona está compuesto de un número finito de constructos dicotómicos" (Dicotomía). Al realizar una interpretación de un acontecimiento no sólo se hace una afirmación respecto de éste, sino que también se indica que la cualidad opuesta no es característica del acontecimiento. Establece una distinción tajante que no admite grados ni matices. Los constructos sirven como directrices para discriminar, identificar, entender y predecir los acontecimientos.

De este modo, "Una persona elige por sí misma la alternativa en un constructo dicotomizado para la cual anticipa la mayor posibilidad para extensión

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