GUERRA PSICOLOGICA
Enviado por carito1803 • 7 de Noviembre de 2012 • 2.519 Palabras (11 Páginas) • 993 Visitas
GUERRA PSICOLOGICA
La definición de guerra psicológica, o guerra sin fusiles, es el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientadas a direccionar conductas, en la búsqueda de objetivos de control social, político o militar, sin recurrir al uso de la armas.
Como en la guerra militar, un plan de guerra psicológica está destinado a aniquilar, controlar o asimilar al enemigo.
El fin de la guerra psicológica es destruir la moral del enemigo para lograr la victoria militar y para ello se emplean dos métodos diferentes, uno el militar y otro el político. El método militar se practica en los campos de batalla, directamente contra el combatiente, mientras que el método político se dirige hacia la retaguardia, básicamente contra la población civil.
Desde antes de 1939 se practicó la guerra psicológica, pero durante la Segunda Guerra Mundial, tomó características de ciencia, debido a que se pudieron emplear técnicas que no se usaron antes, debido a las limitaciones que imponía el desarrolló tecnológico de la época. Pero, aparte de las ventajas que otorgaba la tecnología, la sutileza y el refinamiento de los métodos empleados, hizo que las actividades en este campo tomaran características muy especiales durante la Segunda Guerra Mundial.
I. — EL FACTOR PSICOLÓGICO EN LA GUERRA
El conocimiento y la utilización de la psicología como arma de guerra, considerándola en su doble aspecto: ofensivo y defensivo.
Sobre la base de elementos objetivos y subjetivos proporcio¬nados por los psicólogos en general, y por los psiquíatras en par¬ticular, y mediante la puesta en práctica de los recursos modernos, es como luego, militares y gobernantes, han logrado crear, con características propias, esta nueva arma de lucha que es la guerra psicológica. Esta, en síntesis, no es sino el suscitar en el adversario un clima mental, una atmósfera, diríamos así, consciente o inconscientemente, de prederrota, de inevitable fracaso de todos sus propósitos.
Qué se entiende por guerra psicológica
Se debe conocer muy bien los elementos constitutivos de todos sus estados psicológicos, en sus distintas etapas, pues todos ellos, a su vez, nos dan, también, el propio clima psicológico y nos permitirán utilizar hasta el máximo los grandes resortes de esta arma novísima.
La GP es un arma ofensiva y defensiva.
La guerra psicológica puede llevarse a cabo mediante dos escuelas: la norteamericana y la alemana. Digo escuelas y debe¬ría decir estilos, pues es más exacto por hoy, ya que en verdad no hay aún dos academias perfectamente delimitadas. Somera¬mente, puede decirse que el estilo norteamericano, más re¬ciente, adolece de serias deficiencias que lo tornan excesivamente primario, pues se funda casi con exclusión en un concepto propagandístico.
El estilo alemán, al que hay que agregar el actual estilo soviético, es más profundo, más doctrinario, y llega por lo tanto más hondo al espíritu de las masas, combatientes o no. La pro¬paganda, para esos estilos, es meramente un aspecto mecánico de la guerra psicológica: un elemento subsidiario, no intrínseca¬mente fundamental.
E objetivo de la guerra psicológica es crear, en el o los adversarios, un clima mental, una serie de senti¬mientos que, conduciéndolos por las sucesivas etapas del miedo, del pánico, de la desorientación, del pesimismo, de la tristeza, del desaliento, en fin, los lleve a la derrota. Y viceversa, crear en el medio propio un clima neutralizador de esos sentimientos. El clima de la rabia, con todos sus matices. En una palabra: un clima de derrota y otro de victoria, de donde tenemos los dos aspectos de la guerra psicológica: el ofensivo y el defensivo, que por la parte contraria debilita al adversario y por la propia lo exalta.
La guerra psicológica en la historia
Para comprender cómo ocurre esto, hagamos, en primer término, algunas consideraciones sobre los antecedentes de lo que hasta hoy se llama guerra de nervios y debe ser considerada más amplia y científicamente como guerra psicológica.
Si nos remontamos a la historia americana, veremos que en las distintas etapas de la misma se consignan antecedentes, epi¬sodios y hechos que demuestran que los grandes jefes —entre ellos, San Martín— han utilizado los resortes psicológicos en forma magistral. El concepto de guerra de nervios es sinónimo de guerra de zapa, que era la terminología utilizada por San Martín, uno de los creadores de la guerra psicológica moderna. Y tanto es así que en la Escuela de Altos Estudios, de Berlín, fueron estu¬diadas las campañas emprendidas por el Libertador bajo este punto de vista. El Gran Capitán fué realmente un creador del sistema, porque es indudable que el manejo y utilización de los factores psicológicos, en su guerra de zapa, no fueron inspirados por ningún antecedente recogido en las escuelas militares espa-ñolas, porque en ellas no se enseñaba. Ese sistema fué creado instintivamente por nuestro prócer.
San Martín, en el Perú, manejó exclusivamente el factor psicológico. Pudo, de esa manera, llegar a Lima sin disparar un solo tiro y con la única pérdida de pocos, muy pocos hombres, registrada en combates aislados de escasísima importancia.
La baja de 2.100 hombres, que en esa campaña tuvo, fué ocasionada por el paludismo y otras pestes, lo cual demuestra que su verdadero enemigo no fué el ejército español, sino ese flagelo. Al final de esta clase volveremos sobre este tema.
La Biblia refiere diversos hechos acaecidos en la antigüe¬dad y entre ellos se destaca el caso de Gedeón. Este personaje bíblico excluyó a 25.000 soldados de entre los 40.000 que tenía que seleccionar para integrar su ejército, porque sus hombres confesaron, después de una serie de interrogatorios, que tenían miedo a la lucha. Hizo así una selección psíquica, psicológica.
El ejército de Gedeón quedó integrado, entonces, por 12.000 hombres. Posteriormente comenzó a practicar entre sus soldados la selección física, mediante una prueba que consistía en tomar agua de un arroyo sin doblar las rodillas; aquéllos que no fueran capaces de hacerlo eran excluidos. Como resultado de esta nueva prueba, solamente integraron sus contingentes trescientos solda¬dos. Gedeón, teniendo en cuenta que la empresa que iba a acometer era sumamente delicada e importante, aplicó un cri¬terio selectivo muy riguroso y estricto. Pero obsérvese que, en principio, le guió un concepto superior al físico. El ánimo de su ejército fué su interés primordial.
Posteriormente, los ejércitos recurrieron al número, dando preferencia entonces a la constitución física del soldado. Las guerras del siglo que corre
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