Gestion De Personal

ANÁLISIS CRÍTICO DE ESTUDIO DEL CASO

No solo de pan vive el hombre, es un imperativo categórico de primer orden, donde la moral y los principios éticos apuntan al bien sin exceder la conciencia social. No todos están en capacidad de aceptar y cumplir los lineamientos impuestos por nuestros compromisos económicos, sociales, culturales y familiares; todo depende de la perspectiva con que orientemos nuestras necesidades básicas y la manera cómo nos tracemos directrices para alcanzar nuestras metas.

El tener una actividad laboral remunerada, es una necesidad para sobrevivir en cualquier cultura, solo que, desafortunadamente, en los países en desarrollo, este concepto es un espejismo envuelto en un antifaz de prosperidad, y que compromete no solo nuestra formación académica –cuando tenemos que realizar labores diferentes a la carrera que hemos estudiado por años, y por la que muchas veces hemos hecho grandes sacrificios para terminarla con éxito-, sino también, cuando por no perder el trabajo que tenemos asegurado, debemos traicionar nuestros valores, para cumplirle a la empresa, pasando por encima de lo que sea, y muchas veces, perjudicando gente inocente.

El estudio del caso que nos compete en esta actividad primera colaborativa, está directamente relacionada con las prioridades de orden básico y la necesidad de hacer un alto en el camino para reorganizar la vida de este increíble grupo de trabajadores que están sacrificando su salud y bienestar general en pro de sus empresas, y que están dispuestos a entregarlo todo por ellas. Es aquí donde se prioriza un break de reflexión y análisis de las diferentes situaciones por las que se encuentran atravesando estas personas, y cómo sus vidas –sin proponérselo- han cambiado significativamente con un impacto negativo para sus familias y para ellos mismos.

La valoración y el reconocimiento del capital humano, es un tema que no tiene marcha atrás, y que es prioritario en la actualidad en cualquier entidad, ya que, no solo deben enfocarse en la producción y el servicio, sino, que por ningún motivo deben olvidar lo más valioso que poseen para que dicha producción sea una realidad: “Sus trabajadores”, porque sin ellos, sin su dedicación, esfuerzo, compromiso y entrega, no subsistirían las empresas, ya que solo el dueño o el gerente, no pueden realizar todas las funciones y encargarse de cada departamento específico; es un trabajo de equipo, es una unión inmejorable que tiene como objetivo principal cumplir con su misión y abarcar la visión de la misma, la cual, solo se logra integrando al trabajador con el ser humano, y haciendo más amena su labor en el trabajo, con la utilización de tiempo libre y de descanso, recreación, programas de capacitaciones, espacios amplios y adecuados a las necesidades de cada uno, colocándolos en los puestos que requieran de su especialización y no minimizando sus capacidades con cargos inferiores, donde, además de no estar conformes, nunca podrán desempeñarse con gusto y dedicación, ya que sienten que sus derechos están siendo vulnerados y que no necesita esforzarse para realizar una labor que podría hacer cualquier otro con menor experiencia que él.

La idea es clara. Es procurar implementar programas de capacitación, recreación, entrenamiento, etc, que motiven al personal laboral, y que lo mantengan comprometido y dispuesto a dar más en todo momento, sintiéndose parte estructural de sus empresas y decididos a sacarla adelante a toda costa. Este propósito no debe ser visto ni tomado como gastos materiales, es, una invaluable inversión en la parte más valiosa de cualquier organización que pretenda un liderazgo en la gestión empresarial.

Es muy triste, detallar las situaciones que se nos presentan en el caso que estamos evaluando, ya que son personas con sus familias dependiendo del trabajo de sus abnegados y sacrificados miembros cabezas de hogar, y no son casos aislados, ni inventados o sugeridos; este caso es el de cada 6 de 10 trabajadores en los países en desarrollo, donde el empleado es tratado como burro de carga, olvidándose de su condición humana, y extremando su carga laboral, al punto de terminar éste, incapacitado y olvidado, a la merced de las circunstancias que le depare el destino, después de haberle dedicado toda una vida de entrega y sacrificios a su trabajo.

La luz de esperanza que ha surgido de unos años a esta parte, donde, se ha vuelto un requisito empresarial, el darle su lugar a los trabajadores, reconociendo sus derechos, y no solo sus deberes y obligaciones, es un gran paso en el avance hacia una sociedad justa y fundada en principios ético-morales, que responde a las exigencias de orden social y a las necesidades humanas de superación personal y de incremento de las capacidades físicas e intelectuales del tan maltratado gremio laboral que ha tenido que padecer por décadas, los constantes e interminables abusos de sus empleadores.

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