Hacia una Infancia Virtual
Enviado por Luis Rodriguez Zalazar • 10 de Febrero de 2016 • Resumen • 4.267 Palabras (18 Páginas) • 790 Visitas
Trabajo PRÁCTICO de Sujeto I
“¿Hacia una infancia virtual?
La imagen corporal sin cuerpo”
Autor: Esteban Levin
Profesora
Mirta Monzon
Integrantes
Flores, Selene
Hidalgo, Maisa
Piris, matias
Sanchez, Romina
Introduccion:
Intentamos capturar la imagen de la nueva infancia, en su mayor parte “digitalizada” por los nuevos avances tecnológicos y el devenir virtual que se genera mediante ello.
Cuando la realidad técnica de la imagen alcanza la perfección, que captura y fascina tanto a los niños, ¿cuál es la frontera entre lo real y lo simulado, entre la presencia y la ilusión, entre la realidad y la apariencia?.
La actual “realidad virtual”, producida por la evolución tecnológica, no necesita del exterior para crear imágenes, sonidos, colores, formas, volúmenes, figuras o espacios.
Todos ellos –por primera vez en la historia de la humanidad- no dependen del objeto representado, sino del código eléctrico de la máquina que los produce. Las representaciones han cambiado: ya no se sostienen en objeto externo, sino en la nueva realidad computada, informatizada y digitalizada.
El mudo y la cultura de los niños han cambiado. Las expectativas y las exigencias en torno a ellos se han multiplicado. Los juguetes que se les ofrecen, con los cuales consumen su tiempo, son otros. Los niños en la actualidad poseen otro modo de jugar, imaginar, sufrir, pensar y construir su realidad infantil. Si la dejan sin control, tiende el señuelo para procurar consumir y agotar el deseo infantil.
No se trata de juzgar, acusar, desconocer o prescindir de los avances científicos, tecnológicos, informáticos, digitales.
Por el contrario, son necesarios, incluso imprescindibles, para la creación y el descubrimiento del universo escénico de la niñez. La cuestión consiste en ubicar el desarrollo actual en función de las necesidades, deseos y problemas que los niños nos plantean y no a la inversa, o sea que el impulso, la imaginación, el pensar y la experiencia infantil estén en función de la propia evolución tecnológica, como ha ocurrido hasta ahora.
Podemos comprender la problemática de los niños y la demanda que ella anuncia si nos introducimos en la nueva realidad imaginaria, digital y virtual, en la que se estructura y desarrolla el mundo de los chicos, encarnándola fundamentalmente desde el punto de vista del jugar, como dimensión crucial de la vid infantil. Para los niños, jugar es sin duda es imaginar, evocar y pensar. No es nunca una frivolidad, es un acto estructural que crea la experiencia infantil originaria.
El mundo del juguete: Del objeto real al espacio virtual.
El sentimiento de la infancia (Philippe Ariés) comienza a manifestarse a fines del siglo XVII y adquiere toda su fuerza homogénea en el siglo XX.
En la edad media, con las sociedades agrarias y la estructura del sistema feudal, donde el niño nacía y crecía en una red social y estatuaria ya decidida y determinada por la escasa movilidad, donde el que nacía vasallo terminaba su vida siéndolo, el lugar de la infancia pasaba de inadvertido.
Los primero juguetes nacieron de los diferentes oficios, como en talleres de tallistas de madera, de fundidores de estaño, en confiterías como figuras de pastelero, en casas de fabricantes de velas como muñecos de cera, en el taller de tornero en lo del calderero, donde los precursores de la industria del juguete fueron catalogados como “los vendedores de artículos de tornería, de hierro, papel y fantasía y, en ciudades y ferias, los buhoneros” (Walter Benjamín).
A fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, los juguetes con los que jugaban los niños eran producciones de madera, piedra, trapo, barro y cartón. Con estos materiales se confeccionaban artesanalmente caballos, muñecas (para la clase adinerada, de porcelana), títeres, pelotas, canicas, aros, arcos, objetos de arrastre, cocinitas, etc.
Se destacan como juguetes característicos de la época los denominados soldaditos de plomo (mas inclinados hacia los desfiles que a la guerra). Entre las muñecas las que mas se utilizaban eran aquellas que las niñas podían manipular ya que el material del que estaban hechas lo permitía. Las niñas que utilizaban las muñecas jugaban al rol de la “madre”, porque la figura de la muñeca era menor del que la niña que jugaba.
Las muñecas, capricho de reyes
Las muñecas sobrevivieron a la caída del imperio y fueron evolucionando. En la Edad Media se introdujeron nuevos materiales para su fabricación, como el vidrio.
Tal fue su perfeccionamiento que en el Renacimiento, llegó a ser, en la mayoría de los casos, un artículo de lujo. Los fastuosos vestidos con los que se ataviaban, fabricados con suntuosas telas y sofisticados bordados, las convirtieron en el regalo perfecto de reyes. Las muñecas dejaban de ser así un entretenimiento exclusivo de los más pequeños para transformarse en capricho de maduros monarcas.
Fueron también comunes en esta época los famosos soldaditos de plomo, fabricados especialmente en Alemania. Las muñecas de este periodo se visten como sus dueñas, siendo reflejo de las costumbres de sus mayores y al mismo tiempo se acompañan con todo tipo de artículos de uso doméstico: vajillas, cacharritos, muebles, vestidos, animales, etc. Las casas de muñecas que tanto éxito cosecharon eran todavía propias de reinas y princesas.
Los niños y niñas de las clases menos pudientes se resignaban a jugar con caballitos de madera y muñecas de trapo o de cartón.
El juguete se industrializa
En el s. XVIII Europa vive una auténtica transformación. Se inicia la revolución industrial, y con ella una nueva era que incidirá directamente en el mundo del juguete.
La mayoría de los niños seguía jugando con juguetes artesanales e incluso, en la mayoría de las ocasiones, eran ellos mismos quienes los fabricaban, generalmente buscando imitar objetos de la vida real. Pero el proceso industrial dio un giro a la elaboración de estos artilugios de diversión y la evolución de la tecnología permitió crear objetos cada vez más parecidos a los reales para la distracción de los niños. Comenzaron a producirse de manera industrial empleándose materiales nuevos como la hojalata.
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