IMPACTO DE LA FOBIA SOCIAL INFANTIL EN LA ADOLESCENCIA

IMPACTO DE LA FOBIA SOCIAL INFANTIL EN LA ADOLESCENCIA

Asignatura = Psicopatología y

Psicofarmacología

Santiago-Chile

Septiembre de 2021

Introducción

Desde que el ser humano nace viene predeterminado a ser un ser social, por lo que a través de la interacción con sus pares y el entorno va desarrollando las competencias que harán de él un ser integral, lo cual le permitirá incorporarse de forma adecuada al mundo. Un adecuado desarrollo del área social permitirá por ejemplo que el infante pueda contar con herramientas significativas para su vida, como lo son una adecuada autoestima, desarrollar habilidades comunicacionales, así como herramientas de aprendizaje, entre otros. Pero las distintas variables que se presentan en el proceso del aprendizaje interaccional, como las variables sociales y personales (cognitivo), puede interferir de manera negativa y alterar de manera relevante la interacción y quehacer cotidiano del niño, pudiendo llegar a desarrollar una patología denominada Fobia social.

La fobia social o FS/TAS se caracteriza por un miedo intenso y persistente en respuesta a ciertas situaciones sociales o actuaciones en público en las cuales la persona se ve expuesta a gente desconocida o al posible escrutinio por parte de los demás. Las situaciones sociales se evitan o se soportan con malestar o ansiedad intensos. Podemos diferenciarla de la timidez, porque la sintomatología en esta fobia es mucho más profunda y crónica, por lo que interfiere marcadamente en la vida de la persona y produce un malestar clínicamente más significativo.

Desde textos tan antiguos como los de Hipócrates se pueden encontrar descripciones similares a lo que hoy se entiende por FS/TAS , pero no fue hasta principios del siglo XX cuando el médico psiquiatra francés Pierre Janet la denominó Phobie des situaciones sociales, haciendo así referencia a esta alteración, dando de esta forma una delimitación conceptual lo suficientemente versátil y operativa por lo que fue  acogida por la comunidad científica y fue incluida en la tercera edición del DSM-III, posicionando a este trastorno en el tercer lugar de los más prevalentes, luego del consumo de sustancias toxicas y del estado de ánimo, en estudios realizados en EEUU.  Actualmente el DSM V define la fobia social como “Miedo o ansiedad intensa en una o mas situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por otras personas”.

En las siguientes paginas abordaré como este trastorno si no es tratado a tiempo, se agudiza en esta etapa impactando la vida del adolescente, debido a los múltiples cambios que se suscitan en este ciclo evolutivo.

El principal auge de la fobia social se da en la adolescencia.

El aumento de las demandas sociales para que el adolescente se inserte en la vida del adulto incrementa la fobia social, ya que en esta etapa evolutiva se espera la transición de adolescente hacia la etapa de adulto joven, donde le esperan mayores responsabilidades y demandas puesto que el sujeto cuenta con nuevos recursos intelectuales y emocionales. En este sentido, Caballo (2018) señala que “aproximadamente un 30% de los casos de TAS empieza antes de los 10 años. Así, podemos señalar que la adolescencia es el período de edad más propicio para la aparición de un TAS” (p.50).  Además Lillo (2002) nos refiere que, “Las modificaciones corporales incontrolables e irreversibles, junto a la presión del medio exigen del adolescente nuevas pautas de comportamiento y convivencia”. En decir que el adolescente sufre de mayor presión del entorno, ya que al aumentar las exigencias de interacción, e integración social generan por consiguiente un aumento significativo de la sintomatología de este trastorno.

Además, el egocentrismo que media el pensamiento en esta etapa suele crear un público imaginario en la mente adolescente, quien se ve como el centro de atención, las miradas, pensamientos y juicios del entorno, esto puede generar reacciones diversas en los adolescentes tanto de exhibición o inhibición. Esto sin duda es un factor que eleva la sintomatología del trastorno, ya que el adolescente que padece de fobia social vive en una constante presión de verse en el centro de la atención, provocando en el mayores niveles de angustia y ansiedad, “Elkind denomina audiencia imaginaria a esta conciencia de uno mismo, un “observador” conceptualizado que está tan preocupado con los pensamientos y conductas de la persona joven como ella lo está. La fantasía de la audiencia imaginaria es particularmente fuerte en la temprana adolescencia”. (Papalia, 2009, p.493).

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