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Enviado por IveG • 27 de Septiembre de 2013 • 385 Palabras (2 Páginas) • 250 Visitas
LAS RELACIONES DE PODER PENETRAN EN LOS CUERPOS.
Entre el poder y el sexo no se establece una relación de represión, sino todo lo contrario.
Entre cada punto del cuerpo social, entre un hombre y una mujer, en una familia, entre un
maestro y un alumno, entre el que sabe y el que no sabe, pasan relaciones de poder que no son
la proyección pura y simple del gran poder del soberano sobre los individuos, son más bien el
suelo movedizo y concreto sobre el que ese poder se incardina, las condiciones de posibilidad
de su funcionamiento.
Foucault nos habla del poder como multiplicidad de relaciones de fuerza inmanentes al dominio
en el que se inscriben. El poder no se construye a partir de voluntades (individuales o
colectivas), ni tampoco se deriva de intereses. El poder se construye y funciona a partir de
poderes, de multitud de cuestiones y de efectos de poder. Esto no quiere decir que el poder es
independiente del proceso económico y de las relaciones de producción.
Toda relación de fuerza implica, en todo momento una relación de poder y cada relación de
poder reenvía, como a su efecto, como condición posible, a un campo político del que forma
parte.
&10. En la entrevista titulada “Las relaciones de poder penetran en los cuerpos” Foucault afirma el maridaje existente entre las tecnologías del poder en la sexualidad y en la locura, aprisionando la verdad de la locura en la psique sexual. Hace referencia al concepto de bio-poder (que más tarde retomará Agamben), en el sentido de que las relaciones de poder inundan el cuerpo del sujeto directamente, sin necesidad de pasar por su conciencia.
Y vuelve a las explicaciones ya antes apuntadas en torno a que el concepto de poder va más allá del tópico del poder soberano, incluso dice desconfiar de toda la temática de la representación política, que no sirve para descubrir las relaciones de poder, pues como ya sabemos el poder no se construye a partir de “voluntades”, ni individuales ni colectivas.
En cuanto a la sexualidad, aclara que no debe centrarse en el sexo, ni en sus prohibiciones y su rechazo, como en otro tiempo pensó, sino que debe centrarse en una economía positiva del cuerpo y del placer, donde se atienda a una economía general del placer que no se quede en la sexualidad normativizada.
En el psicoanálisis confluyen aquellas sexualidades normativizadas y disciplinadas.
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