Juventud Y Noviazgo
Enviado por Jose_Pedro • 3 de Noviembre de 2012 • 395 Palabras (2 Páginas) • 528 Visitas
JUVENTUD Y NOVIAZGO.
En el desarrollo de la personalidad, la etapa de la juventud ofrece oportunidades para el conocimiento de si mismo, vivir con intensidad, reír, llorar; manifestar sentimientos y emociones. Se experimentan cambios significativos en lo físico, fisiológico y formas de ver el entorno, la familia, amigos y sociedad. Se plantean interrogantes y se buscan respuestas. También se experimentan sentimientos intensos que arrancan suspiros y lágrimas. Las expresiones adquieren diversidad de formas, basadas en el deseo de ampliar relaciones con amigos y amigas. La atracción por el sexo opuesto adquiere sus propias características en cada joven.
En muchos casos las emociones son intensas pero también pasajeras, en lo relacionado al noviazgo, los jóvenes creen estar totalmente enamorados de su pareja y la consideran como la que debe estar a su lado para siempre; las llamadas telefónicas se hacen largas. Buscan los espacios para estar juntos, y a los cinco minutos de haberse despedido, se están llamando. El salir y disfrutar los momentos de encuentro, se van haciendo costumbre al grado de comprometerse y llegan al casamiento en poco tiempo. El novio le promete a la dama el cielo y las estrellas. Al convivir, una de las primeras responsabilidades que pronto se asoman a la vida de la pareja son los niños, quienes llegan a formar parte importante del nuevo hogar.
Atender las responsabilidades por los hijos; modifica el escenario porque deben velar por su bienestar con la seriedad y formalidades de padres.
Aquellos “tortolitos” ya no tienen el tiempo del que disponían; ante esto, se dan casos que genera distanciamiento de la pareja. El hombre por ser tan joven, se exaspera y opta por amistades con quienes pueda tener la vida de soltero abandonando el hogar. La mujer nuevamente se queda sola para emprender un nuevo camino.
El fracaso de estas relaciones frágiles se traduce en falta de felicidad de los hijos, trascendiendo en la vida familiar, escuela y sociedad. Padres de familia y docentes tienen el desafío de ser creativos y perseverantes en la labor de formación integral a los jóvenes, que incluya la orientación para las relaciones de noviazgo y responsabilidades en el matrimonio. El reto es dirigir, estimular y crear espacios para esta formación, con amor y paciencia. Hacerlo de forma permanente con fe en Dios.
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