LA CONCEPCIÓN DE LA INFANCIA
Enviado por gloria1596 • 9 de Marzo de 2014 • 5.033 Palabras (21 Páginas) • 344 Visitas
Introducción
En el presente texto se muestra la opinión del Autor Ricardo Baquero sobre temas relacionados con la infancia. En ellos se enmarca diversos aspectos que se ven en el desarrollo de la infancia, estos aspectos pueden ser tanto psicológicos como físicos. También nos muestra cómo ha ido cambiando la percepción del concepto de infancia a lo largo de los años, conforme la sociedad avanza.
También influye un documento en el que se expone un informe sobre estado mundial de la infancia, en este reporte nos muestra las preocupaciones y problemas que presenta esta etapa cada año, igualmente nos enmarca propuestas para evitar esos problemas que surgen en cada etapa de la sociedad.
En este mismo documento se abarca el tema del Abuso infantil, que es un tema muy controversial hoy en día, ya que en este se ven violados los derechos de los niños, estos problemas pueden ser causa de una cadena de maltrato que ha pasado de generación en generación causando esto la repetición continua de dicha problemática. Los padres son muy responsables de lo que pasa con sus hijos en esta etapa da la vida, ellos deben preocuparse por la situación de vida de ellos, ya que los niños son solo eso niños y no conocen muy bien sus derechos y es por eso que debe existir una autoridad que haga valer sus derechos.
En forma general tiene el propósito de mostrarnos que verdaderamente la infancia, y como es que esta misma ha ido evolucionando al paso de los años, y por ultimo nos señalas que nosotros mismo debemos ser promotores de una buena infancia para los niños del futuro.
La infancia como problema
El objetivo de este artículo es indagar acerca del concepto de «infancia» en el ámbito del discurso pedagógico. Para lograr ese objetivo, es imprescindible describir, en primer lugar, los principales aportes en la investigación acerca de la infancia desde un punto de vista histórico y filosófico, para entonces arribar al estado actual respecto de la pregunta que guía este estudio. Durante la época que Ariès denomina Ancien Régime, los niños no eran ni queridos ni odiados en los términos que esos sentimientos se expresan, habría que decir, en todo caso, que los niños eran simplemente inevitables. Compartían con los adultos las actividades lúdicas, educacionales y productivas. Los niños no se diferenciaban de los adultos ni por la ropa que portaban ni por los trabajos que efectuaban ni por las cosas que normalmente decían o callaban. Ariès destaca con mayor intensidad dos sentimientos de infancia. El primero es el “mignotage”, por medio del cual se reconoce una cierta especificidad del niño que se hace evidente en algunas nuevas actitudes femeninas: la de las madres y las “nurses”, especialmente a partir del siglo XVII. Este sentimiento expresa la dependencia personal del niño al adulto y la necesidad de protección por parte de este. El segundo sentimiento se conforma a partir del nuevo interés generado por la infancia como objeto de estudio y normalización, siendo los pedagogos los sujetos destacados en este proceso y la escuela, o mejor dicho, el proceso de escolarización, el escenario observable de este interés. Alrededor de esta cuestión nos extenderemos más adelante.
Vale destacar que la mayoría de estos estudios provienen del campo de la demografía histórica, la psicología histórica y la historia de la familia y de la mujer. La riqueza de la polémica permitirá obtener un análisis provechoso para el estudio de la infancia desde el punto de vista de la pedagogía. Los principales puntos que en ella se destacan están vinculados especialmente al marco metodológico de la investigación llevada a cabo por Ariès y al uso de determinadas fuentes (especialmente íconos y figuras) como apoyo empírico de la contratación de las hipótesis.
Para Lloyd de Mause, los nuevos tiempos han aumentado la comprensión de la niñez y por consecuencia la posibilidad de su desarrollo en un ambiente de mayor respeto y felicidad.
Los estudios recientes en el campo de la historia de la infancia parecen tender a respaldar el punto de vista de Gélis. Para el caso de la conformación de la infancia moderna. Las investigaciones muestran profundos pero paulatinos cambios en los sentimientos hacia la infancia en el período inmediatamente posterior a 1810. Sin embargo, ese proceso debe ser comprendido como un mosaico en el que conviven nuevas y viejas formas de la niñez más que como una mutación crucial operada de una vez y para siempre. Dentro de ese proceso, y como lo señalara el propio Ariès, la escolarización de la infancia acompaña al proceso paralelo de infantilización de una parte de la sociedad.
La pedagogización de la infancia: del niño al alumno
En el proceso de infantilización de una parte de la sociedad, es decir, en el proceso mediante el cual la sociedad comienza a amar, proteger y considerar como agentes heterónomos a los niños, la institución escolar juega una papel central: escolarización e infantilización parecen dos fenómenos paralelos y complementarios. La pedagogía se ubica como producción discursiva destinada a normar y explicar la circulación de saberes en las instituciones escolares y precisará constituirse como el relato que conectará, a través de la escuela, a una infancia deseada –a veces, una “infancia normal”- en una sociedad deseada.
Ariès describe que en la época clásica, la escuela medieval de los clérigos y mercaderes, no parece distinguir en modo alguno las edades de los alumnos ni ninguna condición específica de la niñez. Este establecimiento integrará a niños y adultos y no existen criterios de categorización por edad o “grado” de dificultad. A partir el siglo XVII se observa un “creciente control del ambiente de los niños por parte de los adultos”.
La institución escolar es el dispositivo que la modernidad construye para encerrar a la niñez. Encerrarla topológicamente, corpóreamente, pero encerrarla también en las categorías que la pedagogía ha elaborado para resignificarla.
La infancia representa el punto de partida y el punto de llegada de la pedagogía, es la conditio sine qua non del discurso pedagógico. Ella representa la justificación de la pedagogía en tanto disciplina humana pero también constituye el campo de lo real que al discurso pedagógico le pertenece y en el que debe actuar educando, disciplinando, instruyendo, desarrollando. La infancia genera un campo de conocimientos que la pedagogía construye pero, a la vez, es un cuerpo -el cuerpo infantil- depositario del accionar específico de la pedagogía. La infancia es la clave de la existencia de la pedagogía.
Los trabajos de la psicología del aprendizaje y del desarrollo emplazados en la vida escolar, se vieron animados por una tensión
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