LA PSICOLOGÍA DEL MEXICANO EN EL TRABAJO

El mexicano tiene una personalidad muy peculiar que lo diferencia perfectamente del europeo, el asiático o el resto de américa latina. Con su humor único y posición ante la vida y lo que se le venga se entreteje una condición psicológica que trae en la carga de ADN y que a través de la tesis de Mauro Rodríguez y Patricia Ramírez trataremos de desmenuzar. El objetivo, encontrar la manera de que el mexicano se desarrolle mejor en su trabajo.

Rodríguez y Ramírez se dieron a la tarea de estudiar al mexicano desde su origen para comprender lo que es hoy y como direccionarlo al futuro. Nos sumergimos a la historia desde que el mexicano aun no era mexicano, sino mexica. Los autores toman como referencia de nuestro pasado precolombino al azteca, por ser la cultura predominante a la llegada de los españoles y el poderío que tenían a la época.

Cuando podemos calificar de incivilizados a los aztecas por sus condiciones de desventaja ante los conquistados y su rústica forma de vida; dejamos de ver que en su sociedad la educación era obligatoria y ningún niño vivía sin ella, la delincuencia era casi nula, existía el pulque como bebida sagrada pero no el alcoholismo.

Cuando llegan los españoles desde un juicio etnocentrista, arrebatan al mexica todo lo que tenían, religión, forma de vida, territorio, mujeres, incluso la buena salud. Desde una Europa ya bastante contaminada por diferentes pestes a lo largo de la historia llegan a América con virus, bacterias y demás agentes nocivos desconocidos en estas tierras y donde los nativos no tienen oportunidad biológica de combatirlos.

Se ejecuta una conquista con la fuerza militar del metal y la pólvora, la sumisión moral de la cruz y la fe cristiana, entre traiciones, arrebatos, sangre y acciones sin piedad. Los naturales perdieron todo lo antiguo y suyo, y no pudieron entender lo nuevo y advenedizo.

A lo largo del texto se hace amplia referencia al texto de Octavio Paz (1914) “El laberinto de la soledad (1950)”, empezando con la descripción de la mujer indígena que fue chingada por el español y del cual surge el “mestizo” lo más próximo a lo que conocemos hoy como mexicano. El conquistador viola a la mujer y de ellos nace un hijo que no es indígena ni español, rechazado por ambos grupos y comienzan ahí, los problemas de identidad. No tiene elementos que lo distingan de manera orgullosa, por lo contrario reniega de su antecedente indígena por ser menos y del español por ser vil.

Este es el primer trauma de nuestro pasado, Rodríguez y Ramírez enlistan ocho en concreto: las conquistas militare y espiritual, mestizaje, la secularización, independencia, mutilación del territorio nacional, reforma y revolución. Para el día de hoy me atrevería a decir que un trauma más es y será el crimen organizado que azota cada célula de nuestra sociedad y país.

Además de las reformas en la Ley de Migración en Estados Unidos de Norteamérica, un país del que siempre hemos vivido a la sombra, en lo político, económico, social y cultural. Con las modificaciones en su ley ahora el mexicano, quien por años ha sido la mano de obra del país vecino, se siente amenazado por la migra y vive en la incertidumbre ante la posibilidad de ser deportado y perder su familia, trabajo, lo suyo, su vida.

El algún punto del libro los autores describen al mexicano como flojo y desobligado, tesis que en lo personal me ofende, como segura estoy también le molesta a otros lectores. El mexicano de hoy quiere cambiar y alcanzar sus sueños (sueña mexicano), pero esa constante descripción de sombrero, calzón de manta, borracho y ocioso es tan incisiva que llega a convencer. Tal cual a un niño se le reprime y daño psicológicamente diciéndole que su curiosidad es de tontos, termina por creérsela. Lo mismo pasa con los mexicanos y sus capacidades menguadas.

Nosotros no somos así, no en nuestra mayoría y lo demostramos siendo la obra de mano barata del país del norte. Trabajan nuestros paisanos sin cesar, con sueldos bajos, condiciones lamentables, pero siempre con la esperanza de mejorar. El mexicano es trabajador y orgulloso de él, de su origen, de nuestra identidad nacional.

Conforme al texto, definimos identidad nacional como “…La conciencia de determinados rasgos compartidos por la colectividad y la aceptación de un estilo de vida que incluye un sistema particular de normas y valores”. Para los autores nuestra identidad tiene como características y ‘antivalores’ que somos productos del mestizaje, machistas, nuestra ambivalencia del uso de la palabra madre, alcohólico, que se disuelve en lo impersonal e implícitamente también le atañen su poca productividad.

Como ya lo mencionamos, el libro hace una vasta referencia en las palabras de Octavio Paz, que sin dejar a lado su alto valor literario y amplio gusto personal. El enfoque de hace más de 50 años de Paz, es muy diferente a lo que somos hoy. Tenemos la herencia cultural de 500 años y atrás, también el carácter propio en la herencia biológica, pero nuestra mente hoy es otra. Que por falta de control en nuestro aparato de gobierno está siendo mal encaminada.

No podemos generalizar al mexicano que se atienen a tener hijos para que la Secretaría de Desarrollo Social del

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