LA ÉTICA DE LA CONTRATRANSFERENCIA
Enviado por Nallely Valdez • 8 de Mayo de 2016 • Ensayo • 783 Palabras (4 Páginas) • 569 Visitas
[pic 1] Nombre: Nallely Sarahi Valdez Martínez
Matrícula: 159169
Materia: Psicoética
Fecha: 6 de mayo de 2016
LA ÉTICA DE LA CONTRATRANSFERENCIA
La contratransferencia se refiere a la reacción emocional global que el encuentro con el paciente provoca en el terapeuta, se sabe que no sólo que el fenómeno proviene de una relación psicoterapéutica intensa e íntima sino además que en cada contacto clínico la contratransferencia juega un rol importante. En la contratransferencia se puede diferenciar dos aspectos: por un lado un componente neurótico y repetitivo, y por otro el componente de cooperación, contacto y simpatía humana básica por el paciente, en pocas palabras un lado negativo y otro positivo.
En el psicoanálisis ponía atención exclusivamente en los peligros del primer componente, por eso se acentuaba la necesidad de una terapia personal (análisis didáctico) para el analista para evitar problemas que pudiese tener con el paciente; una corriente más reciente, sin negar la importancia del componente neurótico, pone su mayor atención en el segundo componente, en esta visión la contratransferencia es apreciada como una modalidad profunda de comunicación con el paciente fomentada por la terapia misma, que debe ser usada por el terapeuta como auxiliar para lograr interpretaciones óptimas, que hacen avanzar el proceso (Lane & Storch, 1986).
Este enfoque ha determinado una muy amplia apertura respecto del rol ético que le corresponde a la persona del terapeuta en esta profesión. Viéndolo desde el punto de vista de la ética pueden quedar en duda las dificultades asociadas con la contratransferencia y la necesidad de preservar un interés benévolo del terapeuta por el paciente.
El código ético no representa una cuestión de neutralidad en la relación terapeuta-paciente, representa más bien el establecimiento de un vínculo formal de cooperación entre ellos, adaptado a la naturaleza muy especial de la relación terapéutica y las características psíquicas del paciente.
La problemática sería si ésta contratransferencia pasara de ser cooperativa a neurótica, pudiendo llegar al abuso sexual o de otro tipo en la relación terapéutica, abusando de la vulnerabilidad del paciente. Es sumamente importe que el terapeuta tenga una formación basada en la ética en donde pueda distinguir en donde comienza a romper los códigos que benefician al paciente y que reciba información adecuada sobre los múltiples componentes emocionales que intervienen en la relación terapéutica, cualquiera sea su encuadre teórico-práctico.
Cada psicólogo debe saber de la diferencia existente entre una terapia con un paciente limítrofe con riesgo de suicidio, que tiene muchas dificultades para respetar los límites terapéuticos y la terapia con un paciente joven levemente neurótico, molesto por su inseguridad y sentimientos de inferioridad, aquí hay una diferencia objetiva: en el primer caso, el terapeuta podrá experimentar en sí mismo más ansiedad e inseguridad, e incluso irritación por la presión afectiva mientras que en el segundo caso él podrá trabajar menos tenso pudiendo ofrecerle al paciente todo el espacio que requiera el diálogo para que trate de conquistar sus inhibiciones de manera autónoma. Las diferencias que se observan se presentan en estas situaciones son muy claras y no son atribuidos a la personalidad del terapeuta, sino más bien a la influencia del paciente, a esto se le llama contratransferencia objetiva. En estas situaciones no sería ético que el terapeuta se dejara controlar y manejar por la presión a la cual se ve sometido por los pacientes y sus características patológicas, esto podría afectar a la terapia y no beneficiar o dañar al paciente, por lo que el terapeuta debería transferir al paciente con otro psicólogo.
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