La Adolescencia
Enviado por kxaz • 21 de Julio de 2013 • 1.687 Palabras (7 Páginas) • 272 Visitas
Qué es la identidad?
El desarrollo de la identidad tiene su momento crucial en la adolescencia. Esta etapa es importante desde la perspectiva del desarrollo y configuración de la personalidad pues en ella se definen aspectos de gran importancia para la vida futura. La adolescencia es una etapa de crecimiento (incremento, expansión) y desarrollo (nuevas capacidades y potenciación de recursos personales).
El joven llega por su propio camino y a su propia manera a este crecimiento y maduración. Pero se encuentra afrontando cotidianamente los problemas que le rodean. Es normal que experimente una crisis y que muestre un cierto grado de desorganización y confusión ya que debe establecer un logro
de identidad, definiendo aspectos claves de sí mismo y de su relación con el ambiente y su entorno cultural.
Grupos de pertenencia e identidad
La familia es el primer grupo al que pertenecemos. Pero a medida que vamos creciendo, nos vamos relacionando con otras personas y vamos formando parte de otros grupos: el grupo de amigos, el grupo de la clase, el grupo del club. ¿Qué es lo que caracteriza a un grupo? Que sus miembros tienen expectativas comunes, comparten gustos o preferencias, sus integrantes se reconocen como parte de él y a su vez, son reconocidos como tales por otras personas que no pertenecen a él. Esto significa que aquello que une a los miembros de un grupo, también los distingue de los demás.
Existen grupos, como la familia, donde sus miembros ocupan diferentes posiciones (abuelos,padres, hijos, hermanos). En otros grupos, como en el grupo de amigos, todos los miembros ocupan
una misma posición, ya sea por tener una misma ocupación o por pertenecer a una misma generación. Al grupo en el que todos ocupan una misma posición se lo llama "grupo de pares". Así, en la escuela los compañeros de clase conforman el grupo de pares por ser alumnos; y el equipo de docentes conforman a su vez otro grupo de pares. En el caso del adolescente, en particular, su grupo de pares es sumamente importante para su búsqueda de identidad.
El grupo aporta seguridad, atención y dignidad al adolescente, en un mundo que a menudo le resulta anónimo, complejo, insensible y debilitante. La necesidad de tener un grupo de pertenencia y ser aceptado en él define su comportamiento. En medio de una confusión de roles y al no poder mantener la dependencia infantil ni poder asumir todavía la independencia adulta, el adolescente delega en el grupo gran parte de sus atributos y en los padres la mayoría de sus responsabilidades. Mediante este mecanismo, el adolescente puede llegar a sentir que él "no tiene nada que ver con nada" y que son los otros los que "deben hacerse cargo". Esto también puede explicarnos cierta "desconsideración" que experimentan hacia los seres y las cosas del mundo real. Como consecuencia de esta etapa que a los jóvenes les toca transitar, resulta adecuado que el funcionamiento de la escuela, sus normas y su proyecto pedagógico se orienten a impulsar la libertad, la independencia, la responsabilidad de acción, de pensamiento y de convivencia.
Consideramos pues la "identidad", como unidad de personalidad sentida por el individuo y
reconocida por los otros, ya que este "saber quién soy" es un tema crítico para los jóvenes. Si bien esta identidad va siendo construida por el adolescente, también es fundamental reconocer que los
otros tienen mucho que ver en su constitución, a través de su mirada, sus apreciaciones y del lugar que le otorgan. Estos "otros" son tanto los pares como los adultos. Además, el proceso de construcción de la identidad es compartido por el grupo de adolescentes y, por lo general, muy
conflictivo para ellos.
Fuente: LA IDENTIDAD CULTURAL EN LA ADOLESCENCIA
Profesora Dra. Anastasia Téllez Infantes
Universidad Miguel Hernández, Elche (Alicante)
La crisis de identidad en la adolescencia
La mayoría de los flamantes adolescentes sufren, porque ven que la naturaleza, los desaloja de su cuerpo de niños sin aviso y el mundo de los adultos está aún ajeno y lejano. Se sienten envueltos en una serie de cambios que el crecimiento les genera en lo físico, que a su vez les produce un intenso desajuste psicológico, definido por crisis de identidad y por sentimientos de ambivalencia. Se preguntan ¿quién soy? y ¿qué soy?. Y sienten la dualidad de desear y temer a la vez cuestiones fundamentales para su vida como la emancipación y la sexualidad.
Esta transición en la antigüedad era recibida con celebraciones y ritos. El paso del tiempo fue erosionando estas costumbres. Sin embargo, esta crisis vital sigue empeñándose tozudamente en provocar enormes problemas en los “ex-niños”, que sienten confusión, resistencia y miedos, y como resultado nos encontramos frente a cambios de conducta. Los padres también se sienten influidos por esta fase que atraviesan sus hijos. Las pulsiones sexuales nacientes y las conductas contradictorias que presentan; despiertan desorientación en la crianza.
Los padres se cuestionan y oscilan entre la angustia y la indulgencia. El estado de adolescencia se prolonga según las proyecciones que los jóvenes reciben de los adultos y según lo que la sociedad les impone
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