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La Educación Moral Como Pedagogía De La Alteridad


Enviado por   •  1 de Mayo de 2013  •  419 Palabras (2 Páginas)  •  464 Visitas

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No es posible, o al menos se hace difícil, entender un texto sin su

contexto. Sin contexto no puede haber ni significado ni comprensión.

“Escuchar las palabras, leerlas, es, consciente o inconscientemente,

buscar contexto, situarlas en un todo con sentido” (Steiner, 1998, 33).

Algunas cuestiones de las aquí expuestas responden al actual debate

planteado entre los pedagogos españoles sobre modelos (paradigmas)

en educación, y específicamente en educación moral. Hoy puede

afirmarse que la discusión es muy abierta. Si hasta hace tan sólo una

década podía hablarse de la predominancia del modelo kohlbergiano en

la educación moral, hoy otros enfoques se hacen presentes en la

investigación pedagógica y en las propuestas educativas. La cuestión de

fondo que pretendo desarrollar es: ¿Qué tipo de relación se establece

entre el maestro y el alumno?; ¿qué es el alumno para el profesor? ¿Un

mero objeto de conocimiento o alguien con quien es necesario

establecer una relación moral? La respuesta que se dé a estas

preguntas condiciona toda su actividad. Se ha investigado mucho sobre

las variables que influyen en los procesos de enseñanza-aprendizaje,

pero se olvida que la percepción que el profesor tiene de su relación de

educador con el educando, su actitud ante él es una variable decisiva en

el proceso educativo, si pretende hacer “algo más” que transmitir

conocimientos y enseñar destrezas o habilidades.

Mi propuesta es que la relación más radical y originaria que se

establece entre maestro y alumno, en una situación educativa, es una

relación ética que se traduce en una actitud de acogida y un compromiso

con el educando, es decir, hacerse cargo de él. En el núcleo mismo de la

acción educativa no está, por tanto, la relación profesoral-técnica del

experto en la enseñanza, sino la relación ética que la define y constituye

como tal acción educativa. Esto nos obliga a una revisión completa tanto

de los contenidos como de las estrategias actuales en educación moral.

Y obliga, además, a enfocar la educación moral desde otro paradigma

que tenga como protagonista no el sujeto autónomo de la moral

kohlbergiana y de la ética discursiva, de raíces kantianas, sino la

primacía del otro que nos constituye en sujetos morales cuando

respondemos de él. Cualquier discurso pedagógico es deudor de una

antropología y de una ética, está situado y responde a un contexto, es

alimentado por las experiencias a la luz de una tradición. Por ello no hay

pedagogía sin experiencia ni ubicación. Nuestra propuesta de educación

moral hunde sus raíces, se ubica en la ética levinasiana, con fuerte

...

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