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La Entrevista Psicologica


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  2.073 Palabras (9 Páginas)  •  795 Visitas

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Introducción

La entrevista es una técnica que, entre muchas otras, viene a satisfacer los requerimientos de interacción personal que la civilización ha originado. Teniendo como referencia que la entrevista es el paso inicial del proceso terapéutico, es de mucha relevancia afianzar la relación entre terapeuta y paciente por lo que recae en el terapeuta crear un buena relación entre él y su paciente, lo que le corresponde a desarrollar habilidad de escucha, ser espontaneo, flexible, dando lugar a que el paciente pueda expresar sus sentimientos, emociones e ideas y al mismo tiempo establecer rapport y empatía, para poder dar continuidad con ese proceso…

Por medio de este trabajo daremos a conocer algunas pautas de entrevistador, roles y funciones que deben cumplir a la hora de hacer una entrevista Comenzando por hablar de algunos aspectos de un entrevistado (paciente) y entrevistador (psicólogo).

Nosotros como grupo dual nos enfocaremos en el funcionamiento de una entrevista y pautas, como también roles, tiempo que debe tener una entrevista y daremos a conocer todos los motivos de concurrencia que se presenta en la realidad de por qué una persona va en una entrevista psicológica.

Así empezamos con el siguiente trabajo esperando sea interesante para todos.

El entrevistador (Psicólogo)

El instrumento de trabajo del entrevistador es él mismo, su propia personalidad, que entra si o si en juego en la relación interpersonal; con el agravante de que el objeto que debe estudiar es otro ser humano; el contacto directo con seres humanos enfrenta así al técnico con su propia vida, su propia salud o enfermedad, sus propios conflictos y frustraciones. Si no gradúa este impacto su tarea se hace imposible: o tiene mucha ansiedad y entonces no puede actuar, o bien bloquea la ansiedad y la tarea es estéril.

El entrevistador debe operar disociado: en parte actuando con una identificación proyectiva con el entrevistado y en parte permaneciendo fuera de esta identificación, observando y controlando lo que ocurre, de manera de graduar así el impacto emocional y la desorganización ansiosa. Esta disociación con la que tiene que operar el entrevistador es a su vez funcional o dinámica, en el sentido que tiene que actuar permanentemente la proyección e introyección, y tiene que ser lo suficientemente plástica o "porosa" para que pueda permanecer en los límites de una actitud profesional.

Una mala disociación con intensa y permanente ansiedad, hace que el psicólogo desarrolle conductas fóbicas u obsesivas frente a sus entrevistas, y entonces evita hacer entrevistas o interpone instrumentos y test para evitar el contacto personal y la ansiedad consiguiente.

La defensa obsesiva se manifiesta en cambio en entrevistas estereotipadas en que todo está arreglado y previsto, en la elaboración rutinaria de historias clínicas; la entrevista se transforma en un ritual.

Otro riesgo es el de la proyección de los propios conflictos sobre el entrevistado y una cierta compulsión a ocuparse, indagar o hallar perturbaciones en la esfera en que las está negando en sí mismo.

El entrevistador tiene que jugar los roles que le son promovidos por el entrevistado, pero sin asumirlos en totalidad. Jugar el rol significa percibir el rechazo, comprender; hallar los elementos que lo promueven, las motivaciones del entrevistado para que ello ocurra y utilizar esta información para esclarecer el problema o para promover su modificación en el entrevistado.

Cuanto más psicópata el entrevistado, tanto más fácil se posibilita que el entrevistador asuma y actúe los roles. Asumir el rol implica la ruptura del encuadre de la entrevista. Fastidio, ira, bloqueo, lástima, cariño, rechazo, seducción, etc. son todos los indicios contra transferenciales que el entrevistador debe percibir como tales en la medida en que se producen y tiene que resolverlos analizándolos para sí mismo en función de la personalidad del entrevistado, de la suya propia y en función del contexto y el momento en que aparecen en la comunicación.

El entrevistado (Paciente)

Motivos de concurrencia al médico (quejas)

En términos generales, para que una persona concurra a una consulta, debe haber llegado a una cierta insight (percepción) que algo no anda bien, de que algo ha cambiado o modificado o bien, se percibe a sí mismo, con ansiedad y temores.

Schilder ha reunido en cinco grupos los individuos que concurren al médico ellos son:

1) lo que concurren por quejas corporales;

2) por quejas mentales;

3) por quejas debidas a la falta de éxito;

4) por quejas referentes a dificultades en la vida diaria;

5) por quejas de otras personas.

Siguiendo en cambio la división de Riviere de las áreas de conducta, podemos considerar tres grupos, según que el predominio recaiga sobre los síntomas, quejas o problemas en el área de la mente, del cuerpo o del mundo externo.

El paciente puede tener quejas o acusaciones, en el primer caso predomina la ansiedad depresiva mientras que en el segundo la ansiedad paranoide.

Podemos reconocer y diferenciar entre el entrevistado que viene a la consulta del que traen o aquel que "lo han mandado".

El que viene, tiene un cierto insight de su enfermedad y corresponde al paciente neurótico; mientras que el psicótico, en cambio, es traído.

El que no tiene motivos para venir pero viene porque lo han mandado, corresponde a la psicopatía: es aquél que hace actuar a otros y delega en otro sus preocupaciones y malestares.

El que viene a la consulta es siempre un emergente de los conflictos grupales de la familia; diferenciamos además entre el que viene solo y el que viene acompañado, que representan distintos grupos familiares.

El que viene solo es un representante de un grupo familiar esquizoide, en el que la comunicación entre sus miembros es precaria, vienen dispersos o separados, con un grado acentuado de bloqueo afectivo.

Otro grupo familiar es aquél en el cual vienen varios a la consulta y el técnico tiene la necesidad de preguntar quién es el entrevistado o por quién vienen; es el grupo epileptoide, con un alto grado de simbiosis o interdependencia.

Otro tipo es el que viene acompañado por una persona, familiar o amigo, que es el caso del fóbico que necesita acompañante.

En los grupos que concurren a la consulta, el psicólogo no tiene por qué aceptar el criterio de la familia sobre quién es el enfermo, sino que debe actuar considerando a todos sus miembros implicados y al

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