La Obesidad

El propósito de ésta investigación fue que al observar el medio en el que se desenvuelven las personas que padecen la obesidad, creo que la obesidad va más allá de los factores que hasta ahora se ha pensado que influyen en ésta enfermedad, mi propósito es que haya menos personas obesas, que éstas personas se sientan bien consigo mismos, que no tengan que luchar contra ellos mismos, y para aquellas personas que ya padezcan ésta enfermedad, al tratarse la ansiedad su recuperación sea mucho más rápida y efectiva, y así poder contrarrestar el problema de la obesidad que tantos millones representa para México.

Elegí ésta temática porque mi país (México) gasta millones de pesos que claramente no tenemos en personas con obesidad, porque cada día mueren cientos de mexicanos por obesidad, porque me puse a reflexionar y no quisiera en un futuro tener un país lleno de gente obesa y pobre, elegí éste tema porque al observar cómo la ansiedad afecta a los problemas alimenticios como la anorexia y bulimia, creí que también afectaba a las personas obesas, y que una persona ansiosa puede convertirse en obesa.

Mi Objetivo es que se tomen medidas preventivas contra la ansiedad para poder contrarrestar la obesidad, y que se observen claramente los antecedentes de las personas que ya padecen obesidad para que no caigan en la ansiedad.

Para ésta investigación se utilizarán medios como los libros y páginas de internet, así como encuestas que se hicieron en la Cd de Tulancingo, en los días 1,2,3 de octubre de 2013.

La principal relación existente entre la ansiedad y obesidad recae en que ante una situación de ansiedad nuestro cuerpo se prepara como si tuviéramos que luchar contra alguna bestia o salir huyendo para salvar nuestra vida. Cuando esa situación de ansiedad pasa, el cuerpo reacciona como si hubiéramos realizado un gran esfuerzo físico, despertando nuestro apetito para que repongamos las calorías perdidas. Si la ansiedad se despierta por tener que luchar o huir y se gasta energía que luego se repone, el cuerpo está en equilibrio. Si se desata por contestar unas llamadas de teléfono o aguantar una bronca de nuestro jefe, en realidad no habremos gastado la energía que luego consumimos para reducir la ansiedad, por lo que tenderemos a engordar. Podríamos decir que el cerebro es el máximo culpable de la obesidad. De hecho, tiene muchísima más responsabilidad que nuestras hormonas o nuestro estómago.

De acuerdo con investigadores del Departamento de Medicina Familiar del IMSS, los síntomas de ansiedad se relacionan directamente con la obesidad, un problema en el que México ocupa el segundo lugar a nivel mundial.

“Realmente no existe una única causa para la obesidad y el sobrepeso. Las causas van desde el aumento del consumo de alimentos, el sedentarismo, el estrés y factores genéticos”, asegura la doctora

...