La Pareja
Enviado por DorisAmaro • 3 de Agosto de 2014 • 2.219 Palabras (9 Páginas) • 292 Visitas
LA PAREJA
Erickson consideraba que el desarrollo de relaciones íntimas es una tarea crucial de la adultez temprana. Un elemento relevante de la intimidad es la autor revelación, que consiste en “revelar a otra persona información importante sobre uno mismo”.
Las relaciones íntimas requieren de autoconciencia, empatía, capacidad para comunicar informaciones, resolver conflictos y respetar los compromisos y, si la relación es potencialmente de naturaleza sexual, de una decisión sexual. Estas capacidades son centrales cuando los adultos tempranos deciden si se casan o establecen relaciones íntimas, si tienen o no hijos.
AMOR.
Robert J. Sternberg habla sobre la teoría triangular del amor, los tres elementos o componentes del amor son: Intimidad, Pasión y Compromiso. La Intimidad, el elemento emocional, incluye autor revelación, lo que lleva al vínculo, la calidez y la confianza. La Pasión, el elemento motivacional, se basa en impulsos internos que traduce la estimulación fisiológica en deseo sexual. El Compromiso, el elemento cognoscitivo, es la decisión de quedarse con el ser amado.
ESTILOS DE VIDA MARITAL Y EXTRAMARITAL.
En muchos países de Occidente, las normas que rigen los estilos de vida aceptables son más flexibles, las personas se casan más tarde, o no se casan, más personas tienen hijos fuera del matrimonio o no los tienen y más terminan su matrimonio. Muchas se divorcian y se convierten en madres, padres solteros; otras nunca tienen hijos; una más vuelven a casarse. Algunas personas se quedan solteras y otras viven con parejas de cualquier sexo. Algunas parejas casadas y con carreras diferentes tienen matrimonio de traslado, en los que están juntas pero viven separadas.
LA VIDA DE SOLTERO.
Algunos adultos tempranos están solteros por que no han encontrado la pareja correcta, pero otros eligen estar solteros. En la actualidad son más mujeres las que se mantienen y hay menos presiones sociales por casarse.
Algunas personas quieren libertad para recorrer el país o el mundo, progresar en su carrera, proseguir con su educación o hacer trabajo creativo sin tener que preocuparse por como su búsqueda de autorrealización podría afectar a otra persona. Algunos disfrutan de la libertad sexual. Otros consideran estimulante este estilo de vida. Unos más prefieren la soledad. Otros posponen o evitan el matrimonio por miedo de terminar en un divorcio.
RELACIONES GAYS Y LESBICAS.
Las parejas homosexuales se sienten tan satisfechas con sus relaciones como las heterosexuales, aunque la satisfacción disminuye con el tiempo. Los factores que pronostican la calidad de las relaciones homosexuales y heterosexuales (rasgos de personalidad, percepción que las dos partes tienen de la relación, formas de comunicarse y resolver conflictos y apoyo social) son similares.
Las diferencias entre hombres y mujeres homosexuales y parejas heterosexuales:
1. Las parejas homosexuales negocian más la repartición de las faenas domesticas para lograr un equilibrio conveniente para ambos y que dé cabida a sus intereses, capacidades y horarios.
2. Resuelven sus conflictos en una atmosfera más positiva que las pareja heterosexuales.
3. Son menos estables que las parejas heterosexuales, principalmente debido a la falta de apoyos institucionales.
La American Psychological Association declaró injusto y discriminatorio negar a las parejas del mismo sexo el acceso legal al matrimonio civil (es decir, no religioso).
En el 2001 Holanda fue el primer país que legalizo, los matrimonios del mismo sexo; le siguieron Bélgica en el año 2003, y España y Canadá en el 2005, en el 2008 y 2009, 16 países europeos (Dinamarca, Noruega, Suecia, Luxemburgo, entre otras) han reconocido las uniones civiles o parejas domésticas, en las que se comparten beneficios económicos de otro tipo de derechos y responsabilidades del matrimonio, pero sin el título.
COHABITACION.
Es un estilo de vida cada vez más común, en la que una pareja que no está casada tiene una relación de carácter sexual y vive bajo el mismo techo.
Quienes cohabitan sin casarse se quedan más tiempo juntos en los países donde la cohabitación es una alternativa o equivalente del matrimonio que en los países donde por lo regular lleva al matrimonio. Las uniones consensuales o informales, casi indistinguibles del matrimonio, se aceptan desde hace mucho como matrimonio en muchos países de Latinoamérica, sobre todo en parejas de posición socioeconómica baja. En la mayor parte de los países occidentales, las parejas que cohabitan tienen la intención de casarse y, en efecto, lo hacen; por lo general, estas cohabitaciones son breves.
En algunas investigaciones se propone que las parejas en cohabitación que se casan, tienen matrimonios menos felices y mayor probabilidad de divorciarse que las que esperan después del matrimonio para vivir juntas.
El significado de la cohabitación es diferente entre los adultos tardíos y los adultos tempranos. Las parejas mayores consideran más su relación como una alternativa al matrimonio, mientras que las parejas jóvenes la ven como un preludio a este. Las parejas que cohabitan de mayor edad que no tienen planes para casarse refieren más satisfacción con la relación y más estabilidad que los jóvenes.
MATRIMONIO.
En la mayor parte de las sociedades, la institución del matrimonio se considera la mejor manera de proteger y criar a los hijos. Permite dividir el trabajo y compartir los bienes materiales. Idealmente ofrece intimidad, compromiso, amistad, afecto, satisfacción sexual, compañía y una oportunidad en crecimiento emocional, así como nuevas fuentes de identidad y autoestima. En ciertas doctrinas filosóficas orientales, la unión armoniosa de un hombre y una mujer se considera esencial para la plenitud espiritual y la supervivencia de la especie. Sin embargo en las sociedades postindustriales se ha observado un debilitamiento de la norma social.
El matrimonio tradicional, con sus rígidos roles de género, ya no era viable en el mundo actual. A cambio las personas esperan mayor espacio para los intereses y empeños personales, dentro y fuera del matrimonio. En lugar de considerar el matrimonio como un paso inevitable rumbo a la adultez, como en el pasado, los jóvenes de hoy creen que para casarse primero hay que ser un adulto. Casi todos piensan casarse, pero recién cuando estén listos, y consideran como obstáculos enormes mantenerse económicamente y establecerse en un trabajo o una profesión.
Hace 30 a 50 años, la mayoría de las personas se casaban a comienzos de sus veinte o antes. En el 2006 la edad promedio de los novios primerizos era de 27.5 años y las novias 25,9. Por primera ocasión, más mujeres viven sin marido.
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