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La Psicología Humanistica


Enviado por   •  1 de Junio de 2015  •  2.418 Palabras (10 Páginas)  •  173 Visitas

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Ensayo: “EL EXISTENCIALISMO ES UN HUMANISMO”

Fundamentos Filosóficos de la Educación

Docente : Laura Elena Colorado Solano

María Zulema Urquídez Rojo

11 de enero de 2015

INTRODUCCIÓN

Se entiende por existencialismo como una doctrina que hace posible la vida humana, y que declara que toda verdad y toda acción implican un medio y una subjetividad humana. Se le reprocha al existencialismo de Sartre que todo el lado malo de la vida.

Hoy en día se ha convertido en una moda, la palabra existencialista ha tomado una amplitud y extensión que ya no significa absolutamente nada. La gente lo usa para sentirse a la vanguardia. Sin embargo este es una doctrina optimista, austera.

Tras la crisis de la modernidad, abandono de los macrorrelatos o cosmovisiones, incluida Esta obra de Sartre “el existencialismo es humanismo es un esfuerzo, por encontrar una vía de reflexión autónoma, diferente a la visón filosófica las dos grandes fuerzas que emergían de la Resistencia: el comunismo (materialismo histórico) y el cristianismo (personalismo).

Contra quienes han reprochado al existencialismo invitar a las gentes a permanecer en el quietismo de la desesperación y contra quienes consideran que se descuida el lado espiritual de la naturaleza humana, que niega la seriedad de las empresas humanas, suprimiendo los mandamientos de Dios y los valores inscritos en la eternidad.

El existencialismo, una filosofía humanista donde defiende que la existencia precede a la esencia. El existencialista no tomará jamás al hombre como fin porque siempre está por realizarse, el hombre no está encerrado en sí mismo, sino en un universo humano.

Para entender la tesis básica del existencialismo debemos entender, primero, cuál es la idea tradicional que el pensamiento religioso occidental tenía de las relaciones entre esencia y existencia.

La tradición religiosa occidental ve a Dios como el "creador" y lo concibe como un artesano superior de modo que cuando Dios crea algo sabe con precisión qué es lo que está creando. Por ello, para dicha tradición, el ser humano individual es la realización de cierto concepto que está en el entendimiento divino por lo que decimos que su esencia precede a su existencia.

Tenemos, así, que el hombre empieza por existir y a partir de su existencia se define, es decir, toma conciencia de su proyectarse hacia el porvenir. Por esta razón para el existencialismo el ser humano es, ante todo, un proyecto que se vive subjetivamente. El hombre existe y es consciente de ser un algo que se proyecta hacia el porvenir.

El primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y hacer recaer sobre él la responsabilidad total de su existencia.

DESARROLLO

Para los filósofos católicos, la ausencia de Dios para el hombre elimina toda esperanza y condenado a vivir como un absurdo. El ateísmo según Sartre es un requisito pues pasar por la soledad del hombre y su responsabilidad total. Para él, el hombre es el creador de sus propios valores.

Dentro del terreno filosófico, Sartre distingue dos escuelas existencialistas: una corriente cristiana representada por Jaspers y Marcel, y otra atea que incluiría a Heidegger y al mismo Sartre.

El existencialismo cristiano busca respuestas al nihilismo que supone la muerte de Dios en convulsas conversiones al catolicismo típicas de la primera mitad del siglo XX. La corriente atea, por el contrario, se mantiene fiel a la finitud del hombre.

El existencialismo ateo consiste en que Dios no existe, hay un ser en la que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto.

Ambas escuelas tienen en común un axioma “la existencia precede a la esencia“. Pensemos, dice Sartre, en un abrecartas: su esencia, esto es, sus características y su utilidad, están pensadas previamente a su fabricación. Su existencia, por tanto, está determinada por la esencia.

La concepción existencialista del hombre nos plantea que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define. No es definible porque no es nada solo será después y ser tal como se haya hecho. El hombre es tal como él se concibe, como se quiere.

El primer principio de es el de la subjetividad, en dos sentidos el de la elección del sujeto individual por sí mismo, y la otra la imposibilidad del hombre de sobrepasar la subjetividad humana, es el sentido profundo del existencialismo.

EL proyecto, el hombre empieza a existir, se lanza hacia un porvenir, y ahí se puede proyectar. El hombre será ante todo lo que haya proyectado ser. Querer es una decisión consciente.

El hombre está forzado a ser libre. Una fatal situación hace aún más urgente la acción. El mundo nunca es el espejo de mi libertad. La libertad es considerada por Sartre como un poder de aniquilación, como superior a la dada (el hombre es un para-sí).

Elegir ser esto o aquello es afirmar al mismo tiempo el valor de lo que elegimos. Este acto ha comprometido a toda la humanidad, así soy responsable por mí mismo y por todos. Esto es angustia pues el hombre que se compromete, no podría escapar al sentimiento de total responsabilidad.

No hay ninguno de nuestros actos que, al crear al hombre que queremos ser, no cree al mismo tiempo una imagen del hombre tal como consideramos que debe ser. El hombre se elige en relación con los otros.

El hombre vive todavía resentido por la libertad total. Inventó y evasivas, como la mala fe. La mala fe es pretender que uno no es libre. La conciencia, Sartre nos dice, siempre tratando de coincidir consigo misma, para ser completa.

Al hombre lo determina haber nacido en una sociedad y un tiempo determinado que tiene un cuerpo tener un pasado existe en un mundo que existía antes Para Sartre, debemos tomar nuestra contingencia.

Un ejemplo: el hombre cobarde no lo es por naturaleza o esencia, sino porque se ha construido como un hombre cobarde a través de una serie de actos concretos. El hombre no tiene una esencia o naturaleza definida de antemano sino que lo que puede ser depende de lo que él decida hacer a cada momento.

Sin embargo, la mayoría actúa como si su elección sólo le afectase a sí mismo, actúa, dice Sartre, de mala fe. No son capaces de enfrentarse a la catástrofe de que todo el mundo actuase como ellos y prefieren pensar que ya habrá otros que tomen la decisión correcta.

“Lo que dice el existencialista es que el cobarde se hace cobarde, el héroe se hace héroe; hay siempre para el cobarde una posibilidad de no ser más cobarde y para el héroe de dejar de ser héroe”.

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