La Verdad De Guayaquil
Enviado por Mono2796 • 1 de Noviembre de 2012 • 575 Palabras (3 Páginas) • 294 Visitas
Con todas las ganas
Lamentablemente el día no comenzó de la mejor manera porque la noche anterior fue muy pesada, llena de bromas con nuestros amigos, llena de risas incluso luego de apagadas las luces de la habitación porque sabíamos que va a hacer una de las pocas veces que podíamos disfrutar una noche entera con nuestros amigos, por esto nos llamaron varias veces la atención en la noche y aproximadamente a la 1 de la mañana recién logramos dormir. Por esto al siguiente día lo que todos más sentíamos era cansancio y sueño y aunque sabíamos que iba a hacer un día muy largo y difícil, recogimos nuestras cosas del suelo y unos pocos se fueron a bañar.
Aproximadamente a las 7:30 de la mañana fuimos a desayunar, al comedor de la escuela Tío Paco en el cual nos brindaron un corviche que estaba delicioso o simplemente era el hecho de que estábamos muertos del hambre. De todos modos, después de desayunar nos alistamos para afrontar un día que sabíamos que iba a ser totalmente lo opuesto al día anterior, alejados totalmente de los lujos pero con muchas ganas recogimos las herramientas y nos subimos en el bus, en el cual a muchos nos sirvió como reparador para la mala noche.
Dio las 8:30 y salimos de la escuela, en este lapso fue seguramente lo que más nos impacto a todos ver como pasa Guayaquil de una zona como Samborondón, toda “pelucona” y “aniñada” con casas y conjuntos espectaculares, pasar por un puente y ver la verdadera realidad de la gente allá, todos sin excepción nos impresionó como cambió radicalmente la imagen cuando pasamos al puente y llegamos a un mercado de Daule, totalmente lleno de basura y gente muy trabajadora. Después debido a que el chofer se perdió en el trayecto nos demoramos alrededor de 2 horas y media en el viaje.
Luego a las 10 llegamos a la Unión, recibidos por muchas piscinas camaroneras y un camino de tierra vimos unas casitas a lo lejos y sabíamos que habíamos llegado. Al contrario del día anterior, en donde esperábamos que la escuela fuera muy desagradable y no fue así, el pueblo si era tal y como nos lo imaginábamos y peor. Cuando vimos a toda esta gente humilde, muchos nos pusimos a reflexionar sobre lo afortunados que somos en tener todo lo que tenemos, y que muchas veces no lo agradecemos a nuestros padres como es debido.
Conocimos a María, la dueña de casa, y nos topamos con una persona muy amable, humilde y generosa; y también a Pepe, la persona que nos ayudó a construir las casas ambos días. Pepe tristemente no nos dejó ayudar demasiado, sabía que pese a nuestra intención de ayudar, lo íbamos a estorbar; pero después nosotros mismos nos decidimos a ayudar sin que él nos lo pida y hacíamos nuestro mejor esfuerzo. Después entre risas terminamos la casa y el techo nos ayudó por completo Pepe, lamentablemente no pudimos terminar la casa porque nos faltaron piezas del techo.
Fue conmovedor ver como a María
...