Las Crisis del hombre

Crisis del hombre

En la historia de la humanidad se han cometido grandes crímenes que atentan contra la individualidad del humano, esto ha sucedido en nombre de las religiones e ideologías que siempre han intentado manipularlo a la sociedad.

Las distintas ideologías que ha tenido la sociedad, desprestigian la individualidad del hombre y su libertad de ser y actuar. Ya sea tratándolo como parte de una masa, o como una mercancía que debe consumir lo que se le imponga y actuar de acuerdo a los lineamientos del mercado.

Somos seres individuales quienes, a pesar de haber crecido y aprendido en el mismo entorno de otros, hemos formado nuestro propio criterio y personalidad, en base a experiencias propias y a nuestro razonamiento. Sin embargo, muchos nos vemos en la necesidad de reprimir nuestra verdadera personalidad y deseos, por no encajar con el entorno en el que vivimos. Porque nos arriesgamos a ser excluidos, señalados y/o juzgados, por ser distinto y actuar fuera de los paradigmas estipulados por la sociedad.

En muchos lugares influye en gran parte el gobierno y la religión predominante de la región. Por esto lo que está “bien visto” en algún país es completamente distintos en otros.

Los motivos anteriores me llevan a opinar que muchos somos esclavos en nuestra propia sociedad. Un tipo de esclavitud voluntaria, en la cual por el miedo de ser diferente uno mismo se adapta al común denominador. Es lamentable que un ser humano no se le permita ser lo que su naturaleza le dicta, ser lo que su criterio le dicte.

Y claro, dentro de esta libertad con la cual deberíamos vivir, deben existir límites. Con límites me refiero a que tu libertad debe llegar hasta donde tus actos no afecten en forma negativa a otros. Tengamos siempre claro que no estamos solos, que vivimos rodeados de otras personas y en orden para vivir en armonía necesitamos respetar su bienestar.

Belleza americana, una película en la cual podemos ver algunos ejemplos de lo dicho anteriormente; la libertad de una persona sin un límite de respeto hacia otros puede afectar a otro, la represión de nosotros mismos ante los ojos de la sociedad, lo cual nos puede orillar a ver la belleza desde otro aspecto.

Cada persona tiene un criterio individual, pero ¿qué pasa cuando nuestra forma de pesar es totalmente diferente a la de tu compañero de vida? ¿Cuándo la familia que has formado se desintegra porque te has convertido en alguien que no eres? Y todo por aparentar ante la sociedad.

 El problema no es ser diferente, si no la tolerancia y comprensión que las demás personas tengan contigo.  Estas situaciones nos llevan a reaccionar de formas distintas.

En nuestra cultura occidental, un matrimonio exitoso es aquel que se dedica por completo a su familia. El esposo que tiene un trabajo en alguna empresa prestigiosa, al final de sus jornadas laborales vuelve a casa para estar con su familia, los fines de semana se los dedica por completo a ellos y a su casa, toma vacaciones familiares, etc. Por otro lado tenemos a la esposa ama de casa que le dedica sus días y noches a sus hijos y su esposo, se empeña en tener un hogar presentable para las visitas y ojos ajenos; y en caso de ser una esposa con actividad laboral, dividir sus actividades entre lo que una ama de casa hace y una persona con trabajo.

Y este concepto no tiene nada de malo, está perfecto si es lo que te hace feliz, si es lo que te llena de plenitud y el dedicar tu vida a esto es lo que amas. Sin embargo, existen algunas personas que no tienen esas pasiones, personas que tienen espíritu y creatividad para hacer algo distinto en sus vidas. Pero desde chicos, nuestra familia, la industria y el merado nos han programado para pensar que el éxito de una persona es crecer, terminar una carrera, tener familia y seguir trabajando por años para sustentar económicamente un tipo de vida que dependa del consumismo.  

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