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Las Tres Formas De La "falta De Objeto" (Comentario De Algunas Sesiones Del Seminario IV "La Relación De Objeto Y Las Estructuras Freudianas")


Enviado por   •  24 de Mayo de 2014  •  2.426 Palabras (10 Páginas)  •  556 Visitas

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1 - La "falta de objeto"

La "falta de objeto" es el nombre lacaniano del objeto perdido del deseo freudiano, el cual funciona como condición de posibilidad de las dos series de objeto en Freud: el objeto de la pulsión y el objeto de amor.

En el seminario IV, Lacan aborda este problema con el análisis de tres formas clínicas del objeto: el fetiche, la fobia y el falo (histeria)

La estructura metafórica del objeto fóbico será la que lo conducirá a la metáfora paterna, en el seminario V, y lo que le permitirá salir de las impases clínicas del esquema L respecto del Edipo y la castración. En cambio, la futura ubicación del objeto como real se esboza mas bien por el lado del caracater quebrado del objeto de la metonimia, en ese incesante deslizamiento donde se instala el agujero, en el intervalo mismo entre los significantes, y su relación con la causa.

Lacan ordena la cuestión de la falta de objeto mediante un cuadro de doble entrada, con los tres registros en un eje y la tripartición acción, objeto y agente, en el otro.

Acción

(Sujeto) Objeto Agente

Frustración

(imaginaria) Real

(pecho) Otro simbólico

(madre)

Simbólico

(don) Otro real

(madre como potencia real)

Privación

(real) (castración materna) Simbólico

(falo simbólico ) Imaginario

Castración

(simbólica) Imaginario

(falo imaginario -) Real

Las formas de la falta se ubican debajo de la acción, la cual es padecida por el sujeto. El sujeto es aquí sujeto sujetado a la acción de un agente, lugar donde se ubicarán los diferentes rostros del Otro. El objeto, por su parte, se deduce a partir de la forma de la falta que se introduce en el sujeto.

Esto implica dos cosas: por un lado, que no todos los agujeros son iguales , y por el otro, que el sujeto y el objeto comparten una comunidad topológica (Lacan retomará las tres formas de la falta en sus análisis topológicos del toro en los seminarios IX y XII). En síntesis, comienza a delinearse una solidaridad entre el sujeto del inconsciente y el objeto

También es importante tener presente que, a partir de este seminario, lo imaginario sufre una ampliación muy importante, incluyendo objetos otros que los especulares, e inclusive objetos excluidos (como es el caso del falo) de la imagen especular.

La dimensión del agente subraya la dependencia estructural de las formas de la falta respecto del Otro en tanto lugar del significante, mas allá de su encarnación en la madre o el padre y, sobre todo, mas allá de la dimensión "subjetiva" que hasta entonces había tenido ese Otro.

Finalmente, recordemos que de las tres formas de la falta, solo una es de neta raigambre freudiana: la castración. La frustración, en cambio, es tomada de las teorías posfreudianas de la relación de objeto, y la privación de las teorías E. Jones.

2- La frustración

La noción de frustración es fundamental para poder delimitar la serie de estas operaciones.

El centro de la noción de frustración, en tanto que una de las categorías de la falta de objeto, es del daño imaginario. Es a nivel imaginario que se ubica la correspondiente dimensión subjetiva.

El objeto, en cambio, es real, donde real no se diferencia aquí demasiado de realidad.

La función del agente introduce, luego, al Otro como objeto de amor. En consecuencia, el Otro de la intersubjetividad de los seminarios anteriores y el Otro del reconocimiento del deseo, quedan ubicados en el marco de una continuidad con el objeto de amor. Es decir que un elemento, la persona, el otro, hasta ahora ubicado en el registro imaginario especular, es diferenciado, y situado al nivel del Otro, como agente.

Este lugar tercero del Otro como agente, en sus coordenadas simbólicas, diferenciado del objeto real y del matiz imaginario de la vivencia subjetiva, subraya su ajenidad respecto de cualquier mecanismo de proyección.

Lacan aborda la noción de frustración desde el término freudiano de Versagung, que significa renuncia, una palabra rota, la anulación de una promesa. Por lo tanto, aunque la ubica en el registro imaginario (el cual, como lo señalamos, ha sufrido una ampliación, mas allá del registro especular a-a'), se subraya su subordinación respecto del registro de lo simbólico

Respecto de la frustración, "mucho se aclara si la abordamos de la siguiente manera, hay desde el origen dos vertientes de la frustración"(1): frustración de goce y frustración de amor.

"La frustración del amor y la frustración del goce son dos cosas distintas. La frustración del amor está en sí misma preñada de todas las relaciones intersubjetivas que a continuación podrán constituirse. La frustración del goce no lo esta, en absoluto.

Contrariamente a lo que suele decirse, no es la frustración del goce lo que engendra la realidad, como muy bien vio el señor Winnicott, desde luego, con la confusión habitual que se lee en la literatura analítica. No podemos fundar ninguna génesis de la realidad en el hecho de que el niño tenga o no tenga el pecho. Si no tiene el pecho, tiene hambre y sigue gritando. Dicho de otra manera, ¿qué produce la frustración del goce? Produce a lo sumo un relanzamiento del deseo, pero ninguna clase de constitución de objeto, en absoluto. Esto precisamente lleva al señor Winnicott a indicarnos algo que en verdad puede captarse en el comportamiento del niño como ilustración de un progreso efectivo, progreso que requiere una explicación original" (2).

En consecuencia, para Lacan, el acceso a la realidad se da a partir de la frustración de amor, la que ordena dicho acceso en función de la alianza y la ley, y no de una experiencia empírica de la realidad, a diferencia de M. Klein, para quien el acceso a la realidad se da por un proceso de psicogénesis del símbolo a partir del objeto de goce real y por un aprendizaje emocional del ensayo y error (es decir, hace derivar la realidad a partir de la frustración de goce).

D. Rabinovich (3) subraya la importancia de precisar estas dos vertientes de la frustración para poder diferenciar las dos series del objeto: la de la pulsión y la del amor.

La frustración de goce es frustración de una demanda vinculada con la satisfacción en cuanto tal. Para Lacan, el objeto real (el objeto de la frustración de goce) queda incluido en el eje a-a', circulando dentro de la dinámica imaginaria, y es equiparado, incluso, al objeto transicional (en lo imaginario quedan ubicados tanto

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