Las causas de los trastornos del sueño

El insomnio es uno de los trastornos del sueño más comunes.

Aunque el insomnio únicamente suele concebirse como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede tomar varias formas:

• dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres)

• despertarse frecuente durante la noche (insomnio intermedio)

• despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal)

Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.

Varios son los determinantes de este trastorno de sueño. Factores como el estrés, la elevada activación del organismo o la depresión son relevantes. En la actualidad, es frecuente la prescripción de fármacos para el tratamiento a corto plazo del insomnio. Sin embargo, el tratamiento farmacológico no constituye una solución adecuada a mediano y largo plazo, y es preferible evaluar en estos casos el uso de otras técnicas, como la terapia conductual o cognitivo-conductual. Un asunto de primer orden en el abordaje de este trastorno de sueño (el insomnio es en realidad un síntoma, y no una enfermedad) consiste en instruir al paciente acerca de los principios de la llamada profilaxis o higiene del sueño.

ETIOLOGÍA DEL INSOMNIO

Prevalencia de las diferentes etiologías en 2.000 pacientes con TIMS de larga evolución:

• -Trastornos psiquiátricos 35%

• -Trastornos psicofisiológicos 15%

• -Alcohol y drogodependencia 12%

• -Síndrome piernas inquietas y mioclonus nocturno 12%

• -Sin causas aparentes 9%

• -Síndrome de apnea del sueño 6%

• -Causas médicas, tóxicas y ambientales 4%

• -Otras causas 5%

a) TIMS en la patología psiquiátrica: supone más de la tercera parte de los casos; puede presentarse como insomnio de conciliación (trastornos por ansiedad, anorexia, hipomanía, trastornos psicóticos), como insomnio intercalado (trastorno de pánico, trastorno por estrés postraumático) o como insomnio terminal o despertar precoz (depresión endógena). La poligrafía no supone una ayuda para el diagnóstico diferencial al ser muy poco prevalentes y muy inespecíficas las alteraciones encontradas.

b) Alcoholismo y drogodependencia: suman del 10 al 15% del total de TIMS de larga evolución. El alcohol en consumo agudo actúa como sedante aunque suprime el sueño REM por lo que no es raro que rebote al final de la noche; en consumo crónico produce aumento de la latencia de sueño, disminución del tiempo total de sueño y de su eficacia, y descenso del sueño delta que suelen mantenerse meses después del cese del consumo. En su tratamiento hay que tener cuidado con

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