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Las constelaciones familiares


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2012  •  Informe  •  1.848 Palabras (8 Páginas)  •  705 Visitas

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Pertenecemos a un sistema determinado de relaciones que van ampliándose en círculos concéntricos. Siguiendo el orden temporal, éstos son los grupos y relaciones importantes para nuestra supervivencia y nuestro desarrollo, de lo que formamos parte a lo largo de nuestra vida.

Las condiciones a tener en cuenta para conseguir que el amor crezca en todas nuestras relaciones y prospere sin impedimentos están predeterminados y sólo se nos revelan por los efectos de nuestros actos.

Las constelaciones familiares desarrollan su fuerza elemental, gracias a su lenguaje metafórico y pre verbal, en ellas se reúnen el pasado, la despedida y la reorientación.

En todos nuestros sistemas existe una interacción de necesidades fundamentales, como lo son: la necesidad de vinculación, mantener un equilibrio entre dar y tomar y la necesidad de encontrar seguridad a nivel social.

El comportamiento de un miembro de la familia condiciona la reacción del otro, y dependiendo del punto de partida de nuestra observación, podremos describir diferentes sucesos y procesos. Un problema de conducta organiza a todo el sistema, y el trabajo terapéutico consiste en encontrar conductas que permitan eliminar el problema.

Su enfoque se centra en el sistema familiar en conjunto. Incluso se muestra convencido de que muchos comportamientos y sentimientos no se explican por la actual situación vital de una persona, sino que se remontan a determinados sucesos en su familia de origen.

Cuando se habla de "familia", se refiere a más que aquello que nosotros solemos definir como tal. Para subrayar este concepto más extenso, utilizó la expresión de "red familiar". Una red familiar es más que la familia; donde pertenecen: los hijos y sus hermanos, los padres y sus hermanos, los abuelos de ambas partes, a veces, alguno de los bisabuelos. Todo miembro de esta red familiar tiene el mismo derecho de formar parte, y nadie puede negarle su lugar.

Cuando a una de estas personas se le niega la pertenencia (por ejemplo, no aceptando a un hijo ilegítimo) y, en consecuencia, otro miembro de la familia ocupa su lugar, este hecho hiere el orden y provoca un trastorno en el sistema. Frecuentemente, las consecuencias no se manifiestan hasta mucho más tarde, cuando, en generaciones posteriores, alguien, sin saberlo, imita la suerte de la persona excluida.

"El ser se califica por el tiempo." Eso significa que existe un orden jerárquico en la familia que se define por el tiempo: primero van los padres, después, la fila de los hijos; el primogénito ocupa un lugar anterior a los demás hermanos, y un segundogénito siempre será un segundogénito, aunque su hermano mayor haya muerto.

En relación al dar y al tomar entre padres e hijos, esto significa: los padres les dan la vida a los hijos. Son ellos los que les dan a los hijos. Por otra parte, significa que los hijos no pueden darles nada equivalente a los padres. A veces, un hijo intenta darle a uno de los padres algo que éste no recibe de su pareja. No obstante, no le corresponde al hijo ocupar ese lugar, por lo que en algún momento reaccionará sintiéndose desbordado o cayendo enfermo. Así, un hijo no puede sustituir al padre cuando la madre vive y lo educa sola, de la misma manera que un hermano mayor no puede sustituir a los padres para un hermano menor. Cuando los padres se dirigen a sus hijos con exigencias o expectativas que no corresponden a la relación, este hecho equivale a una inversión de la situación con consecuencias negativas para el sistema entero.

En todo caso, es importante que los hijos reconozcan a sus padres. "Honrando a los padres, algo se arregla en las profundidades del alma", dice Hellinger y describe que no les corresponde a los hijos juzgar a sus padres, ya que el hecho de convertirse en padre o madre no depende de cualidades morales, sino de un acto determinado, establecido de antemano e independiente de características morales. "Los padres merecen el reconocimiento como padres por la consumación de un acto, y sólo por esta consumación.

" Aquí, por tanto, no hay lugar para juicios morales; desde este punto de vista, no hay padres buenos o malos. Los padres les dan a los hijos la vida, el bien supremo, y es esto lo que los hijos deben agradecer.

¿Cómo podrá un hijo respetar a sus padres cuando éstos abusaron de él, lo maltrataron o lo dieron? Aquí, la atención se centrará en no confundir los niveles. Cuando se trata de que una persona, en su desarrollo, llegue a estar "completo", es imprescindible integrar interiormente a ambos padres. Una persona sólo puede encontrar su identidad estando en paz con ambos padres. "Cuando se excluye a uno de los padres, el hijo sólo está a medias, sintiendo el vacío y la falta, lo cual es la base de la depresión. La depresión se sana integrando al padre o a la madre excluidos, dándole su lugar y su dignidad."

Muchas veces, las personas sienten el miedo de hacerse como sus padres, pero este rechazo de determinadas características de los padres únicamente los lleva a rechazarse también a ellos mismos. El tomar e integrar al padre y a la madre es un proceso independiente de sus cualidades y de sus actos posteriores, "es un proceso curativo".

En lo que se refiere a adopciones, Hellinger ha llegado a diversas comprensiones que, a primera vista, pueden parecer osadas, pero finalmente sí resultan claras y hasta beneficiosas. Primeramente dice que los padres carnales siempre son los mejores padres que un niño puede tener. Si los padres no están disponibles para criar y educar a los hijos, por orden jerárquico les toca a los abuelos. Cuando tampoco hay abuelos, ni otros familiares más cercanos, la adopción es justificada. Un padre que

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