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Lenguaje y la gramática


Enviado por   •  7 de Junio de 2013  •  Ensayo  •  612 Palabras (3 Páginas)  •  275 Visitas

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vivientes, jamas podemos desprendernos por completo de nuestras

expresiones del lenguaje natural. Basta recordar que en todos los

idiomas existe—y la gramática distingue una parte de la oración

correspondiente—lo que se llaman interjecciones, palabras mediante las

cuales, en manera próxima al grito de los animales, expresamos una

emoción muy viva. Existe también el fenómeno lingüístico llamado

«onomatopeya», que no es sino la imitación en una palabra o en una

frase simbólica de aquellos ruidos que con ella quieran significarse; y

algo queda siempre en todo lenguaje intelectual como de resonancia de

los contenidos naturales expresados mediante él. El juego de las vocales

y de las consonantes permite dar a determinadas palabras una entonación,

un énfasis, que pone en ellas cierto matiz emocional adecuado

al objeto que representan. Para ofrecer ejemplos muy obvios: en la

palabra «cañón» se reconoce algo del estruendo producido por el

disparo del cañón; y la interjección «¡ay!», con la que expresamos un

dolor que nos asalta, está muy próxima al grito que hubiéramos proferido

si estuviéramos en el estado de naturaleza y careciéramos de un

lenguaje simbólico... Inclusive, es posible seguir en términos generales,

mediante un análisis de las formas verbales, el tránsito desde el lenguaje

natural hasta el lenguaje simbólico o ideológico. Pero esto no quiere

decir en modo alguno que no exista una diferencia radical y de esencia

entre ambos, una vez que el lenguaje simbólico se encuentra

constituido; y procuraremos mostrar con algún detalle en qué consiste

esa diferencia, pues ella debe servirnos en seguida como punto de

apoyo para entender mejor la singularidad del ser humano, en cuanto

individuo y en cuanto conjunto social. Si hipotéticamente nos

encontramos en un paraje desierto con un ser humano ignorante de

nuestro idioma, es seguro que podremos entablar algún tipo de

comunicación con ese otro ser de nuestra misma especie. Para ello

apelaremos, por lo pronto, al lenguaje natural, que no consiste

exclusivamente en emisión de sonidos, sino que en gran parte consiste

también en actitudes corporales. El entendimiento que, por lo pronto,

lograríamos entablar con nuestro prójimo en el

plano del lenguaje natural apenas difiere, o no difiere nada,, del

entendimiento que a diario entablamos con animales.. También nos

entendemos—y nos entendemos perfectamente—con nuestro perro,

cuya amistad hacia el hombre es proverbial. Le hacemos sentir, percibir,

captar nuestros estados de ánimo, nuestra aprobación y desaprobación;

y el animal entiende, mediante las expresiones no

...

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