Lo Irreductible Social Y Lo Irreductible Psíquico

Lo irreductible social y lo irreductible psíquico

La transdisciplina basa sus reflexiones en el “descubrimiento” de la complejidad como punto de partida para comprender la realidad social contemporánea. Para tal fin, la primera gran frontera que pretende superar la transdisciplina es aquella que separa el conocimiento en disciplinas autocontenidas, que cuentan con métodos, objetos de estudios, problemas de investigación, preguntas fundamentales y marcos teóricos que cambian o evolucionan sólo a partir de ellos mismas y dentro de las construcciones históricas que han establecido los límites de cada una de las disciplinas. En ese sentido, la transdiciplina busca que los investigadores transciendan los límites de sus propias disciplinas entablando vínculos con otros conocimientos. La idea de trascender las disciplinas se impone, de esa forma, como un imperativo necesario para comprender las realidades complejas del mundo contemporáneo.

Existen relaciones entre la psicología y la sociología, pero son difíciles, dado que los enfoques de los fenómenos humanos y sociales se contraponen, ya que ambas disciplinas constituyen su objeto y plantean su problemática, pero no se puede prescindir de estas relaciones debido a que su objetivo es la explicación de los mismos fenómenos, por lo que para su estudio se necesitan articularse, puesto ninguna de las dos puede explicar pos sí solas los hechos sociales. Tanto la psicología como la psicología son mutuamente excluyentes ya que se enfrentan a la irreductibilidad del psiquismo y de lo social por otro lado. Pero lo anterior no puede conducir a una exclusión o una indiferencia de la interacción de estas dos disciplinas.

Lo que puede considerarse como “naturaleza humana”, para un sociólogo no existe, dado que para él la significación de las conductas humanas es inseparable del sistema de relación social en el cual estas se inscriben. Además el sociólogo rechaza todo recurso a la idea de una invariante natural como el fundamento del ser hombre. Por tanto las conductas, actitudes, comportamientos no pueden ser explicados independientemente de las condiciones sociales que las hacen posibles. Por lo que se trata de investigar el sentido de esos actos no a través de la conciencia del actor sino en el análisis del conjunto de las determinaciones que actúan sobre sus conductas.

Durkheim plantea como regla metodológica considerar los fenómenos sociales como cosas, propone aprehenderlos “desde afuera”, es decir tomar la aprehensión no como un factor explicativo sino como un fenómeno por explicar. Durkheim construye el pensamiento sociológico contra los antropólogos y psicólogos de la época, que partirían del postulado de que se necesita buscar en la naturaleza fisiológica del hombre las fuentes de su comportamiento social. Sin embargo el no opone por eso la sociología a la psicología. La apertura de la psicología se inscribe en un proyecto que pone en evidencia el componente social del ser del hombre. Lo esencial para Durkehim es explicar los hechos sociales de manera sociológica sin lo cual se arriesgaría a asignar como condición determinante a los fenómenos sociales algunos estados psíquicos, relativamente definidos y especiales, pero que, de hecho, son su consecuencia.

No puede concebirse al individuo fuera de los habitus que lo constituyen como tal y que determinan sus prácticas sociales, no se puede sin embargo reducirlo a esta dimensión de su identidad. Aun considerando sus aspiraciones, sus motivaciones, sus creencias, sus gustos y sus formas de pensar como disposiciones programadas y socialmente condicionadas, no podemos sino constatar que el individuo no se reduce nunca al conjunto de las determinaciones sociales y los procesos de socialización que lo constituyen. Si para los sociólogos, la sociedad es vista como una especie de comedia del arte, en la cual los actores improvisan

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