Los Misterios Del Nuestra Mente
Enviado por mariajose16 • 2 de Diciembre de 2012 • 387 Palabras (2 Páginas) • 371 Visitas
Los antiguos sabios hebreos creían que la mente residía en el corazón. Es por esto que cada vez que leas las escrituras bíblicas, cuando veas la palabra “corazón” la mayor parte de las veces se estará refiriendo a la mente.
Los griegos de la Antigüedad, estaban divididos respecto a los roles del corazón y de otras partes del cuerpo respecto a la mente. Muchos creían que ésta residía en el hígado, de ahí que sus guerreros devoraran los hígados de sus más hábiles enemigos caídos en batalla. Pero algunos filósofos, como Aristóteles, creían que el corazón era el asiento donde la inteligencia residía.
Esta idea prevaleció por muchos años. Tan tarde como en el siglo 17, Descartes sentía que el flujo del corazón hacia el cerebro servia para producir “espíritus animales” que animaban al cuerpo, y esto no era tan fuera de base dado que debido a las malas traducciones de la Biblia, muchos creían (y lo siguen creyendo) que el “espíritu” -nuestro ser esencial- y el “alma” -la que anima al cuerpo- son una misma cosa.
Fue hasta 1791, cuando Galvani demostró que la electricidad existía como una fuerza dentro del cuerpo, de hecho, lo hacía en las células del cerebro. Él mostró en una secuencia de experimentos de que era posible controlar los nervios motores de las ranas usando corrientes eléctricas. (“Frankestein”, la novela de María Shelley es prueba palpable del enorme interés popular que estos descubrimientos despertaron).
A partir de esto, el estudio de las tareas físicas del cerebro convencieron a científicos e investigadores de que era en este órgano donde la mente y la consciencia residían.
Pero los más recientes hallazgos científicos han demostrado que todos ellos se equivocaron: Verás, la mente no reside en el corazón, ni en el hígado ni en la sangre, como tampoco reside en el cerebro ni en ninguna otra parte del cuerpo físico.
Espíritu y la Mente: Más Allá del Cerebro
La mente reside en el espíritu. Y más aún: La mente es parte esencial del espíritu.
Es lo que podemos llamar “la mente humana” aquella que se interrelaciona con nuestra materia, sobre todo a través de nuestro cerebro y los nervios en nuestro cuerpo, aunque muchas otras partes de nuestra materia están también implicadas en los procesos de nuestra mente humana: todo tipo de energías y sustancias bioquímicas están constantemente fluyendo en nuestra materia.
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