"Los Niños" De Joan Dean
Enviado por CarolGallardoV • 7 de Octubre de 2012 • 1.895 Palabras (8 Páginas) • 2.369 Visitas
“Los niños”
Joan Dean
La educación en la escuela trata del aprendizaje de los niños. Los niños son distintos unos de otros y responden de forma diferente a enfoques distintos.
Las diferencias entre los niños son especialmente evidentes en el inicio de la escolaridad, sea un jardín de infancia, en clase de párvulos o en preescolar. Llegan a la escuela con diferentes ideas, intereses y características de los niños, con el conocimiento, habilidades, experiencias y personalidad del maestro en un entorno dad. Por lo tanto es muy importante cómo son los niños y cómo aprenden.
Desarrollo del niño
El niño llega al mundo con un legado de habilidades, tendencias y características heredadas. En los años de escolarización se desarrolla como persona individual. El hogar y la escuela interaccionan con estas habilidades y tendencias heredadas y el niño descubre talentos y habilidades personales, intereses y limitaciones. Los adultos y los niños que le rodean aportan modelos, y el niño experimenta con su conducta y su actividad en el juego y la vida cotidiana, persistiendo en algunas formas de conducta o abandonando otras a la luz de las respuestas que obtiene.
Las características físicas de los niños tendrán un efecto en su personalidad emergente. Un niño que se desarrolla pronto tendrá ventajas en cuanto a las posibilidades de hacer cosas que a otros le son difíciles y, como resultado, mostrará más confianza.
Otra cuestión relacionada con el desarrollo físico es que mientras los niños pueden estar en varias etapas dentro de un mismo grupo, el progreso de una a otra etapa es similar para todos. Esto puede resultar reconfortante para un niño que es pequeño para su edad. Por supuesto no hay garantía de que un niño llegue a una estatura determinada como adulto, pero siempre existe la esperanza de alcanzarla.
El desarrollo físico tiene muchas implicaciones para los maestros. Cuando un niño empieza la escuela, la vista y el oído no está plenamente coordinados, y esto puede plantear problemas que se resuelven después por sí mismos. También es importante que los maestros estén pendientes de defectos que se han pasado por alto.
El desarrollo de la autoimagen
La conducta y respuestas que el niño recibe de los otros contribuyen a desarrollar su autoimagen. En primer momento los son los padres los que inician este proceso. Un niño alabado y animado por sus padres llega a confiar en su capacidad para hacer cosas y es más probable que se convierta en un adulto confiado y competente que aquel cuyos padres se comportan de forma más negativa.
Cuando el niño empieza la escuela, los maestros continúan este proceso y en la etapa primaria suceden muchas cosas importantes para el desarrollo de la autoimagen. Las alabanzas o críticas que reciba el niño y el reconocimiento de sus éxitos o fracasos influye en sus actitudes y su conducta. Todos reaccionamos positivamente a la alabanza cuando sabemos que es auténtica y merecida, y es muy probable que repitamos las actividades en las que los demás nos han dicho tener éxito. A la inversa, el fracaso tiende a hacer que deseemos evita la actividad de la que se trate. En este sentido el maestro refuerza algunos tipos de aprendizaje y también actúa negativamente identificando conductas a eliminar.
El desarrollo de la autoimagen está íntimamente ligado al efecto de las expectativas de los otros en cuanto al progreso del niño. Si los padres o los maestros del niño demuestran que tienen altas expectativas para él, hay más probabilidades de que el niño triunfe, y viceversa. Esto puede funcionar para el niño si los adultos mantienen altas expectativas que satisfacer. Se le refuerza entonces por medio del éxito e inicia la próxima tarea con más confianza. También se da el problema complementario de que los padres y maestros puedan presionar tanto al niño con sus expectativas que éste acabe dándose por vencido, pues no crea posible estar a la altura de aquellas.
Las expectativas de los demás pueden también dar lugar a un ciclo progresivamente negativo en el que el niño fracasa, el maestro disminuye sus expectativas, y la autoimagen del niño en consecuencia, empeora. La tarea profesional del maestro es mantener su nivel de expectativas lo bastante alto como para que represente un reto y una forma de ánimo, y a la vez se mantenga al alcance de la capacidad del niño.
El desarrollo de la autoimagen está también íntimamente ligado con el desarrollo físico, social y emocional del niño. Parte de la autoimagen tendrá relación con la apariencia física del niño y esto afectará a su sentido de confianza y su desarrollo social y a la forma en la que el niño aprende a enfrentarse a los sentimientos y reacciones personales. Hay que ser muy sensible a esto e intentar ayudar a los individuos a hacer frente a la forma en que los demás los tratan y a la vez animarles a ser sensibles los unos con los otros.
El aprendizaje de las áreas temáticas centrales
Otro conjunto importante de relaciones a considerar es el de la inteligencia, experiencia y lenguaje. Muy a menudo subestimamos la inteligencia del niño y sobreestimamos su experiencia. Muchos de los errores que cometen se derivan de su experiencia y lenguaje limitados y de errores de generalización de una situación a otra. Hay que ser en todo momento consciente de esto y emplear cualquier experiencia que tenga el niño para ayudarle a prender más.
El desarrollo del lenguaje es una de las áreas de trabajo más importantes para el maestro y se considera, acertadamente, que es la piedra angular de la educación de todo niño. La capacidad para usar el lenguaje no solo determina la naturaleza de las relaciones de una persona con las demás y su capacidad de cooperar sino,
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