Me siento viva

Me siento viva.

Contesto el teléfono a una persona y saludándola le digo: “Hola, ¿Cómo estás?, con una voz llena de alegría me contesta: “Feliz, vivo cada instante con enorme intensidad, me siento perfectamente bien”.

Afortunada persona que ha podido lograr tener la capacidad de DAR y RECIBIR AMOR, que es lo que hace la diferencia entre una persona feliz o desdichada.

Parte muy importante de la vida es cuidarnos la salud física, mental, emocional y espiritual, no involucrarnos para nada en las vidas ajenas para poder disfrutar la propia, estar libres de tensiones, algo muy difícil, pero , con la ayuda de Dios y nuestro esfuerzo lo podremos lograr.

Tratar de vivir con el alma libre de ataduras emocionales, los afectos no sanos, como afectan el alma y la desequilibran!

Es necesario cuidar la salud mental para poder pensar claramente y no hacer de un incidente una tragedia, para que cuando nos toque vivir una tragedia, tomarlo como un incidente de la vida. poca importancia le damos pues no cuidamos lo que leemos, lo que hablamos y en ocasiones ni siquiera nos damos cuenta de cómo actuamos.

Conocer los síntomas de lo que no es salud mental es gran ayuda, la persona se distingue por no saber escuchar, hablar demasiado, ver el lado negativo de las cosas, no ver los acontecimientos del tamaño que son, si no agigantarlos, echarle la culpa a los demás de todo lo malo que sucede, mentir por costumbre, sentirse siempre victima de algo o de alguien, no tener estabilidad, no saber vivir el presente, estar angustiada por el pasado o por el futuro, tener grandes temores, sufrir por anticipado, miedo a perder la fama, la salud, el prestigio, creer que siempre tiene la razón y que solo sus ideas son importantes y valederas. Cuidado, es necesario analizarnos con sinceridad.

Es lógico que en ocasiones nos sintamos mal, pero más fuerte que todo lo que nos debe de mover, es la FE que decimos profesamos en nuestro Padre Dios.

Tener confianza en su Providencia Divina, involucrando con frecuencia, saber que todo es para nuestro bien aunque no lo entendamos, decir: “Señor si tu lo permites, yo lo acepto”

Pero ¿Cómo andamos en nuestra FE? ¿Qué medios ponemos para que crezca? ¿Qué leemos para llenarnos de Dios?, ¿somos almas de oración?, ¿recibimos la comunión con frecuencia?

Necesitamos sobre todo salud espiritual, llenar nuestra alma de cosas positivas, hablar con Dios y después tratar de permanecer en su presencia y en completo silencio escucharlo, con seguridad que EL nos dará PAZ.

Por lo general cuando hablamos con alguien y le preguntamos: “¿Cómo estás?, nos contestan mil y un quejas; por eso hoy me sentí alegre al escuchar a una persona que contesta con enorme felicidad que VIVE intensamente cada momento del día, ha logrado el maravilloso equilibrio que da el saber AMAR, esa sí es nuestra misión en el mundo.

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