Más allá de la hermenéutica del sujeto delirante
Enviado por ari2121 • 24 de Abril de 2013 • Tesis • 10.203 Palabras (41 Páginas) • 400 Visitas
Más allá de la hermenéutica del sujeto delirante
Gustavo Negri1
1 Antropología, FCNM-UNLP.
Alcmeon, Revista Argentina de Clínica
Neuropsiquiátrica, vol. 16, Nº 3, agosto de 2010,
págs. 269 a 290.
Resumen
Consideramos al ser humano el producto
de una sinergia entre lo biológico y su ambiente.
Este ambiente es tanto ecológico,
como social, como cultural; por lo tanto, para
dar cuenta del ser humano como multiplicidad
debemos tener en cuenta aquellas variables
que lo producen, lo modelan y lo modulan.
En cuanto a lo biológico del estudio del
ser humano, sostenemos los postulados del
neodarwinismo, y desde lo sociocultural los
del postestructuralismo deleuziano. Esta última
corriente teórica es la única que nos ha
resultado compatible para estudiar al ser humano
como una multiplicidad sin desnaturalizarlo
dialécticamente. Creemos que lo sociocultural
es parte del estrés ambiental con que
debe lidiar el ser humano para sobrevivir. El
ser humano no esta aún desconectado del nicho
ecológico, pero este ha sido reemplazado
casi en su totalidad por el nicho cultural. Pretendemos
estudiar aquellas variables socioculturales
que llevan a los individuos y a las poblaciones
a delirar.
Objetivos
Desde la antropología plantearemos un
modelo de lo que Emil Kreaplin consideraba
como aquellos factores de influencia exógena
que hacen al delirium. En este punto tratamos
de dar una explicación científico-filosófica
sobre las implicancias de variables externas
a la neurobiología que llevan a individuos
humanos a delirar. Trataremos de hacer un
puente desde el cual la antropología y la psiquiatría
sean compatibles para los estudios
científico-filosóficos de los delirios, y daremos
las razones por las cuales creemos que esto
no podría lograrse desde el psicoanálisis como
corriente de pensamiento que ha influido a la
psiquiatría.
Introducción
Desde la antropología creemos que las
manifestaciones delirantes que los psiquiatras
estudian como síntoma en sus pacientes, tienen
una génesis trinitaria: una es el entorno
social, dos la herencia cultural, y tres la neurobiología
de los individuos-función de producciones
delirantes. Trataremos de construir
puentes conceptuales entre antropología y
psiquiatría, para lograr así construir un lenguaje
común entre ambas disciplinas, logran-
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do así pasar de la interdisciplina a la transdisciplina.
Para ello, conceptualizaremos lo que antropológicamente
entendemos como delirios,
para luego, tratar de homologarlos con la conceptulización
psiquiátrica que se tiene de estos.
Además, trataremos dar cuanta de los
factores, funciones y procesos, que llevan a
los individuos a delirar, sobre todo, aquellos
complementarios al estudio neurobiológico de
los psiquiatras.
Hominización, socius, dispositivos,
maquinas y delirios
Desde la antropología creemos que los
seres humanos somos producto de tres tipos
de variables: biológicas, sociales y culturales.
Como individuos, los seres humanos, estamos
inmersos en un ambiente que nos contiene.
Ese ambiente es un todo complejo donde interactuamos
con otras formas de vida como
plantas, animales y microorganismos, como así
también, con otros individuos de nuestra especie.
Al ambiente humano lo denominaremos
nicho cultural que es la modificación del nicho-
ecológico original, que contiene a otras
formas de vida.
A los individuos que interactúen sexualmente
entre si, y dejen descendencia, los consideraremos
como parte de una misma población
biológica. A los que interactúen socialmente
entre si, con fines sexuales o de cooperación,
los consideraremos como parte de
una misma comunidad. Y a los individuos de
las comunidades que tengan un bagaje de códigos
heredado y heredable comunes entre si,
y distintos a otros, los consideraremos como
parte de una misma cultura.
Desde la antropología materialista consideramos
que los seres humanos somos el producto
de estas tres variables interactuando a
la vez constantemente. Nuestra evolución
como humanos no culminará con Homo sapiens
sapiens, ya que las variaciones intraespecificas
y la historia evolutiva indicarían que
si no hemos de extinguirnos primero, podrían
surgir otras especies humanas en el futuro.
Nuestros cuerpos y nuestras mentes son
el producto de al menos 4 crones de evolución
que podrían remontarse hasta el Género
Australopitecus; el primer fósil considerado
como el eslabón perdido predicho por Darwin
entre los seres humanos y los simios. El Australopitecus
africanus conocido como el niño
de Taung fue hallado en la cantera de Buxton,
cerca de la localidad de Taung, en Sudáfrica.
El hallazgo fue estudiado por un profesor
de anatomía de la universidad de Witwatersrand.
El hallazgo fue publicado en la revista
Nature y argumentaba que los ancestros del
hombre habrían surgido en África en lugar de
Asía, como se creía hasta ese momento, a
partir de los descubrimientos de Dubois en
Indonesia.
Otros especimenes del Género Australopitecus
fueron descriptos en África del sur y
del Este. Las especies gráciles de Australopitecus
son el A. anamensis con un fechado de
4,2-3,9 crones; A aféresis con 3,6-3 crones;
A. bahrelghazali con 3,5-3 crones; A. ghari
con 2,4-2,1 crones; A. africanus con 3,5-2,3
crones. Las especies robustas de Australopitecus
son A. boisei y A. robustus ambos con
fechados de 2,4-1,4 crones en África de Este
y África del Sur respectivamente. Ambos fueron
contemporáneos a Homo habilis como
señala Turbón en las áreas señaladas. Un dato
importante al que hace referencia Turbón,
autor al que seguimos en esta descripción del
proceso de hominización1, es que el cerebro
de Australopitecus
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