“Más allá del principio de placer” de Sigmund Freud (resumen)
Enviado por Jorge Giménez • 27 de Septiembre de 2015 • Resumen • 512 Palabras (3 Páginas) • 364 Visitas
“Más allá del principio de placer”
(resumen de la Introducción de James Strachey)
Freud alude a la compulsión de repetición como fenómeno manifiesto en la conducta de los niños y en el tratamiento psicoanalítico, sugiere que deriva de la naturaleza más íntima de las pulsiones y es lo suficientemente poderosa como para hacer caso omiso del principio de placer. Según Freud, los "sueños traumáticos" plantean una excepción a la regla de los sueños como cumplimiento de deseo; tienen lugar en personas que han sufrido un accidente o en los que, en el curso del análisis, se les hace presente los traumas olvidados de la infancia.
(resumen del Apartado I)
Los procesos anímicos son regulados por el principio de placer, este contribuye a disminuir las tensiones displacenteras evitando el displacer o produciendo placer. Placer y displacer refieren a la cantidad de excitación presente en la vida anímica; el displacer corresponde a un incremento de esa cantidad, y el placer a una disminución de ella. El aparato anímico intenta mantener lo más baja posible, o al menos constante, la cantidad de excitación presente en él. Si el trabajo del aparato anímico se empeña en mantener baja la cantidad de excitación, todo lo que la incrementa se sentirá displacentero. El principio de placer se deriva del principio de constancia, la tendencia a mantener constante la excitación.
Pero es incorrecto hablar del imperio del principio de placer sobre los procesos anímicos. Si así fuera, la mayoría de los procesos anímicos tendría que acompañarse de o conducir al placer; y la experiencia universal refuta esta conclusión. En el aparato anímico existe una fuerte tendencia al principio de placer, pero otras fuerzas la estorban impidiendo su triunfo.
La consecución del principio de placer es peligrosa para la autopreservación del organismo. Bajo el influjo de las pulsiones de autoconservación del Yo, es relevado por el principio de realidad, que, sin resignar el propósito de una ganancia final de placer, exige y consigue posponer la satisfacción, renunciar a diversas posibilidades de lograrla y tolerar provisoriamente el displacer.
Otra situación que frustra la victoria del principio de placer, y conforma una fuente de displacer, lo constituyen los síntomas por retorno de lo reprimido, hipótesis enlazada a la teoría de la neurosis: aquello que originariamente debía producir placer, una vez reprimido pasar a ser considerado como displacentero para el Yo. Ciertas pulsiones se muestran inconciliables con el yo, son sofocadas entonces por el proceso de la represión; si luego consiguen (como sucede a menudo con las pulsiones sexuales reprimidas) procurarse una satisfacción directa o sustitutiva, este éxito, que de ordinario habría sido una posibilidad de placer, es sentido por el yo como displacer.
Finalmente, otra fuente de displacer se
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