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NEOPLATONISMO


Enviado por   •  20 de Mayo de 2014  •  3.040 Palabras (13 Páginas)  •  611 Visitas

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LA CUMBRE DEL NEOPLATONISMO: PLOTINO

1. Plotino y su tiempo

Plotino se nos aparece como la figura más alta de esta época de crisis, y su obra como la cumbre depurada de lo que se convenido en llamar el neoplatonismo.

Se trata de un retorno, por encima del epicureísmo y el estoicismo, a platón y a la tradición pitagórica, pero menos alejado espiritualmente de la tradición hebraica, más capaces dar una respuesta a las aspiraciones de aquellos tiempos, a la ola de misticismo y del ocultismo que corría por el mundo mediterráneo, ya la cual Rosique expuestos por los filósofos griegos ya no podían contener.

Pues la neta ya no es la sabiduría conquistada por el despliegue de la razón soberana, sino la Restitución al alma de una riqueza que había perdido.

Se trata ahora de romper los límites del “yo" individual, debatirse de esta condición por el recurso a una ascesis apropiada.

Panteón espiritual de la humanidad.

2. El alma universal

Plotino toma la concepción órfica y platónica del alma como una esencia precipitada desde los reinos afortunados del más allá sobre la tierra; conservando el recuerdo y una vaga nostalgia de sus orígenes, se encuentra en el cuerpo como en una tumba. Y platino cree que un retorno alegrar de oro está permitido, con tal de que conozca los medios alcanzarlo.

"Plotino El filósofo que vivió en nuestro tiempo, parece avergonzarse estar en un cuerpo." Según Porfirio (aprendiz).

Pero otra tradición desemboca también en el plotinismo: la que podríamos llamar animista. Representada por los estoicos en particular, la que las más consideradas como fuerza organizadora. De ahí el panpsiquismo asociado a esta la concepción del alma como una realidad sobrenatural.

Hace intervenir tres instancias fundamentales:

El uno

La inteligencia

Alma universal

El entendimiento humano, con su función discursiva, es considerado por Plotino como un intermediario entre la inteligencia y el mundo sensible.

Sitúa la unidad perfecta, de la que da testimonio, a sus ojos, la necesidad absoluta que sienten algunas almas, aún en el todavía superior.

Considerada en sí misma, la realidad del alma universal es indivisible, superior a todo lo que existe en el espacio y el tiempo. Y las almas individuales, que han sido emanadas, participan por su cima en la misma contemplación inteligible. Si los hombres desconocen su unidad es porque miran fuera del ser de qué dependen.

3. El dominio de la psicología

Se desprende de esta concepción una psicología subordinada a una dialéctica que parte de la soluta simplicidad del Uno y llega a la multiplicidad de las cosas, puesto que la sesión del alma, contemplada como Un retorno a la fuente de su ser, supone un descenso previo; una consecuencia de que las funciones ordinarias en la vida psíquica se consideran como si naciesen de una decadencia de la vida espiritual.

Y si la contemplación es la meta última, es porque una pura actividad espiritual, más allá de espiritualismo sujeto-objeto, es no sólo posible sino deseable. Entonces ya no hay ni antes, y después mi memoria, ni tiempo para el alma, que disfruta de un reposo absoluto y ha dejado de moverse fuera de sí misma.

4. La inmaterialidad del alma y el "pneuma"

Platino coqueta que todo lo que es material es divisible y corruptible, aún el aire y el hálito; y qué el alma, que aseguran unidad del organismo pide sus percepciones, no puede tener más que una esencia indestructible.

A la concepción histórica de una connaturalidad perfecta entre el pneuma, sin cesar alimentado por los efluvios en la sangre, y el cuerpo, oponen la concepción de que el alma no puede estar localizada en el organismo a la manera de un cuerpo material ocupó un lugar determinado en el espacio.

Plotino no acepta los hechos como decisivos ante los estoicos.

No excluye de su psicología al neuma entendido como un soplo material, pero le atribuye naturaleza y un papel diferentes. Para él, ya no es un alma propiamente dicha pues está en un principio inmaterial si no un intermediario de sutil corporeidad, tomado por el alma, en el momento de su encarnación terrestre, de las órbitas planetarias. El pneuma desempeña el papel del lazo de unión entre el alma y el cuerpo.

Añadamos que el alma y material es el sustrato de las verdades eternas que el hombre piensa cuando se piensa a sí mismo.

Plotino Tampoco admite la solución aristotélica del alma como forma del cuerpo, pues si parece que pone en entredicho su independencia respecto de la materia. Puesto que se trata, para ir, demostrar que toda percepción es activa, y que la pasividad aparentemente implicada en la dependencia del alma respecto de los objetos que conoce se reduce, último análisis, a una aportación de formas Inteligibles al alma receptiva o sensitiva.

El alma utilizada el cuerpo como una fuerza activa utilizadas instrumento natural; introduciéndole en el campo de su irradiación psíquica, "está presente en el cuerpo como la luz puesta en el aire": se caracteriza por su unidad fundamental y no parece múltiple más que cuando se le contempla en la perspectiva de sus funciones.

5. El organismo y las sensaciones

Esta unidad del alma es reflejada por la del organismo en su diversidad funcional.

En el caso del tacto y del movimiento, el cuerpo es por entero el instrumento del alma. Pero, por lo que toca la vista, al oído, al olfato, agosto, órganos especiales entran en juego y, por tanto, una determinada pluralidad de funciones. No hay oído sin oreja, mi pista sin ojo. Y el alma, si es efectivamente indivisible, y está por entrar en cada uno de los aspectos, no puede entrar en posesión de lo que espera de los órganos sensoriales más que relacionándose.

El cerebro, intersección de la razón material con el alma sensitiva y el organismo, constituye una región privilegiada.

Y los nervios que parten de él, son también los instrumentos del alma.

Los lazos estrechos cuya existencia entre la cabecita razón, entre el hígado y el deseo.

El deseo, que mora en el hígado y en siembra ilícito de conservación, es para él un fenómeno complejo, con diferentes niveles.

El primer nivel, el deseo es una simple inclinación, que depende del estado actual del cuerpo.

En el segundo nivel, está en la naturaleza, es decir en la parte emanada del alma que conserva al cuerpo vivo o también, en el alma en cuanto que está unida al cuerpo; esta naturaleza acoge, de entre las inclinaciones del cuerpo, solamente aquella que sirve para la conservación del organismo.

En un tercer nivel, por último, el deseo penetra hasta el

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