Narcisismo: El Complejo Colectivo
Enviado por abbywapa • 25 de Abril de 2012 • 2.250 Palabras (9 Páginas) • 770 Visitas
INTRODUCCIÓN
A cada generación le gusta reconocerse y encontrar su identidad en una gran figura mitológica o legendaria que reinterpreta en función de los problemas del momento: Edipo como emblema universal, Prometeo, Fausto o Sísifo como espejos de la condición moderna. Hoy Narciso es, a los ojos de un importante número de investigadores, en especial americanos, el símbolo de nuestro tiempo: “el narcisismo se ha convertido en uno de los temas centrales de la cultura americana” (Lasch en Lipovetsky).
El narcisismo designa el surgimiento de un perfil inédito del individuo en sus relaciones con él mismo y su cuerpo, con los demás, el mundo y el tiempo, se extiende a un individualismo puro, desprovisto de los últimos valores sociales y morales; la propia esfera privada cambia de sentido, expuesta como está únicamente a los deseos cambiantes de los individuos.
¿QUÉ ES EL NARCISISMO?
La psicología actual emplea el término narcisismo para designar un estilo de personalidad neurótica, que adopta un número creciente de hombres y mujeres en las actuales sociedades televisivas e individualistas.
Según el relato de Ovidio, Narciso era un joven tan hermoso que se creía superior a las demás, a las que miraba con desprecio. En particular, rechazó cruelmente a la ninfa Eco cuando ella se atrevió a confesarle que estaba locamente enamorada de él. Indignado por esta injusticia, el dios Némesis le puso un terrible castigo: Al verse reflejado en un estanque, el joven se enamoró de su propia imagen.
Embelesado sin remedio, Narciso se quedó así, inmóvil, hasta que se murió de hambre; en lugar de su cuerpo muerto brotó la bella flor que lleva su nombre.
De la misma manera, los narcisistas no son capaces de encariñarse de los demás, sino que solamente se aman a sí mismos; dedican su vida a buscar reflejos de su ego engrandecido por todas partes, aunque la mayoría de las veces solamente encuentran adulaciones falsas y ecos vacíos.
A partir de los sesenta se fueron haciendo más populares las prácticas que apoyan la belleza, la salud y el bienestar físico, junto con las ideas de buscar – a toda costa- la libertad personal, el éxito y la fama individuales. Estos factores, abrieron el camino a las sociedades actuales, cada vez más narcisistas y violentas.
El narcisismo, como estilo de personalidad neurótica, empezó a llamar la atención de los psicólogos y del público en general, a partir de los setenta, cuando apareció por primera vez en la clasificación diagnóstica de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA). Sin embargo, Freud y otros psicoanalistas ya habían tocado el tema a principios del siglo pasado.
CARACTERÍSTICAS DE LOS SUJETOS NARCISISTAS
Los principales rasgos de las personalidades neuróticas narcisistas son:
• Una concepción grandiosa del Yo (de su ego)
• Fantasías recurrentes de poder ilimitado, éxito, amor y belleza
• Ansia de atención y admiración continuas
• Sentimientos de ira, humillación, inferioridad, vergüenza y gran vacío interior en respuesta de cualquier crítica y fracaso
Los rasgos secundarios incluyen:
• Poca profundidad en sus relaciones emocionales
• Incapacidad para sentir empatía hacia los demás
• Facilidad para impresionar y manipular
• Firme creencia de que tienen todo el derecho de explotar a los demás
En pocas palabras, lo que juzgan importante estos hombres y mujeres no es lo que llevan dentro, sino lo que aparentan ser cuando utilizan máscaras y estrategias manipuladoras tan destructivas.
La mayoría de las personalidades neuróticas narcisistas son hombres; alrededor de 75%, según Vakin. Esto es muy explicable: Vivimos en sociedades que asignan a los hombres los papeles de dominio, mientras que educan a las mujeres para la sumisión y el cuidado de los demás. Sin embargo, dentro del narcisismo neurótico existen algunas variantes femeninas.
El rasgo central del narcisismo es un sentimiento de excesiva auto importancia que cubre una autoestima muy frágil. Su principal problema es una profunda sensación de inferioridad y miedo al rechazo, mientras que la grandiosidad del ego es su tarjeta de presentación y estilo de manipulación más conocido. El principal propósito de sus acciones –y de su vida- es aparentar ser.
La imagen psicocorporal de los hombres y mujeres narcisistas es inmadura, tenue, fragmentada, camaleónica y volcada hacia el exterior; excluye los aspectos emocionales y sentimentales de la realidad genética de su organismo. Para estas personas encariñarse de los demás les parece absurdo y peligroso.
Los narcisistas rechazan dentro de sí mismos lo que los demás han censurado: la inteligencia emocional con todas sus capacidades creativas. Tratan de impresionar a los demás para compensar sus inseguridades; esto se fundamenta en un razonamiento falso: “hay algo malo en mí que los demás rechazan. Por eso mismo, debo ser alguien muy especial, fuera de lo común y muy importante”.
Se dedican a fabricar sueños de grandeza egoístas que confunden con la propia esencia. Un salvoconducto para crearlas ( y creérselas) es el abuso del alcohol y las drogas; otros son el activismo, los juegos compulsivos, los pensamientos obsesivos y las doctrinas místicas y esotéricas: hay quienes se intoxican todos los días con ideas grandiosas; sin embargo, nunca las convierten en realidades exitosas, ni son capaces de brindar cariño y amistad a sus semejantes.
Estas conductas son una defensa maniaca: Los narcisistas se aceleran para no sentirse deprimidos, inseguros, vacíos y solitarios. De esta manera intentan fortalecer la grandiosa imagen de su ego. Para mantener viva la sensación de que son maravillosos, necesitan que los demás les provean admiración, aplausos, mimos y halagos, como espejos en los que ellos reflejan su supuesto poder y belleza.
De manera compulsiva, solicitan los halagos de todo mundo, como aire necesario para mantener inflado su ego. Es como si desearan retornar al mundo de la unidad infantil con su madre que los amamantaba, mientras que ambos estaban sumergidos en un océano de felicidad absoluta, sin conciencia de ser personas distintas.
La inversión narcisista en el cuerpo visible directamente a través de mil prácticas cotidianas: angustia de la edad y de las arrugas; obsesión por la salud, por la <<línea>>, por la higiene; rituales de control (chequeo)
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