Opinión Sobre La Película "La Ola"

A mí la película “La Ola” me resultó bastante correcta, porque, sin grandes alardes, ni magníficas interpretaciones y con una estética convencional, plantea con extremada sencillez (en ocasiones excesiva) cuáles son las características que pueden hacer atractivo el fascismo para un colectivo cualquiera despolitizado, mostrando algunas de sus consecuencias más inmediatas. Y su objetivo me pareció muy claro; advertir de los peligros del fascismo y procurar impedir que vuelva a resurgir en nuevos contextos.

Yo considero que es una película de enorme valor porque (lejos de las películas de nazis infames o de presos que sufren penalidades terribles), me hizo ser consciente de cómo arraigan las ideas totalitarias en las grandes masas, de las condiciones sociales que se necesitan para llegar a ellas. Y sobre todo, me despertó o me hizo estar alerta por si algún alumno/a mío corriente, con una vida diaria un poco gris, se haga fuerte y encuentre el refugio en la comodidad de las normas de un grupo y en la consecución de un objetivo simple, claro, colectivo y excluyente.

Por todo ello, el visionado de la película para mí ha fue una experiencia realmente enriquecedora y reveladora (a pesar de la simpleza de su planteamiento y desarrollo argumental), respecto a los motivos por los que puede crecer un movimiento totalitario y los peligros que conlleva.

Por otro lado, comentar que además me resultó muy interesante, porque muestra muy bien la idea de comunidad, de grupo. Y creo que la imagen deformada de comunidad que presenta la película, me ayudó a localizar otras visiones de colectivismo sin perder la perspectiva individual.

El rol del docente que presenta la película, a primera vista, es el que deben desempeñar todos los profesores/as; ya que el profesor actuó como agente de cambio, con compromisos y retos intrínsecos. Esforzándose con plenitud para encontrarse a sí mismo y poder diseñar el camino para enseñar y orientar al alumnado. Pero su proyecto fue totalmente erróneo y se le fue de las manos.

Creo que los docentes deben motivar constantemente al alumnado. Y el profesor de la película creyó que lo estaba haciendo bien. Pero se equivocó porque su práctica educativa no la hizo desde un principio democrático y de justicia social. Sus compañeros/as de centro y su mujer cuando se dieron cuenta del tipo de clases que estaba impartiendo, se pusieron en su contra. Pero no valió de nada, porque estaba totalmente cegado por el poder. Se volvió egoísta y egocéntrico. Sólo pensaba en su grupo “La Ola”.

Al final de la película, el profesor presencia varios hechos vandálicos de sus componentes de “La Ola”, en la ciudad y en el propio centro, y quiso dar marcha atrás a su proyecto innovador educativo. Convocó al grupo en el salón de actos del centro y los encerró allí durante toda la mañana.

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