PARADOJA MALDITA: EL MALESTAR
Enviado por Elena Del Villar • 22 de Junio de 2017 • Tarea • 6.766 Palabras (28 Páginas) • 189 Visitas
PARADOJA MALDITA: EL MALESTAR
La reflexión freudiana sobre la cultura a diferencia de otros discursos sociales que proponen proyectos o planes de desarrollo y progreso social, es una reflexión de cuestionamiento y sospecha sobre esa creación humana que llamamos cultura. Elemento de sospecha que encontramos desde la primera pagina del porvenir de una ilusión en el que Freud inquiere ese porvenir o futuro que se asoma en tanto el rumbo trazado por un supuesto objetivo que se marca en una cultura. Lo que señala en un principio Freud es un desconocimiento, en el que se ignoran de los componentes que conforman a una cultura. Una incertidumbre latente a quién nadie preocupa puesto que se vive en una ingenuidad presente que desconoce ese pasado que advino presente, “el hecho asombroso de que en general, los seres humanos vivencian su presente como con ingenuidad, sin poder apreciar sus contenidos”[1]. Es en ese desconocimiento del presente del sujeto en donde el descubrimiento Freudiano nos va a revelar que la cultura solo va ser posible por un olvido, una renuncia o represión que se ejerza en el sujeto, “La cultura se adquiere por renuncia a la satisfacción pulsional, ya cada recién venido le exige esa misma renuncia”[2]. Aún así Freud sabe lo que el pasado guarda, y lo que advendrá anticipadamente tanto en el presente como en el futuro. Lo sabe porque ha visto desde su experiencia analítica lo que se ha desocultado de las oscuras e infernales profundidades del alma humana, y ha podido ver lo que se esconde detrás de la actitud religiosa, progresista y revolucionaria. La mirada freudiana supo ver el egoísmo detrás del altruismo, la crueldad detrás de la compasión, la maldad en lo sagrado, la involución en el progreso. Y sobre todo lo que se nos presenta como un elemento paradójico que trajo a luz el descubrimiento freudiano y que es de un interés mayor tratar aquí, es el de un malestar en la cultura. Malestar que se nos revela como una imposibilidad de ser tanto en lo individual como en lo colectivo. Ya que el enunciado de un malestar va ser una cuestión de existencia, de ser y estar en el sujeto. Existencia que se va a jugar desde un decir, ya que nosotros aseveramos que todo malestar es dicho desde un maldecir del otro, y por lo tanto el malestar es procedencia de un maldecir.. Y ya que toda procedencia es siempre un porvenir, la procedencia que encuentra Freud en su viaje dantesco a los infiernos humanos, lo que le revelará es una prevalesencia de lo primitivo, arcaico y brutal en el ser humano, y que le hará prescribir que”no hay un desarraigo alguno de la maldad”, puesto que hay “la inclinación innata del ser humano al mal, a la agresión, la destrucción y a la crueldad” desde sus orígenes, y que Freud señala como disposiciones constituyentes del humano, “Ha de concederse que todas las mociones que la sociedad proscribe por malas-escojamos como representativas las mociones egoístas y las crueles- se cuentan entre estas primitivas”[3], “Yo creo que es preciso contar con el hecho de que en todos los seres humanos están presentes unas tendencias destructivas, vale decir, antisociales y anticulturales, y que en gran numero de personas poseen suficiente fuerza para determinar su conducta en la sociedad humana..la inclinación agresiva es una disposición pulsional autónoma, originaria del ser humano” (Freud, El porvenir:7). Elemento primitivo que pone en riesgo el proyecto cultural puesto que es una amenaza para este, dado que sus orientaciones son las más anticulturales, los cuales son el incesto, el canibalismo y el gusto de matar. El movimiento que tendrá que hacer la cultura para frenar estas tendencias anticulturales es el que llamara freud como transmudación de las pulsiones, ennoblecimiento pulsional, reforma pulsional o renuncia de lo pulsional, “A raíz de esta hostilidad primaria y recíproca de los seres humanos, la sociedad culta se encuentra bajo una permanente amenaza de disolución...La cultura tiene que movilizarlo todo para poner límites a las pulsiones agresivas de los seres humanos, para sofrenar mediante formaciones psíquicas reactivas sus exteriorizaciones. De ahí el recurso de métodos destinados a impulsarlos hacia identificaciones y vínculos amorosos de meta inhibida”[4].
Ahora este movimiento resultara paradójico, ya que lo que resultara de este será un malestar, puesto que toda renuncia exige un sacrifico o una perdida y por lo tanto una insatisfacción.
Va ser esta cuestión de la insatisfacción lo que provocará un malestar en el sujeto, “Puesto que la cultura impone tantos sacrificios no solo a la sexualidad, sin a la inclinación agresiva del ser humano, comprendemos mejor que los hombres difícilmente se sientan dichosos dentro de ella” (Freud, El malestar:111). La existencia del sujeto en la cultura sería la de una existencia insatisfactoria, puesto que se esta sometido a una imposición de las normas culturales. Más afondo, es este elemento de insatisfacción en el ser humano lo que provocará su paradoja. Ya que surge la cuestión sobre la forma en que el humano podría satisfacer sus impulsos sin que le resultara tan agravioso. Lo que se nos presenta es que es una gravedad inevitable, y es ahí en donde está la paradoja y la tragedia humana. Ya que de las dos orientaciones (la natural y la cultural) que puede tener para buscar su satisfacción, en las dos pierde su existencia. Evidentemente porque tanto en una tiene que renunciar a ella por la convivencia y protección de los otros, y en la otra perdería la vida el sujeto puesto que habría una ilimitación de su satisfacción y terminaría encontrando su muerte. El límite excesivo a su satisfacción que hallara el hombre en la orientación natural, lo encontraría en la naturaleza con su propia aniquilación, “Pero ¡cuán impensable, cuán miope en todo caso aspirar a una cancelación de la cultura! Sólo quedaría el estado de naturaleza, que es mucho más difícil de soportar. Es verdad que la naturaleza no nos exigía limitar en nada nuestras pulsiones, las consentía; pero tiene su modo, particularmente eficaz de limitarnos: nos mata, a nuestro parecer de una manera fría, cruel y despiadada, y acaso a raíz de las mismas ocasiones de nuestra satisfacción. Justamente por esos peligros con que la naturaleza nos amenaza nos hemos aliado y creado en la cultura” (Freud, El porvenir: 15). Es esta perdida en los dos sentidos lo que hallamos como paradójico en el hombre. Solo aclaremos que entendemos como paradójico como lo que se vuelve en contra o lo que se vuelve contra sí mismo. Esta paradoja o contrariedad se encuentra enunciada en todo momento en los escritos de Freud, solo que en ellos esa paradoja aparece mencionada como, “pulsión”, “ambivalencia de las mociones de sentimiento”, “tótem”, “tabú” y “malestar”. Ahora bien, nosotros señalamos que esta paradoja se nos presenta en el hacer humano, el cual tiene la intención de cuidarse de lo que lo amenaza. En este sentido la razón de una cultura es la de preservarnos de la violencia y destrucción que encontramos en la naturaleza, “Justamente por esos peligros con que la naturaleza nos amenaza nos hemos aliado y creado la cultura, que entre otras cosas, también debe posibilitarnos la convivencia. Y por cierto la principal tarea de la cultura, su genuina razón de existir, es protegernos de la naturaleza” (Freud, El porvenir). Lo paradójico resulta cuando la cultura se vuelve contra el hombre y aparece un malestar. Ya que si algo señala Freud en su análisis de lo social, es que en la misma cultura puede aparecer lo anticultural. Porque aún en el desarrollo o progreso que se presume en el avance social que es una civilización, aparece la aniquilación o la enfermedad que se trataba de evitar en el encuentro con la naturaleza. Aconteceres mortíferos que se dan en fenómenos de masas como guerras, revoluciones o dictaduras. Y que en estos fenómenos sociales los medios en los que se habían procurado el porvenir y la conservación del humano (ciencia, tecnología, política y religión), van a ser utilizados como los instrumentos principales que motivan una aniquilación en masa. ¿ Qué guerra no es por diferencias o intereses políticos, económicos o tecnológicos que se dan entre culturas?, ¿qué guerra no es motivada por un Dios?. Todo indica que existe una falla en la cultura, ya que es desde ahí de donde sobreviene lo que es riesgoso para el logro cultural, que es la violencia primitiva prehistórica del hombre. La cual tiende a volver o retornarse en el hombre, incluso con toda una organización social que regula el matar al otro, la violencia primitiva encuentra la salida para manifestarse y satisfacerse.
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