PROYECTO GLOBAL DEL AREA SOCIAL DEL INTERNADO EN PSICOLOGÍA
Enviado por betoua3000 • 7 de Abril de 2013 • 7.718 Palabras (31 Páginas) • 734 Visitas
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMON
FAULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CARRERA DE PSICOLOGÍA
PROYECTO GLOBAL DEL AREA SOCIAL
DEL INTERNADO EN PSICOLOGÍA
GESTIÓN II/2012 – I/2013
INTERNADO ÁREA SOCIAL:
MSC. LUIS MOYA S.
COCHABAMBA - BOLIVIA
PROYECTO GLOBAL DEL AREA SOCIAL DEL INTERNADO EN PSICOLOGÍA
1. IDENTIFICACION
Nombre de la materia : Modalidad de Titulación: Internado en el Área social
Nivel : 9no. Y 10mo. Semestre
Facultad : Humanidades y Ciencias de la Educación
Carrera : Psicología
Departamento : Psicología
Gestión o periodo lectivo : II/2012-I/2013
Carga horaria : 8 hrs. académicas semanales
Nombre del docente : Luis Moya Salguero
Categoría : Catedrático
Lugar de consulta : Carrera de Psicología
Dirección domicilio : Parque Japonés, Nº 448, Cala-cala
Teléfonos : 4470802 - Cel.: 76424331
E-mail : lmoya_salguero@hotmail.com
Fecha de presentación : agosto de 2012
2. ANTECEDENTES
Del neoliberalismo y sus influencias en el desarrollo académico universitario y en la formación de psicólogos solo quedará un recuerdo nefasto.
Uno de los pilares sobre los que descansa la iniciativa de la reforma neoliberal, había sido sin duda la Reforma Educativa, en cuyo principal objetivo, la Universidad Boliviana había definido su papel protagónico, en el hecho de orientar la función académica, científica y profesional, a revertir de los problemas más significativos del país. Se había planteando en esta perspectiva, niveles de intervención profesional dentro los ámbitos de la estructura política del Estado, que permitió una institucionalización en los sectores privados y públicos. La iniciativa privada y empresarial había sido el centro de las atenciones académicas y prometía la apertura de nuevos ámbitos para el ejercicio profesional. La nueva imagen del psicólogo venía construyéndose en el imaginario de los estudiantes de psicología vestido de traje, corbata y maletín. Más bien de modo demagógico la formación de profesionales para este mercado, estuvo dirigido a un “desarrollo integral del individuo y la sociedad nacional en general”. Estas medidas del ajuste estructural neoliberal, favorecieron también un impulso modernizador en el ámbito empresarial, con la retórica de la necesidad de responder desde la ciencia y la educación superior a los requerimientos de este nuevo modelo, para “articular al país a una dinámica global más moderna”, en un marco de competitividad mundial de mercado.
En lo particular de nuestra Carrera de Psicología, las transformaciones determinaron por ejemplo, la aparición y una nueva vigencia de paradigmas científico-académicas, para responder a este modelo.
Las medidas neoliberales, paradójicamente, habían malogrado con sus efectos, la ya magra economía de otros sectores poblacionales, rurales y urbano-marginales; había profundizado las corrientes migratorias internas y externas, y había invertido la densidad poblacional de las ciudades (que había sido 75% en las zonas rurales y 25% en las zonas urbanas, a 64% y 36% respectivamente), generado nuevas estrategias de supervivencia y producido significativas transformaciones socioculturales, al mismo tiempo que desencadenó una importante reacción en la población con la emergencia de grupos sociales históricamente postergados.
El llamado a la articulación de la economía nacional con el mercado internacional, a través precisamente de las medidas neoliberales, simplemente barrieron con esta discursividad, para vincular su discurso, a la corriente neoliberal, que en lo concreto surgía de las iniciativas empresariales privadas, de los modelos de competitividad económica y de las exigencias de eficiencia, eficacia y excelencia. Los sistemas teóricos en tanto referencias de la reflexión de la realidad social, cedieron su lugar al pragmatismo académico (acción sin reflexión), en cuyo trasfondo no podía dejar de situarse el imperativo de la productividad-competitividad. Tanto como muchas medidas económicas, políticas, educativas, etc., las decisiones fundamentales que afectaban el desarrollo del país, se iban tomando en los centros decisionales mundiales extranjeros, y sus efectos sólo demostraron en nuestro contexto, la necesidad de responder a esas exigencias ajenas desde nuestra vida cotidiana o a responder a sectores poblacionales urbanos y occidentalizados, en un claro olvido —salvo contadas excepciones— de las problemáticas psicosociales de sectores indígena-campesinos o de migrantes establecidos en los alrededores de los centros urbanos, poblaciones que finalmente conservaban e hibridaban características socioculturales de sus lugares de procedencia. La psicología se había alejado de las problemáticas de un amplio sector poblacional para responder en una lógica de ética occidental y de razón aristotélica, alineándose al bienestar concebido en las idealizaciones universalistas de la cultura capitalista.
La psicología boliviana se había quedado sin poder comprender los procesos sociales subjetivos que en otras disciplinas, como la sociología y la antropología bolivianas, estaban siendo abordados. La psicología anglosajona y europea de tradición funcionalista y positivista-experimentalista, eran entonces —y aún lo son— referentes teóricos de varias materias del área social en la formación de psicólogos sociales y comunitarios.
Con estas dos perspectivas, es evidente que un lento pero insidioso proceso ha caracterizado la incursión de la psicología de orientación social en nuestro medio en estos últimos años. Posibilitada en gran medida, por investigaciones realizadas en el campo de la educación (educación especial, problemas familiares en incidencia en la educación, estandarización de pruebas para detectar deficiencias, etc.), en el campo de la salud (prevención comunitaria, temas de psicopatología y epidemiología, etc.), y también a partir de análisis y abordajes institucionales, estos trabajos han sido realizados en instituciones educativas, hospitales, hogares de niños, clubes de madres, cárceles, y han sido orientados particularmente a grupos sociales marginales y poblaciones vulnerables de escasos recursos, cuyas condiciones de carencias básicas de subsistencia, ha permitido el conocimiento y estudio de los problemas y riesgos propios de la "cultura de la pobreza", dentro el marco de una psicología comunitaria.
A partir del
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