PSICOLOGÍA CIENCIA UNIFICADA

PSICOLOGÍA: CIENCIA ÚNIFICADA

Para poder comprender a la Psicología como lo que verdaderamente es, una y sólo una ciencia, debemos comenzar, partiendo desde la elaboración de una definición actual, donde lograremos observar como punto inicial, los conceptos preceptores que la encausan hacia a un único objeto de estudio: la mente humana.

La psicología es la disciplina que comprende el estudio científico de los procesos mentales y el consecuente comportamiento de los seres humanos, considerando toda implicancia que ocasionaren sobre estos, sus interacciones con el ambiente físico y social circundante. El método científico de la psicología, se ocupa de describir conceptos como la percepción, la atención, la motivación, la emoción, el funcionamiento del cerebro, la inteligencia, la personalidad, las relaciones intersubjetivas, lo consciente, lo inconsciente, como así también de cualquier otro que resultare motivador sobre las conductas y las experiencias de los seres humanos; para ello, los organiza de modo sistemático elaborando teorías para su comprensión. Estos estudios tienen como objetivo además de explicar un comportamiento determinado, intentar predecir sus acciones futuras.

Desde nuestra definición, aun compendiada, podemos apreciar que, aunque un cierto número de variables se bifurcarán luego durante la extensión de su propio estudio (Percepción, memoria, inconsciente, medio,…etc), el objetivo único de la Psicología nunca deja de ser la mente humana, por lo tanto, ese basamento, es el que sirve a una ciencia firme y única, que de ningún modo puede observarse fragmentada, más que en diversas opiniones encontradas acerca de cuestiones que pudieren atañer únicamente a problemas aun inmersos en la ignorancia, resultado de un avance científico (en ocasiones netamente tecnológico) aun deficitario, aunque no diferente éste, del que pudiere necesitarse para resolver algo como: E=mc2, postulado por un reconocido sujeto en el año 1905 -ni más ni menos que el físico Albert Einstein. Casualmente, ese mismo año, y podría hasta decirse, por el mismo barrio, otro científico de la época, pero de las ciencias médicas, Sigmund Freud, publicaba su libro ‘El chiste y su relación con lo inconsciente’. Llamativamente al primero de ellos, quién postuló una teoría axiomática, puesto que a la fecha, 108 años después no hemos podido comprobar científicamente si realmente se cumple la relación expresada en la decorosa fórmula entre masa, energía y velocidad de la luz (al cuadrado no olvidar), tanto el vulgo como el ambiente científico distinguido lo han glorificado, acaso, por nada, mientras que al segundo, la gran mayoría de los mismos distinguidos personajes de la época, ni siquiera le admitieron la idea de Inconsciente, personas, imaginemos pues, que acaso no soñaban, tenían olvidos muy inoportunos, o emitían acto fallido de ninguna índole siquiera; en la actualidad, todos los científicos de la psicología, lo consideran al menos un aportante relevante para la conformación de nuestra ciencia.

La psicología puede dividirse por ejemplo, cuanto para su estudio como para su práctica, en psicología básica (su función, generar nuevos conocimientos respecto a los fenómenos psicológicos y consecuentes problemas prácticos del comportamiento humano mediante el uso de métodos para discernir el cociente intelectual, los litigios, la eficiencia industrial, la motivación, etc.) y psicología aplicada (tiene como objetivo la solución de problemas prácticos a través de la aplicación de los conocimientos elucidados por la psicología básica). Y en este punto, es necesario aclarar que, dada la dinámica perenne que ejercen los condicionantes sociales, morales, ambientales, médicos e incluso tecnológicos, la psicología no puede ser otra, que una ciencia en constante desarrollo, pues esos fenómenos psicológicos estudiados y discernidos por la psicología básica, conforman a su vez diferentes unidades, que por ejemplo, con el avance científico tecnológico (neurofisiología, neurociencias, etc), en la actualidad, poco a poco hasta se está consiguiendo dilucidar en qué diferentes partes del cerebro (sustrato indiscutible como alojamiento de la mente) ellas operan, dejando luego para la ciencia psicológica, el discernir una causa central de su estudio: determinar la singularidad que lleva al sujeto, a su grupo, a su comunidad, o bien, a sus respectivas estructuras psíquicas, a ser susceptibles o no frente a diversas estimulaciones tanto de índole endógenas como exógenas; luego, su comportamiento, su predicción, su cura, etc.

Acaso la aún indefinida localización geográfica de la mente dentro del cerebro humano, sea una de las causas que lleve a intrigados científicos a fundar una y otra vez desde la antigüedad diversos paradigmas, desde los más místicos o filosóficos, hasta los más técnicos y radicales.

Acaso el que sea atributo de cualquiera poder observar el comportamiento de sus pares, e incluso suponer la objetividad sobre el juicio del suyo propio, haga que la psicología resulte fácilmente asequible a la vista de los legos, e incluso les permita opinar y refutar sin más que con palabras, no atendiendo así a indeterminaciones quizá aun más encriptadas que las que pudiere ofrecer la teoría del Big Bang, que supone a un Universo creado por una ‘explosión’ de algo similar al tamaño de una cabeza de alfiler, postulado ideado nada menos que por un sacerdote católico(Georges Lemaître)… evidentemente, existen muchas cuestiones que la psicología, quizá nunca pueda explicar!

Hasta aquí, parece que intentásemos defender la cualidad científica de la psicología, comparándola con la Física. Si considerásemos pues, a la ciencia como ‘sistema de conocimientos que en última instancia, se basa en la comprobación empírica y experimental, pública y repetida’, el carácter científico de la Psicología no se encuentra en terreno más fangoso que el de la Física (Recoredemos: E=mc2; Big Bang).

Hemos aquí, simplemente para

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