Parafilias
Enviado por Jenny3006 • 3 de Noviembre de 2013 • 7.414 Palabras (30 Páginas) • 319 Visitas
Parafilias: Perversiones de la libertad sexual
Introducción
El termino parafilia, como lo conocemos actualmente, no es un término que se ha utilizado siempre para determinar un tipo de conductas sexuales especifica. A lo largo de la historia de la sexología se ha intentado definir las parafilias como un trastorno basándose primordialmente en diversos conceptos de normalidad y anormalidad, y esto conlleva un sentido subjetivo sobre los diversos estándares propuestos por una sociedad global que formula lo que es aceptado (normal) y lo que es rechazado (anormal) respecto a estas conductas sexuales. Es por esta razón que en diferentes momentos ubicados en el tiempo y espacio, han existido sinónimos y conceptos afines a lo que actualmente llamamos “parafilias”, como por ejemplo: Perversiones sexuales, desviaciones sexuales, anomalías o alteración sexual, conductas excepcionales, preferencias sexuales y variantes sexuales.
De esta forma podemos conceptualizar el término que se da en la actualidad sobre conductas sexuales “anormales”. La palabra parafilia proviene del griego <para> (junto a) y <filein) amar. De esta manera las parafilias son conductas sexuales desviadas en donde se manifiesta la necesidad de que en el acto sexual debe existir algún objeto o alguna acción específica que pueda producir placer o excitación (Gonzales, P 2011). De la misma forma el término alude etimológicamente a un amor paralelo de la forma convencional y socialmente aceptada.
Así, situando cual es el sexo convencional, normal o socialmente aceptado, citamos: “El sexo convencional es heterosexual, coital, con finalidad declarada procreativa y se efectúa en decúbito prono por parte del varón y supino por parte de la mujer”. En esta idea sucinta dos temas de interés que son válidos para un análisis profundo, el primero es “El sexo convencional es heterosexual”, aquí cabe destacar como la homosexualidad no entra entre los estándares “convencionales” en un acto sexual aceptado y cabe mencionar que el homosexualismo ha sido considerado en algunos momentos de la historia como un trastorno sexual; el segundo se refiere a “…finalidad declarada procreativamente y se efectúa con decúbito prono… y supino”, en la sociedad actual cada vez se ha desprendido esta idea como tal, siendo cada vez más común las relaciones sexuales sin fines reproductivos y de mero placer, o bien con cierto tipo de conductas que, por así decirlo, sobrepasan los límites del placer “normal” o los estándares de cómo se debe efectuar el acto sexual (decúbito prono y supino: hombre y mujer).
De esta forma en el presente ensayo nos enfocaremos en la segunda cuestión planteada previamente, no porque la primera no sea sumamente interesante y de gran relevancia en el aspecto de revisión, sino porque nuestro objetivo es más particular refiriéndonos a las conductas sexuales no aceptadas y catalogadas como parafilias, en donde trataremos de abordar el tema del sexo por placer desde la nueva perspectiva socialmente aceptada. A lo largo de este trabajo hablaremos de cómo el placer de algunas personas aparece en su vida de forma incontrolable, y las acciones que hacen para obtenerlo pueden afectar a otros e incluso a su propia persona.
Abordaremos este tema, basándonos en las parafilias mencionadas por el DSM IV, y de esta forma deslumbrar si estas conductas pueden ser consideradas, como lo fueron en el pasado, como perversiones sexuales, o si en estos tiempos donde la libertad sexual y el placer están en su pleno apogeo, podría considerarse a las parafilias en cierta medida como un simple recurso de la libertad sexual para obtener placer. Por último se pretende que este ensayo pueda diferenciar desde una crítica objetiva, en qué nivel de perversión se puede encontrar una parafilia.
Desarrollo
Según el DSM-IV, las parafilias son desordenes sexuales caracterizados por impulsos sexuales intensos y recurrentes, fantasías o comportamientos que implican objetos, actividades o situaciones poco habituales y que crean alteraciones desfavorables en la vida familiar, laboral y social del individuo por su carácter compulsivo. De esta forma se refieren a comportamientos sexuales caracterizados por la excitación del sujeto ante objetos y situaciones que no son patrones normativos o se alejan de estímulos sexuales normales, donde la anormalidad, en este caso, está determinada por cada cultura. E esta forma en el DSM-IV se incluyen una clasificación de los trastornos sexuales que son: voyeurismo, exhibicionismo, sadismo sexual, masoquismo sexual, pedofilia, fetichismo, froteurismo, fetichismo transvestista y otras parafilias no especificadas, a continuación se abordaran las parafilias cuya clasificación si esta especificada en el DSM-IV.
Voyeurismo
Definición
El voyeurismo o escopofilia es un trastorno psicosexual en el que el individuo se excita observando de forma secreta un objeto o una situación sexual, es decir, sin el consentimiento de las víctimas, quienes se encuentran desnudas o realizando alguna actividad sexual que es lo que al individuo le causa placer (Montejo, 2003).
El individuo es capaz de alcanzar un alto grado de satisfacción sexual con tan solo observar de forma activa que dos personas están teniendo relaciones sexuales, o que una persona se está quitando la ropa, este acto de observación suele estar asociado la mayoría de las veces con la masturbación, pero después de esto no hay una realización de acto sexual.
Después de la masturbación es muy habitual que se llegue al orgasmo, aunque no todos los casos son iguales, y muchos voyeuristas tienen el orgasmo tiempo después de observar la escena, es decir, en el momento que recuerdan lo que miraron. Las personas que tienen esta conducta difícilmente pueden dejar de buscar situaciones con estas características y pierden el control, aunque en algunos casos parece ser pasajero, frecuentemente es de curso crónico.
Se podría hablar de que esta conducta tiene como base una gran curiosidad sobre la sexualidad que se limita exclusivamente a los genitales, y cuando las personas comienzan a observar a otras semidesnudas, o desnudas, esta curiosidad va creciendo más, hasta que se llega al punto en el que se esconden para poder espiar, a través de las ventanas de recamara, suelen colocarse en la entrada de los baños de mujeres, o muchas veces optan por hacer orificios en las paredes de los vestidores públicos o de los cuartos de hotel para observar mientras las personas se visten o incluso cuando una pareja tiene relaciones sexuales, y como esto le provoca una gran gratificación al individuo, lo vuelve a hacer una y otra vez, hasta que se da cuenta de que ya no se puede detener y tiene que seguir haciéndolo.
Las personas que presentan este comportamiento
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