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Peritacion En Psicologia Forense


Enviado por   •  9 de Mayo de 2014  •  6.132 Palabras (25 Páginas)  •  232 Visitas

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EL LUGAR DEL EXPERTO. ACERCA DE LA PERITACION EN PSICOLOGIA FORENSE

Adelmo Manasseri

La temática que desarrollaremos presenta –como el mismo título lo anticipa- dos aspectos.

El primero es de un orden genérico que si bien incluye a nuestra disciplina la trasciende

porque la experticidad, la demanda de experticidad no se circunscribe a una de ellas, ni

siquiera se reduce a la dimensión científica. Nuestra pregunta acerca del lugar que ésta

ocupa en la actualidad pretende poner de manifiesto interrogaciones acerca de los motivos

y los efectos de lo que bien puede denominarse la exaltación de la figura del experto (la

cual puede constatarse en periódicos, revistas –científicas o no- , en los medios de

comunicación y hasta en la vida cotidiana). El segundo refiere, esencialmente, a la

problemática que atraviesa a quienes recibimos un sujeto que no se acerca

espontáneamente a consultarnos sino que nos llega –en presencia o en ausencia- junto a

requerimientos diversos de la instancia o del ordenamiento jurídico. La llamada entonces

psicología forense o jurídica ( no nos introduciremos en este trabajo en el debate acerca de

que calificativo sería mas adecuado utilizar para caracterizar este campo) recibe preguntas

formuladas y construidas en “otro lugar”, que se espera sean respondidas a través de una

forma de ejercicio de la experticidad que se denomina peritaje. Intentaremos en este

ámbito distinguir situaciones en las cuales se trata solo de responder de otras en las cuales

afirmamos que se torna necesario reflexionar sobre esas mismas preguntas (o demandas),

situarlas, interpretarlas, etc. aunque esto pueda incomodar a lo instituido desde el derecho.

¿Cómo definir, caracterizar entonces al experto?. Comenzaremos afirmando, aunque

parezca tautológico, que un experto es aquel de quien se dice que es un experto. Si la

pregunta fuese en cambio acerca del médico, el abogado o el psicólogo seguramente

nuestra respuesta es otra, ya que comenzaríamos señalando que médicos, abogados o

psicólogos son aquellos que han obtenido ese título. Y esto es así porque el “ser experto”

es, antes que una titulación de habilitación profesional o de certificación académica, un

modo de nominación y reconocimiento exterior a las titulaciones. El hombre de

ciencia que se ha dedicado a estudiar la climatología y que puede con certeza establecer

un pronóstico sobre las consecuencias negativas que a nivel climático ha de sufrir nuestro

planeta (y nosotros con él) por el calentamiento que viene produciéndose en la superficie

de la tierra y conocido como “efecto invernadero” aunque tenga un título –o varios- ha de

ser presentado sin embargo como “experto”, como también ocurre con el personaje que

Kosinsky [1] creara en “Desde el Jardín”. Chance (nombre que no excluye la referencia al

azar) , “el Jardinero”, es un experto en “ese” jardín al cual dio toda su vida hasta un

momento en que ,enviado por fuera de los muros de esa casa que lo contenía.

se ha de convertir a través de frases simples en un consejero imprescindible y valorado en

el mundo de las grandes finanzas y los círculos de poder. Se lo ha nominado como experto

el mundo de las grandes finanzas y los círculos de poder. Se lo ha nominado como experto

para cultivar las ganancias, el poderío. Esta nominación entonces, podrá asociarse a

oficios y a profesiones pero se diferencia de éstos. Los diccionarios suelen sintetizarlo del

siguiente modo: “experto es un entendido en lo que le es propio”.

Un segundo rasgo de esta “figura” lo aporta la raíz común que tiene el término con otros

tales como experiencia, experimento. Por esta vía se pone en evidencia que el

entendimiento que se le reclama o atribuye es fundamentalmente práctico. Desde la

Antigüedad, y a partir de Aristóteles se encuentra constituida una oposición y

diferenciación entre el experto y el sabio, como dominio del caso en el primero y de la regla

en el segundo. La modernidad o actualidad pretende situar una diferencia y en ciertos

sentidos una predilección por el saber hacer antes que por el saber pensar, valorando

menos la especulación o reflexión que la llamada eficiencia, es decir una cierta lógica

utilitarista que se asocia a la condición del experto.

A su vez, este dominio no podrá sino ser parcial, sobre cierto universo restringido. Si bien

es necesario reconocer que esta característica no se reduce, ni se presenta

exclusivamente en nuestra actualidad no puede dejar de señalarse que la misma la ha

acentuado. Digamos esto de un modo sencillo: se es experto en detalles. Los detectives

que Edgar Allan Poe pone a actuar en “La carta robada” son expertos en descubrir

vestigios que permitan constituir un rastro para descubrir el camino y la vía por la cual el

objeto ha sido escondido, y como tales dividen el espacio a investigar en pequeñas

parcelas para recorrer cada una de ellas dotados de lentes que han de permitir ampliar la

visión (como los microscopios de laboratorio).

Resumimos entonces diciendo que experto es un modo de nominación que subraya en

el entendimiento una dimensión práctica y una parcialización del mismo.

Hoy en día, los expertos parecen ocupar todos los lugares, o para ser mas precisos: en

todos ellos se los refiere y convoca. Esto incluye por supuesto, el ámbito de las ciencias

pero también el de la cultura, el de la vida cotidiana y el de los medios de comunicación.

Cada vez más se oirán en radio o televisión, se leerá en periódicos y revistas sus

comentarios sobre infinidad de temas, en verdad, sobre todos. Asistimos así, entre

maravillados y azorados a la exaltación de esta figura, la exaltación de la figura del

experto. Este fenómeno, que no pretendemos localizar con precisión temporal pero que

signa nuestra actualidad nos sugiere y posibilita algunas precisiones iniciales.

a) ciertas experticidades resultan necesarias y son consecuencia del incesante y

vertiginoso desarrollo de la ciencia y la técnica.

b) Suele acompañarse, aunque no sería imprescindible que así fuese, de un rechazo al

pensamiento y a la reflexión intelectual.

c) Nos induce, imperceptiblemente, a la convicción de que, en un futuro próximo, nada

podremos hacer sin consultar previamente o

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