Personalidad
Enviado por 19dan97 • 25 de Septiembre de 2013 • 791 Palabras (4 Páginas) • 194 Visitas
COMPONENTE SOCIAL DE LA PERSONALIDAD
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Tenemos ambiciones legítimas, que no sean dañinas a los demás. Ser miembro consciente y responsable de la comunidad, aportando todo aquello que sea de utilidad al bien común, desarrollando al máximo todos los roles que me tocan asumir: como hijo, como estudiante, esposo (a), padre (madre), profesional, vecino, etc.
El ser humano desde que nace, manifiesta dos tendencias; una que busca relacionarse con los demás y que llamamos tendencia social y la otra, el individualismo, que busca mantener su propia identidad como persona única e irrepetible.
Conforme uno va creciendo, estas tendencias deben ir logrando un equilibrio pues, si se desarrolla más el instinto individualista, la persona se convierte en un ser egoísta, incapaz de relacionarse con los demás. Si por el contrario se desarrolla en exceso el ser social, se convierte en hombre “masa”, es decir, que pierde su personalidad y su identidad propia.
Para lograr este equilibrio, es necesario manejar los intereses personales sin perder de vista y sin dejar de involucrarnos en el interés de la comunidad.
Vamos a analizar un caso: ¿Qué sucede con la persona que, en lugar de mantener estas dos tendencias básicas del ser humano, sacrifica su individualidad para fundirse totalmente en la masa? Se convierte en una persona sin pensamiento propio pues siempre está de acuerdo con lo que se dice. Si ellos asienten, él asiente; si ellos no están de acuerdo, él tampoco. Y si alguien le llegara a preguntar el por qué de su decisión, no sabría qué contestar.
Es muy difícil que esta persona llegue a lograr sus metas e ideales en la vida; va en la dirección que sopla el viento. Siempre dependerá de lo que esté de moda en el momento.
Ahora vamos a analizar el caso contrario: la persona que cuida tanto su individualidad, que no es capaz de relacionarse con los demás. Es la persona encerrada en sí misma a la que no le interesa nada de lo que pase fuera de su persona. Por falta de interés, se aísla de las demás personas. Desgraciadamente este hombre no puede enriquecer su personalidad pues se está privando de lo mucho que puede aprender de la convivencia.
El hombre es, por naturaleza, un ser de “encuentro”, es decir, está hecho para vivir compartiendo su vida con otros seres humanos. Para que su vida sea plena, necesita darse a los demás y recibir de ellos; es la única manera de hacer su vida fecunda.
Debemos buscar un equilibrio entre estas dos tendencias, lo cual no es fácil. Todos alguna vez hemos caído en el gregarismo, cediendo nuestra voluntad a la presión de un grupo. La mayoría de las veces nos cuesta trabajo decir que no cuando todos dicen que sí. Se necesita mucho valor y tenemos que conseguirlo.
Nuestra vida es una sola y demasiado valiosa para que la malgastemos haciendo lo que otros quieren que hagamos y no lo que
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