Piaget Teoría del desarrollo cognoscitivo
Enviado por yamir09 • 15 de Enero de 2022 • Trabajo • 1.678 Palabras (7 Páginas) • 122 Visitas
Teoría del desarrollo cognoscitivo
La cognición hace referencia a los procesos internos de la mente que conllevan al conocimiento. Alguno de esos procesos son la memoria, la simbolización, la solución de problemas, la categorización, la fantasía y los sueños.
Piaget concebía la cognición humana como una red de estructuras mentales, las cuales eran creadas activamente por el individuo en un constante esfuerzo de dar sentido a las experiencias.
Son estas mismas estructuras a las que Piaget denominó esquemas: Las cuales se catalogan como un patrón organizado de pensamientos o comportamientos, estos tienden a cambiar con la edad y sufren sus mayores cambios en la infancia. La creación y modificación de esquemas permiten generar nuevos conocimientos. Para que los esquemas cambien, y se produzcan nuevos conocimientos son necesarias ciertas funciones intelectuales:
Adaptación. Es una de las funciones intelectuales que permite el cambio de esquemas. Esto implica la construcción de esquemas a través de la interacción directa con el entorno. Y esta constituida por dos procesos que se complementan: asimilación y acomodación.
La asimilación es el proceso por el cual interpretamos el mundo externo con base a nuestros esquemas actuales. La acomodación consiste en cambiar un esquema existente o crear uno nuevo para lidiar con un nuevo objeto situación.
Etapas del desarrollo. El desarrollo cognitivo consiste en una reorganización progresiva de procesos mentales como resultado de la maduración biológica y la experiencia. Por ello propuso una serie de etapas de desarrollo marcadas por cambios cualitativos. Estas etapas tienen, además, dos características importantes: la primera es que son variables, es decir, siempre ocurren en el mismo orden, ninguna puede ser omitida. La segunda es que son universales, ya que se presentan en los niños de todo el mundo. Sin embargo, hay que considerar que muchos factores tanto hereditarios como mentales pueden afectar la velocidad con la que cada niño supera cada etapa.
- Etapa Sensoriomotora. Abarca del nacimiento hasta los dos años aproximadamente. Una de las características más sobresalientes de esta etapa es el egocentrismo, lo cual impide al niño distinguir entre su propia perspectiva y el egocentrismo, que no le permite distinguir su propia perspectiva ni la perspectiva de otros. Otra característica es el uso de reacciones circulares, las cuales significan tropezar con una nueva experiencia provocada por la actividad motora del niño, es circular porque el niño intenta reproducir una y otra vez el acontecimiento, permitiéndole crear y adaptar sus primeros esquemas. El mayor logro de esta etapa es la permanencia del objeto, que consiste en comprender que un objeto sigue existiendo aun cuando no este a la vista, para ello requiere la capacidad de formar una representación mental, es decir un esquema del objeto.
Debido que la diferencia entre un niño recién nacido y un niño de 2 años es tan amplia, Piaget dividió esta etapa en 6 subetapas, las cuales veremos a continuación:
- Esquemas reflejos. Abarca del nacimiento al primer mes. Aquí el recién nacido utiliza conductas reflejas para responder de manera indiscriminada cualquier estímulo exterior. Otra característica de esta etapa es el egocentrismo sensoriomotor, el cual implica no comprender que uno es un objeto en un mundo de objetos.
- Reacciones circulares primarias. Abarca del primer mes al cuarto mes de vida. Aquí el niño empieza a realizar conductas voluntariamente para repetir acciones que le resulten placenteras (succionarse los dedos). Se llaman primarias ya que están dirigidas sobre sus propios cuerpos y motivadas por necesidades básicas.
- Reacciones circulares secundarias. Abarca del cuarto al octavo mes. En esta los bebés repiten acciones placenteras que no solo involucra su propio cuerpo, sino también objetos, gracias a que comienzan a desarrollar ciertas habilidades como poder alcanzar, tomar, y manipularlos. Por otra parte, aquí también hay una mejor imitación de la conducta.
- Coordinación de las reacciones circulares secundarias. Abarca de los 8 a los 12 meses. Aquí se producen dos cambios cognitivos importantes, el primero es que los niños pueden realizar conductas intencionalmente con un fin, gracias a la adquisición de suficiente práctica, con una sucesión de esquemas que pueden coordinar deliberadamente, esto sumado al segundo logro, que es la comprensión de la permanencia de objetos, esta les permite encontrar objetos escondidos voluntariamente. Hay una mejorada anticipación de acontecimientos e imitación de conductas más complejas, p/e bailar al escuchar una melodía.
- Reacciones circulares terciarias. Abarca de los 12 a los 18 meses. En esta los niños ya no repiten conductas que los lleven a resultados familiares, si no que buscan nuevos resultados introduciendo variaciones, lo que les permite resolver mejor los problemas sensoriomotores, P/e introducir una figura en un orificio de la misma forma. Hay una comprensión más avanzada de la permanencia del objeto, lo que les permite buscar objetos escondidos en más de un lugar.
- Combinaciones mentales. Abarca de los 18 meses hasta los 2 años aproximadamente. En esta, los niños desarrollan la habilidad de elaborar representaciones mentales, es decir, imágenes internas de objetos ausentes y acontecimientos pasados, lo que les permite resolver problemas a partir de medios simbólicos en lugar de una conducta por acierto y error. Por otra parte, la comprensión de la permanencia del objeto avanza más, por lo cual alcanzan a comprender que los objetos pueden moverse cuando están fuera de su vista, lo cual les permite buscar el objeto en varios lugares hasta encontrarlos, además la representación posibilita la capacidad de imitación diferida, que es la habilidad de recordar e imitar conductas de modelos que no están presentes en el momento. Esto a su vez posibilita el juego simbólico el cual consiste en representar actividades familiares.
- Etapa preoperacional. Abarca de los 2 hasta los 7 años. Las principales características son las siguientes: en primer lugar, tenemos el egocentrismo preoperacional, los pensamientos y comunicaciones son típicamente egocéntricos, es decir, sobre ellos mismos. Esto debido a la incapacidad de ver una situación desde el punto de vista ajeno, por lo tanto, el niño asume que las otras personas ven, oyen y sienten igual que él.
- El juego. Durante esta etapa los niños usualmente desarrollan el juego paralelo, es decir, que juegan en una misma habitación, pero no entre ellos, cada uno se encuentra en su propio mundo. Por otra parte, su conversación es egocéntrica, ya que el único propósito del habla es externalizar los pensamientos del niño, en vez de comunicarse con otros. Además, en niño no ha adquirido aún las funciones sociales, ni las reglas del lenguaje.
- Juego simbólico. Los niños juegan a ser alguien que no son, y suelen usar objetos que simbolicen cosas de la vida real, esto ayuda al niño a construir representaciones más sofisticadas del mundo. En el transcurso de esta etapa el egocentrismo disminuye y el niño gradualmente comienza a disfrutar de la participación de otros niños o juegos.
- Animismo. Es la creencia de que los objetos inanimados (juguetes), tienen intenciones y sentimientos humanos, esta creencia va desapareciendo gradualmente durante esta etapa, hasta comprender que solo los animales y las plantas están vivos.
- Conservación. Una de las limitaciones de esta etapa es la ausencia de la conservación (ejemplo de las fichas).
- Etapa de operaciones concretas. Abarca desde los 7 a los 11 años. Esta etapa es considerada como la transición entre el pensamiento preoperacional y el pensamiento de operaciones formales que se presentan en los niños mayores. Marca el comienzo del pensamiento lógico u operacional ya que el niño ya es lo suficientemente maduro para usarlo, pero se limita a aplicarlas solo a objetos físicos. De ahí el calificativo de concretas. También mejora su desarrollo social, lo que a su vez significa la disminución del egocentrismo del niño, alcanzando un mayor dominio comunicacional con sus pares. Los niños en esta etapa adquieren las siguientes habilidades cognitivas:
- Conservación. Los niños adquieren el concepto de la permanencia de cantidad o medida de sustancia u objetos, aunque se cambien de posición o su forma varíe.
- Clasificación jerárquica. Es la habilidad para identificar las propiedades de categorías, relacionarlas entre sí.
- Seriación. Es la capacidad de ordenar los objetos en progresión lógica.
- Operaciones espaciales. Estas operaciones tienen relación con las distancias, direcciones y relaciones espaciales entre los objetos, es decir, les permite a los niños tener una idea más clara de qué tan lejos está un lugar de otro, y también les resulta más sencillo recordar la ruta. La experiencia participa en este desarrollo, tanto la capacidad de usar mapas, como la de comunicar información espacial, mejoran con la edad.
- Etapa de las operaciones formales. Esta es la etapa final del desarrollo cognitivo, la cual abarca de los 11 años en adelante. Aquí los niños comienzan a desarrollar una visión más abstracta del mundo, y a utilizar la lógica formal. Las habilidades cognitivas que los niños adquieren durante esta etapa son las siguientes:
- Razonamiento hipotético – deductivo. Los niños adquieren la capacidad de a partir de casos particulares específicos llegar a deducir conclusiones generales. A esta edad empiezan a resolver problemas más complejos y abstractos.
- Pensamiento proposicional. Con él los adolescentes pueden valorar la lógica, las afirmaciones verbales sin hacer referencia a las referencias del mundo real. Los adolescentes entienden plenamente y aprecian las abstracciones simbólicas del álgebra y la crítica literaria, así como el uso de metáforas en la literatura.
- Egocentrismo operacional – formal. Se da cuando los adolescentes solo reconocen lo que a ellos les preocupa, existe una incapacidad de reconocer los objetos y los objetos que preocupan a los demás. Mientras los adolescentes imaginan que es lo que los otros deben estar pensando aparecen dos imágenes distorsionadas de la relación entre si mismo y el otro. Primero, la audiencia imaginaria, que hace referencia a la conciencia exagerada de los adolescentes que se reflejan su convencimiento de que despiertan en los demás un interés igual al que sienten por ellos mismos. La audiencia imaginaria da lugar a comportamientos que atraen la atención, es decir constituye un intento de ser notado y visible, el centro de atención. En segundo lugar, está la fábula personal, la cual es la parte del egocentrismo en el adolescente que da lugar a que el adolescente se considere único e invulnerable. La impresión de ser únicos los lleva a pensar que nadie puede entender sus sentimientos.
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