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Politica En Salud Mental En Mexico

angieaas7 de Mayo de 2012

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“La salud mental ha estado oculta tras una cortina de estigma y discriminación durante largo tiempo. Ha llegado la hora de que salga a la luz. La magnitud, el sufrimiento y la carga en términos de discapacidad y costos para los individuos, las familias y las sociedades, son abrumadores.

En los últimos años, el mundo se ha tornado más consciente de la enorme carga y el potencial que existe para hacer progresos en salud mental. En efecto, podemos lograr un cambio.”

LEE jong-wook, Director General, OMS

Los últimos cálculos aproximados de la OMS sobre la carga mundial de morbilidad correspondiente a las personas de 15 a 44 años de edad indican que los trastornos mentales y del comportamiento representan cinco de las diez principales cargas de morbilidad. Dichos trastornos, entre los cuales figuran la depresión, los trastornos relacionados con consumo de alcohol, las autolesiones, la esquizofrenia y el trastorno bipolar, son tan importantes en los países en desarrollo como en los países industrializados.

Las repercusiones económicas y sociales de dicha carga en la sociedad son inmensas. Los gastos en servicios de salud y sociales y la pérdida de producción debida a las altas tasas de desempleo entre las personas con trastornos mentales y sus familias son algunos de los costos más evidentes y mensurables. Menos evidentes resultan los costos financieros, la reducción de la calidad de vida y la tensión emocional padecidos por los pacientes y sus familias.

Hoy sabemos que se pueden tratar y gestionar y en muchos casos prevenir la mayoría de los trastornos mentales, y que existen estrategias eficaces de intervención al respecto. No obstante, sigue existiendo un gran desfase entre la disponibilidad de esos conocimientos y su aplicación en la realidad. Los países no están bien equipados para abordar esa carga, pues los recursos disponibles y destinados a los trastornos mentales son escasos y no se utilizan adecuadamente

En la actualidad, casi 450 millones de personas padecen trastornos metales y del comportamiento. Los problemas de salud mental constituyen ya cinco de las diez causas principales de invalidez a escala mundial, lo que representa el 12% de la carga total de morbilidad mundial. Si bien los trastornos mentales y del comportamiento afectan a personas de todos los grupos de la sociedad y todos los países, los pobres, tanto de los países en desarrollo como de los desarrollados, resultan afectados de forma desproporcionada por dichos trastornos. Habida cuenta de que la vida de las personas se alarga y las poblaciones envejecen, se prevé que en los próximos decenios el número de personas con trastornos mentales aumentará. Esa carga representa un costo inmenso en sufrimiento, discapacidad y pérdidas económicas y las tendencias indican que en el futuro no hará sino aumentar.

Para la mayoría de los trastornos mentales y del comportamiento se han preparado intervenciones eficaces. Sin embargo, pese a las posibilidades de tratar con éxito esos problemas, sólo una pequeña minoría de quienes lo necesitan reciben siquiera el tratamiento más básico. Una encuesta de la OMS ha revelado que:

• Más del 40% de los países carecen de política de salud mental

• Más del 30% de los países carecen de un programa de salud mental

• Más del 25% de los países carecen de medicación psiquiátrica básica en la atención primaria de salud

• El 70% de la población mundial tiene acceso a menos de un psiquiatra por 00 000 habitantes.

México se encuentra rezagado en la atención que brinda a la salud mental, puesto que si bien se estima que alrededor del 15 por ciento de la población del país padece algún trastorno mental, sólo 2.5 por ciento de los pacientes se encuentran bajo supervisión de algún especialista, denuncia la organización civil Voz Pro Salud Mental.

El director de Investigaciones en Neurociencias del Instituto Nacional de Psiquiatría "Doctor Ramón de la Fuente Muñiz", agregó que de 20% de la población que sufre algún trastorno mental en México, 80% lo ocupan la depresión y la ansiedad.

El especialista en neurofisiología reconoció sin embargo que se trata de una cifra subestimada porque "hay población de escasos recursos que no tiene información y no tienen acceso a los servicios de salud mental".

Consideró que un grave problema que hay en el país con relación a la salud mental es que los servicios médicos especializados no están al alcance de la sociedad, lo que limita el acceso de los pacientes a tratamientos oportunos.

Pellicer Graham explicó que también se tiene otra expresión de enfermedad mental que no es influenciada directamente por las crisis económicas o sociales, sino que tiene que ver con herencias, es decir, con la genética de las familias.

"Hay familias con predisposición genética a la depresión y que tienen signos de depresión mucho más graves y que este sector es el que tiene que ser ayudado desde un punto de vista médico"

Añadió que hay otros trastornos que sufre la población mexicana como la ansiedad, que es difícil de cuantificar, pero puede representar un paso previo a padecer depresión, al igual que síntomas de fobia debido al contexto social en que se vive. En cuanto a manifestaciones de la salud mental, hay otras más graves como el trastorno bipolar y la esquizofrenia, que requieren de un apoyo familiar y especializado en la parte médica, pues son padecimientos más complejos y más caros.

Nuestro país tiene 2.7 psiquiatras por cada 100 mil habitantes y destina el 0.85% de su presupuesto nacional para salud en atender la salud mental, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que este porcentaje sea del 10% por ciento. La discapacidad psiquiátrica en nuestro país como tal, simplemente no existe; a pesar de que cuando la OMS nos indica que las enfermedades mentales representan el 13% dentro de las discapacidades.

Datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP) aplicada en 2003 señalan:

• Una de cada cinco personas presenta al menos un trastorno mental en su vida

• 3.9 por ciento refirió haber padecido alguno de los trastornos mentales durante el año previo a la Encuesta

• 5.8 por ciento en los últimos 30 días

• Los hombres presentan prevalencias más altas de cualquier trastorno que las mujeres (30.4 contra 27 por ciento) si se pregunta por “alguna vez en su vida”

• Cuando se pregunta por los últimos 2 meses, las mujeres tienen prevalencias más elevadas (4.8 contra 2.9 por ciento en los hombres)

• Los trastornos afectivos y de ansiedad son más frecuentes para las mujeres, mientras que los trastornos por uso de sustancias son más frecuentes para los hombres.

• Los trastornos más comunes sufridos por las mujeres adultas “alguna vez en la vida” fueron: las fobias específicas (7. por ciento), trastornos de conducta (6) dependencia al alcohol (5.9), fobia social (4.7) y el episodio depresivo mayor (3.3 por ciento)

• Los trastornos más comunes entre los hombres adultos fueron: la dependencia al alcohol, los trastornos de conducta y el abuso de alcohol sin dependencia

• La ansiedad de separación y el trastorno de atención se inician, en promedio, entre los cinco y seis años de edad (SSA, 2005).

Voz Pro Salud Mental, red de organizaciones de la sociedad civil a nivel nacional, menciona que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría, en la población mexicana existen:

• 7% de personas con depresión.

• 1.6% con Trastorno Bipolar.

• 1% de personas con Esquizofrenia.

• Más del 1% con Trastorno Obsesivo compulsivo.

• 7% Trastorno de angustia y pánico.

Y la UNAM (2004) nos dice que:

• En México, 34.5 por ciento de la demanda en los servicios de salud en el primer nivel de atención se da a niños, sin embargo, se carece de estudios epidemiológicos al respecto.

En el estudio de la OMS, denominado Invertir en Salud Mental, se indica el costo estimado anual por caso o episodio por tratamiento psiquiátrico, basado en evidencia, según el cual en América Latina, en el 2004, el costo para tratar efectivamente un episodio de depresión era de entre 100 y 150 dólares; para esquizofrenia de 500 y de Trastorno Bipolar de 800 dólares.

Se puede reducir ese asombroso desfase entre las intervenciones eficaces y las intervenciones disponibles mejorando el desarrollo de servicios, la política y la planificación gubernamentales. En pocas ocasiones se concede la prioridad apropiada a los trastornos mentales, si tenemos en cuenta la carga que representan y la existencia de tratamientos eficaces y asequibles. Para mejorar la salud mental de las poblaciones es esencial que los gobiernos formulen una estrategia coherente e integral e inviertan en ella.

En los últimos decenios ha habido importantes novedades en nuestra comprensión de la salud mental, que han cambiado la forma y el contexto en que se puede tratar a las personas. Entre esos avances figuran los siguientes:

• La obtención de nuevos medicamentos psicotrópicos e intervenciones psicosociales eficaces, que se pueden utilizar con eficacia en régimen ambulatorio.

• El crecimiento de los movimientos de consumidores y en pro de los derechos humanos, que han centrado la atención en las violaciones de los derechos de las personas con trastornos mentales y han puesto de relieve las obligaciones de las administraciones gubernamentales de fomentar y proteger sus derechos e intereses.

• La tecnología de la información, que

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